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[ ATENCIÓN ]

WooJin fue demostrado inocente de las acusaciones en su contra.

Por lo que no fue eliminado de este trabajo.

Cualquier comentario de odio sobre el tema será eliminado.

Sus piernas se movían ya casi solas, tenían algo parecido al sistema automático.

En su mente tenía el punto fijo, la meta.

Sus brazos hacían un movimiento de ayuda, para aumentar su velocidad y correr aún más.

Intentaba respirar de la manera más tranquila, pero le era imposible con tanta adrenalina.

Lee Felix era miedoso, y no podía perder esa carrera.

Su tórax se comprimía, pero no podía detenerse, si no ganaba, lo iba a lamentar mucho.

Cada vez se acercaba más y su sonrisa podía hacerse presente, hasta que se percató que MinHo ya había cruzado la línea.

Su desilusión pasó hasta sus piernas, sin poder frenar ni controlarse.

Lamentó mucho haber caído sobre JeongIn, destruido.

-¡Felix, no pesas dos kilos!- se quejó el menor, mientras se escuchaban las risas de sus otros amigos acercarse.

Como pudo, su espalda impactó en el suelo, mientras sentía que en cualquier momento escupiría sus pulmones.

El menor tomó asiento limpiando los rastros de tierra y pasto en su ropa, para luego ofrecerle una botella de agua.

--Frenar así de rápido hace mal.

-¡Gané!- no tardó en llegar la voz de MinHo pegados a su oído-. ¿Escuchaste? ¡Le gané a la perra australiana!

-Eso es racismo- el joven de cabellos verdes se agachó hacia Felix-. ¿Estás bien?

-No- suspiró-. Me va a doler, y mucho.

-Tú tranquilo- lo ayudó a levantarse.

Tras haber limpiado igualmente toda la suciedad de su ropa, y soportar las burlas de MinHo; todos comenzaron a caminar por el campus.

-HyunJin encontró un tatuador en instagram- habló MinHo-. Digo, tiene que ser pronto.

-¿Es en serio?- volvió a preguntar sólo para percatarse en qué se había metido.

-Claro que lo es- bufó.

-Tu hiciste una apuesta con MinHo, es decir, no puedes negar que no lo sabías- habló por otro lado JeongIn, duplicando el sentimiento de inútil.

El joven semi rubio siguió arrepintiéndose todo el camino; porque la verdad esperaba ganar.

Había dado todo él, y lo único que ganó era un dolor inmenso, que seguramente sería hecho por un hombre de poco agrado o una chica emo que no le caería bien.

Se retorcía con tan solo pensarlo.

Llegar a su apartamento, ducharse, y sentir el aroma a pizza y pollo frito que sus amigos habían ordenado lo calmó un poco.

Al fin y al cabo, tatuarse era de hombres rudos.

Aunque él no era rudo ni en su otra vida.

-¡Felix, la comida se enfría!- escuchó el grito de Chan llamarlo, entonces salió de su cuarto, desparramando su cabello mojado.

𝑰𝑺 𝑰𝑻 𝑻𝑯𝑬 𝑭𝑰𝑹𝑺𝑻 𝑶𝑵𝑬? ─changlixKde žijí příběhy. Začni objevovat