5

15 5 6
                                    

Sentía el calor en mi cuerpo, quemando mis pestañas, y dando calor a mi piel expuesta. El aire estaba pesado, pero reconfortante pese a todo.
Iba en una silla de ruedas, a causa de mi pierna quebrada. Una de las gracias de la borracha al volante. Sentía que la odiaba, pero a la vez era bueno, ya que tenía ua sirvienta. Mi hermana me  golpeaba cada que me refería a ella como mi sirvienta personal. Pero la borracha, me debía mi pierna rota, y el no poder ir a dar mis clases con la comodidad de siempre; así que se me hacía más que justo tratarla toscamente.

-Mi madre adoraba el verano, uno de los pocos recuerdos que guardo de ella. Es con nosotros en una alberca, tratando de sobrellevar el caluroso verano. O cuando íbamos y compraba nieve de menta. Era y es mi favorito.-

-¿Acaso alguien te ha preguntado por tu madre?. Porque me parece que yo no.-

-Y tú tan amargado, que nunca me haces caso. Ni siquiera se por que te cuento esto a ti.-

-Yo no te pedí que lo hicieras.-

-Anda, que allá hay un puesto de helado.-  Y sin decir nada, me arrastra junto a ella. De improviso, sin pedir permiso, así como ella llegó a mi vida.


En todos los sentidos, Bella (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora