Parte 13

747 88 4
                                    

Ahí estaba de nuevo, en medio de la noche y de la lluvia. Esperando a que Nero abriera la puerta, deseando con todas mis fuerzas que no fuera Dante o Vergil quienes aparecieran. No había  nadie en las calles y la mayoría de las casas a mi alrededor tenían las luces apagadas. Era una noche tranquila, de las que prefieres pasar acostado viendo una película o tomando un café. Aun no me acostumbraba del todo a este ambiente, pero jamás me negaría a un rico pan de dulce acompañado de un chocolate.

La puerta de madera se abrió dejando ver el cabello mojado de Nero, me sonríe y le sonrió, notando la forma en que me mira, parece cansado y también se ve que esta de buen humor

-¿Estamos solos?- le pregunto. Él menea la cabeza ocultando la sonrisa

-Vergil esta adentro.

Dudo un instante antes de subir por las escaleras y entrar. Vergil esta en la oficina, pero no logro verlo mientras subimos al segundo piso y llegamos a la habitación de Nero.

Todo esta particularmente silencioso y me alegra que Dante no este aquí para molestarme y hacer que me sonroje

-Deberías darte un baño- me recomienda

-No es necesario, no es como si me fuera a enfermar- le digo tomando solo una toalla para secarme el cabello.

Nero me presta una playera que me queda bastante larga cubriéndome hasta los muslos. Me siento en la cama tomando una almohada. Él se sienta a mi lado

-No soy humana, ¿recuerdas?

No me responde, esta pensativo

-Nero...

-¿Esta bien si vemos una película?- pregunta llevándose la mano al cuello

-Si- le digo, mirándolo confundida -¿todo bien?

-Si- me contesta y doy por hecho que así es, ¿por que no habría de estarlo?

Nero enciende el televisor y se recuesta a mi lado, tomando el control remoto para pasar indiscriminadamente varios canales antes de decidirse por una película de acción

-Ni siquiera le estas poniendo atención- me quejo al cabo de una hora

-Esta muy aburrida- comenta restándole importancia, moviéndose un poco para acomodarse mejor en el cómodo  colchón

-Tu la escogiste- le recrimino cruzándome de brazos.

Nero encoje los hombros hace una mueca y me mira a los ojos

-Quiero besarte- me dice y por reflejo muevo un poco la cabeza hacia atrás recargándome en la cabecera

-No deberías.

-¿Por que?- me pregunta, sus ojos brillando con deseo, se supone que ya se terminó esa estúpida temporada, que no debería seguirlo afectando, al menos a mi ya no me afecta o eso es lo que quiero pensar

-_______.

-¿Mmmm?.

Nero se acerca a mi lamiéndose los labios, no puedo negar que se ven tentadores, me toma ambas manos colocándolas contra el respaldo de la cabecera

-Te deseo- susurra con voz grave inclinándose sobre mi, acariciándome el rostro

Lo llamo intentando romper lo que sea que se haya apoderado de el

-¿Mmm?- murmura soltando mis manos y recorriendo el escote de mi blusa con las yemas de sus dedos. Sus manos bajan hasta mi cintura, levanta la tela de la blusa dejando despejado mi torso, el contacto de su mano demoniaca con mi piel provoca que algo eléctrico me recorra -quiero que grites mi nombre toda la noche- me confiesa.

Le sonrió un poco y lo empujo hacia atrás, tratando de alejarlo, pero Nero se mantiene en su lugar y me besa. No me opongo por que lo estoy disfrutando.

Lo siento besarme el vientre, los pechos y el cuello hasta que escucho la puerta de la planta baja abrirse, puede que Vergil ya se haya ido.

Deslizo mis dedos entre el cabello de Nero atrayéndolo hacia mi

-Si quieres besarme de nuevo, hazlo- le digo mirando sus labios.

Él se acerca y me besa con necesidad, rápido y húmedo, un beso mas largo que el anterior. Suelto un fuerte gemido mientras su mano demoniaca recorre el interior de mi muslo levantándome la falda, entonces Nero me da la vuelta, me descubre la espalda y la araña con suficiente fuerza para que me corte la piel

-Lo siento- murmura, volviendo en si, no digo nada y espero a que los cortes se curen por si solos, lo cual sucede instantáneamente, me doy la vuelta para besarlo en los labios, luego lo muerdo, él se queja y se pega mas a mi, sus manos aferrándose a mi cintura con tanta fuerza que me hace sentir vulnerable, lo tomo de la mandíbula obligándolo a verme

-Hazme tuya- le pido.

Me recuesta sobre la cama, acomodándose entre mis piernas y entra en mi de un solo golpe, vuelvo a gemir mas fuerte, pero no me importa,

Nero se mueve con fuerza y rapidez, siento una energía oscura poseerlo y no pasa mucho tiempo antes de que los dos terminemos.

Ha sido una sesión agresiva, salvaje y diferente a las anteriores, Nero se recuesta a mi lado con los ojos cerrados, lo miro de reojo y me subo sobre él, le acaricio el rostro con cariño

-Eres perfecto Nero- le digo -cualquiera seria muy afortunada de tenerte.

Sus parpados se abren y me permiten ver con detalle esos ojos azules que me hipnotizan, me inclino para besarlo despacio. Disfruto ese beso como ningún otro y mi corazón se estremece cuando nos separamos, por que ninguno de los dos se atreve a aceptar la realidad. Entonces alguien golpea la puerta de la habitación

-Odio interrumpir, pero podrían ser menos ruidosos- dice Dante con sarcasmo -no quiero tener que explicarle a los vecinos que finalmente mi sobrino perdió la virginidad.

Nero gruñe e intenta ponerse de pie, pero lo detengo tomándolo de la mano

-Estoy segura que no le importara un poco mas de ruido- digo sonriendo, atrayendo a Nero hacia mi, lo beso de nuevo y caemos sobre la cama, dispuestos a empezar un segundo round.

El deseo del demonio (Nero y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora