† 𝖀𝖓𝖔 †

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Diciembre, 1970.

¿Qué era esta sensación? Ascendía desde las llamas de mis dedos como fuego vivo, pero se esfumaba una vez traspasaba mis venas. Podría intentar adivinar con torpeza, aunque al fin y al cabo nunca obtendría una respuesta absoluta. Estaba seguro de jamás haber sentido aquello antes. Siquiera recordaba haber sentido alguna vez.

Mi pecho se sacudía como un sismo melancólico. Permanecía con la vista en mis manos, observando con desenfoque los delgados dedos que la albergaban. Pareciera que no era capaz de comprender que hacía aquí. Un pasado incierto. Una memoria inexistente.

¿Qué era esta sensación?

Alcé el mentón en busca de lo conocido. El olor a tierra húmeda inundó mis fosas nasales. Era agradable. Fresco.
El sonido suave del agua escurriendo entre las rocas obtuvo mi interés por completo.

Aquel fino riachuelo bajo mis narices conseguío esclarecer mi conciencia, y como si de un choque se tratase, caí en cuenta de que estaba perdido dentro de mí mismo.

— ¡Hey! ¿Estás bien? — Una voz agria capturó mi atención, provocando que volteara en su dirección.

Un chico de aspecto delgado se congeló delante de mí silueta, en tanto navegaba con una mirada titubeante el resto de mi semblante.

— ¿Estás herido?

¿Herido?
Con detenimiento pasé la vista por mi torso. La fina remera que traía puesta destilaba en sangre. Regresé mi mirada a él chico sin ningún tipo de gesto. Por más que tratase de encontrar alguna razón para estar así, todo era difuso.
El pelirrojo se aproximó hasta mí con pasos firmes, mientras se deshacía de su chaqueta, depositandola con delicadeza sobre mis hombros.

— Eres muy pequeño para estar solo en este tétrico bosque. — Sus ojos derrochaban preocupación. Analizó mi expresión con esmero, para luego inclinarse a mi altura — Parece que no tienes ninguna herida por la que alarmarse — Suspiró, sin quitar su atención de mi mirada vacía — ¿Sabes qué te sucedido? ¿Tienes conocimiento de algo? — Negué con lentitud — ¿Puedes recordar tu nombre?

Y como si no fuese dueño de mis músculos, mis labios articularon al compás, en un inaudible susurro.

— Mark...

— Mark. — Aseveró entonado, viéndome fijo. Se levantó logrando que elevara la vista hacía él — Entonces Mark, mi nombre es Taeyong — Sonrió — pero puedes llamarme Han. — Sacudió mi coronilla con amabilidad — Vamos — Tendió su mano desnuda frente a mi rostro, manteniendo una frívola sonrisa ladeada — Te pondré a salvo.

"Let Me Sign..." † Mark Lee & Tu †  [SEGUNDA TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora