Él la miraba a través de las cortinas ya que el hecho de que ella percaté su presencia le daba nervios, nervios de miedo.Ella sólo estaba ahí sentada en la banca observando todo a su alrededor como si no existiera otra cosa, que ver y escuchar. El resto no le importaba sólo el paisaje... escuchaba los sonidos que la regala aquel parque que estaba pisando, observaba la vida que habitaba allí.Ella sentía el calor del sol, hermosa tarde de otoño.Ella, sola sentada en la banca, ella y su magnífica manera de ver. Ella en silencio estaba, con una mano acomodaba más de una vez esos pequeños mechones rebeldes por culpa del viento,el viento que me daba la oportunidad de observar ese tan bello gesto.Era impresionante en realidad era admirable su forma de concentración, el cierre y la completa atención que le daba cuando ella sentía que estaba sola en aquel parque, en aquella banca, ante mis ojos... Era exquisito cuando sonreía sola, sabiendo yo que era por causa de algún fugaz recuerdo.La amaba, amaba su forma literal de ver las cosas y de sentirlas.Amaba por más lejos que ella estuviera de mi tacto o de unas simples palabras.No podía, ella era mucho... Ella era tanto que con sólo verla me bastaba eso sí, siempre me dejaba con más y más preguntas.Lo único que sabía era su nombre, sus horarios, su sonrisa y su manera de ver... su mirada.Mujer si supieras que tienes a alguien que te desea, desea escuchar tu voz, tus opiniones, alguien que desea sentarse en aquella banca, alguien que desea acomodar tus mechones, alguien que desea mirar el paisaje con vos... sólo con vos.
