—Ponerme nerviosa. — Recargó su rostro en mi mano mientras yo seguía con las pequeñas caricias.

—Bueno, supongo que eso sucede cuando te gusta mucho alguien. —

Las dos nos miramos en silenció, no teníamos que decir nada para expresarnos, en estos momentos entendía porque los ojos son la ventana del alma. Lentamente nos fuimos acercando, nuestras respiraciones comenzaron a mezclarse y nuestras narices a rozarse. No tenía que verme en un espejo para saber lo enamorada que me veía en esos momentos, podía sentir las cosquillas incrementar en cada pequeño roce de nuestros rostros, queríamos besarnos, pero antes de hacerlo nos estábamos tomando un momento para admirarnos.

—Lena...— Su voz sonó en un murmullo apenas audible, siempre que decía mi nombre lo hacia de una manera especial, cómo si no existiera nadie más que yo.

—¿Si?. —

Lentamente junto nuestras frentes terminando con la distancia que nos separaba. Su rostro se movió ligeramente frotándose contra mi, era como un pequeño cachorro juguetón,  esa pequeña comparación me hizo sonreír.

El azul de su mirada destello un brillo especial, sus pupilas se encontraban dilatadas al observarme con dulzura.  — Te amo. — Habló en un tono bajo, íntimo y sincero. —Te amo. — Repitió con un nudo en la garganta que me dejó sin aliento, mi corazón dejó de latir por un segundo, el estómago se me contrajo dándome el efecto de una caída libre.

—Yo...—

No pude decir nada sus labios se posaron sobre los míos, la calidez y ternura con que estaba besándome me repetía lo mucho que me amaba. Kara estaba siendo delicada al momento de mover sus labios, el roce de su boca terminó de apagar el interruptor de mi cerebro, por lo que todo se redujo a ella. Coloqué mis manos en su rostro, sin duda nuestros latidos también se habían sincronizado porque podía oírlos al mismo ritmo.

Perdí la noción del tiempo besándola, no había prisa por terminarlo, teníamos toda la noche para explorar nuestras bocas. Poco a poco las lágrimas se colaron en medio del beso, el sabor salado se mezcló con la lengua dulce de Kara, sin darnos cuenta ambas estábamos llorando.

—Kara...— Murmuré alejándome lentamente, sus párpados se encontraban cerrados por lo que deposite un corto beso en ambos.

—No tienes que decirme nada, lo has dicho todo con ese beso. — Sonrió tan amplió que los pequeños hoyuelos del rostro se le marcaron. Deslice mis labios por todo su rostro limpiando las pequeña lagrimas que brillaban en su piel.

—¡Shhh!, necesitó hacerlo. — Era consiente de que sabía lo que sentía desde hace días, lo había pensado todas las noches antes de dormir y necesitaba decirlo en voz alta, no se trataba de ningún secreto. — Es justo que la causante de este sentimiento lo sepa. — Sujeté su mano para besarle los nudillos con devoción. — Te amo Kara Danvers y no es ningún secreto lo que me haces sentir. —

Me incliné a darle un corto beso que correspondió con ternura.

—¿Estas segura que no estoy soñando?. —

—No, no estás soñando. — La atraje hacia mi cuerpo dándole un cálido abrazo. —Víctor me dijo que no podía esperar más tiempo, debía buscarte y decirte todo lo que siento. —

—Bien, Víctor se ha ganado mi corazón. —

—Es curioso porque me dijo lo mismo de ti. —

—No lo culpo, me ganó el corazón de todos. — Se río divertida mientras su rostro se escondía en mi cuello.

—Estas muy vanidosa...— Acaricié con lentitud su cabello.

—No es verdad. — Me rodeo por la cintura abrazándome fuertemente. —¿Qué más te dijo?. —

Strangers in the Night - AU Supercorp. [Terminada ]Where stories live. Discover now