Cuando Sam pudo ser capaz de volver a ver se encontró dentro de una ducha con agua tibia cayendo sobre su cuerpo. Lanzó un insulto y trató de cerrar la canilla y agarrar el acondicionador que terminó de caer de sus manos.

—¿Qué sucedió? ¿Estás bien? —Sam levantó las manos por una especie de acto reflejo –al margen de que él estaba desarmado-, pero lo que lo dejó inmóvil no fue que una mujer le estuviera apuntando con un arma, sino el hecho de que el arma con el que lo estaba apuntando era el arma favorita de Dean—. ¿Quién eres tú? Y, más importante todavía, ¿qué has hecho con mi hermana?

—Mira... Discúlpame, pero... No sé cómo explicarte esto sin que te vuelvas loca.

—Inténtalo.

—Creo que un Cupido me transportó aquí y, de alguna forma, cambié de lugar con tu hermana, sea quien fuere.

—Samantha —dijo la muchacha.

—¿Qué?

—Su nombre es Samantha. Así que un Cupido, ¿eh? ¿Te dijo el nombre el hijo de perra para que la traigamos de vuelta? Pienso cenar un Cupido rostizado —dijo la muchacha mientras, sin bajar el arma, le lanzaba a Sam una toalla.

—Necesitaba mi... Nuestra ayuda.

—¿Nuestra?

—Ella nos estaba contando lo sucedido a mi hermano y a mí, aseguró que ella se haría cargo de todo y aparecí aquí.

—¿Tienes un hermano?

—Sí, un hermano mayor. Su nombre es Dean.

La aludida, esta vez, apoyó el arma sobre la frente de Sam.

—¿Dean? Dean, ¿cuánto?

—Winchester. Mi hermano se llama Dean y yo soy--

—Sam. Tu nombre es Sam, ¿cierto?

—S... Sí, pero...

—Hazte un favor y quédate quietecito —la muchacha salió del baño, no sin encerrarlo, y Sam optó por salir de la ducha y sentarse en el inodoro. Después de todo, él no tenía un arma que disparar en cualquier momento. Oyó el sonido de una puerta cerrándose de un golpe, y luego el sonido de una canción a través de la radio. Al poco tiempo, al puerta volvió a abrirse y, también, la del baño—. Dame tu brazo.

Una daga de plata y un sorbo de agua bendita con el agregado de sal. Lo usual.

—Ni shapeshifter, ni demonio —dijo Sam.

—Espera —la muchacha le enseñó una espada de ángel que llevaba enganchada entre el cinturón y el pantalón que tenía puesto. Cortó a Sam justo debajo del tajo hecho con la daga de plata, pero no hubo reacción.

—Tampoco un ángel.

La rubia lo miró, abrumada, tratando de comprender lo que estaba sucediendo.

—De acuerdo, sígueme —le dijo, saliendo del baño y viendo Sam que estaba en una habitación de motel similar a esas a las que iba con Dean cuando tenían casos por resolver. Al lado de la ventana, una computadora portátil y no más de diez libros regados sobre la misma—. Estás diciendo que estás cazando a un Cupido, ¿no es cierto?

—Estoy ayudándolo. Creo. Tengo que ayudarlo. Disculpa, pero, ¿puedo saber al menos tu nombre?

—Mi nombre es Deanna Winchester.

—¿Deanna? ¿Y tu hermana se llama Samantha?

—No tengo ni la remota idea de lo que está sucediendo, pero probablemente tenga que ver con el caso por el que estamos aquí.

You'll Always Be My Soulmate (Wincest)On viuen les histories. Descobreix ara