Parte única

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Pareja: AtsuKara

Género: Romance

Palabras: 1206

Una vez más

Se llevaba a cabo la ceremonia de bienvenida en cierta escuela, la institución no era de prestigio ni resaltaba por sus logros deportivos, pero se mantenía en un rango aceptable para su comunidad. Entre los diversos alumnos, uno se hallaba en la última fila mirando con discreción su alrededor, apenas y prestando atención a las palabras de los profesores, el nombre de aquel chico era Atsushi y aunque su expresión no lo denotara, se encontraba bastante emocionado.

Atsushi pertenecía a una familia con grandes recursos, por lo que, convencer a sus padres de asistir a una escuela pública había sido todo un desafío, el joven estudiante no renegaba al futuro brillante que le aguardaba, pero ansiaba un poco de normalidad en su vida antes de enfrascarse en un mundo de negocios y máscaras.

Los días pasaban con relativa calma, las clases no eran complicadas, los maestros eran serios y los compañeros agradables, era todo lo que quería, una vida escolar normal... ¿Por qué se sentía decepcionado?

Quizás había idealizado de más la normalidad, el hecho de hacer lo mismo que el resto comenzaba a aburrirle, sus compañeros tan ejemplares le daban una vista a su futuro, probablemente estaría encerrado en alguna oficina con tipos similares a los de ahora.

Atsushi se mantenía recargado en una de las ventanas del primer piso, observando al patio con poco interés y pensamientos deprimentes sobre su situación. Fue en ese instantes que lo vio, o mejor dicho, los vio, seis chicos con el mismo rostro reunidos cerca de una banca, vaya que aquello era insólito para él, conoció alguna vez a unos gemelos o trillizos, pero, ¿Sextillizos?, eso sí era sorprendente. Atraído por la escena mantuvo la vista en ellos por bastante tiempo, analizándolos y buscando aquellas características que los diferenciara, tan concentrado se hallaba en la tarea que no pudo evitar sorprenderse cuando uno de ellos le devolvió la mirada junto a una cálida sonrisa.

El timbre anunciando el fin de las clases incito a los seis chicos a apresurarse al interior de la escuela, y mientras tanto, Atsushi no logro borrar tan cautivadora imagen de su mente.

No pasó mucho tiempo para que entre los alumnos se hablara de los sextillizos, comentarios positivos, críticas y una que otra burla en torno a ellos era el tema de todos los días.

Atsushi sentía una creciente curiosidad por los hermanos, en especial por aquel de sonrisa angelical.

Una mañana, a varias cuadras de la escuela tras ser dejado por el chofer de la familia, andaba con paso tranquilo a sabiendas que tenía tiempo suficiente para llegar, fue cuando escucho voces acercándose.

- ¡Date prisa Jyushimatsu! –

El grito fue dado por un chico que de inmediato reconoció como uno de los sextillizos, a pocos pasos otro de los hermanos pasó junto a él.; observo a los dos jóvenes sonrientes, uno de ellos llevaba al parecer un panecillo en la boca.

- ¡Aguarden! – un chico ligeramente más bajo intentaba alcanzarles, seguido de otro que usaba lentes.

Se acercaba un quinto hermano muy molesto, y por un instante, le pareció haber visto que este llevaba pantuflas; el mismo chico pasó sin cuidado empujándole en el acto y haciéndole tirar su mochila.

- ¡Maldición Osomatsu, eso era mío infeliz! – vocifero sin intención de detenerse.

Vio a esos cinco jóvenes alejarse y bufó por lo bajo ante la actitud del último.

Una vez másWhere stories live. Discover now