VI

33 0 0
                                    

"La furia de la mano de nuestros creadores."

Sistema Origen
2308 A.C.
Planeta Cero

El vapor de agua se elevaba por la cumbre de una formación rocosa, la temperatura aumentaba rápidamente descongelando las gruesas capas de hielo que se formaban a 8 kilómetros del nivel del suelo. La atmósfera se tornaba oscura a esa altura, la presión atmosférica descendía a un tercio de lo que se encontraba a la base de la imponente montaña, una gran nave de color negro, imbuida en un halo de energía color rojo reposaba estacionariamente sobre la cumbre, sin emitir ningún sonido, pero desprendiendo gran energía térmica a su alrededor. Cuatro grandes tubos de alrededor de la imponente nave emergieron de la espalda de la misma, agarrándose en distintas partes de la cumbre, empezando a bombear un extraño fluido del mismo color del halo de energía que desprendía la nave, un estruendoso sonido de baja frecuencia saturó el tranquilo ambiente que había en esa montaña. Acto seguido figuras humanoides cayeron de una exclusa que se abría en la panza de la nave, impactando con gran fuerza el suelo que seguía desprendiendo vapor. Una de las figuras tenía un exoesqueleto color negro como el carbón adornado con pinturas tribales color amarillo, con grandes placas blindadas a forma de escamas que recubrían todo su cuerpo se incorporó del suelo tras haber caído con una rodilla hincada en el piso. En el medio de su casco, dos placas metálicas se retrajeron diagonalmente, dejando a la vista su boca, con una fría voz dijo.
-Quince coma cuatro metros por segundo cuadrado.-
-Estabilizando a catorce en tres... dos... uno.- Le respondió otra figura, portando un exoesqueleto al igual que el primero, pero desprovisto de pinturas que lo adornasen. De repente la nave que estaba sobre ellos se desestabilizó por un segundo, ladeándose completamente hacia la izquierda, a su vez que todos los seres que estaban en la cumbre saltaron por esa pequeña fracción de tiempo de la superficie de la montaña, como siendo repelidos por una extraña fuerza.
-Activando campo de disrupción.-
Súbitamente la nave sufrió un jalón gravitacional hacia el suelo, casi golpeando la montaña.
-Estabilizado a ocho coma nueve.- Replicó la figura con pinturas tribales sobre su armadura.
El vapor de agua se disipó lentamente, dejando ver perfectamente la cantidad de seres en la cumbre, en total eran 4. Grandes humanoides de tres metros aproximadamente. Delante de ellos empezó a vislumbrarse una gran compuerta, el primero se acercó hacia la puerta, una inscripción

"Deus Ex Machina"

Acompañada de un símbolo en forma de ciervo en el centro de la gran puerta. El extraño ser tocó una serie de botones dispuestos en su muñeca izquierda. Acto seguido la puerta se abrió, dejando entrar aire a su interior apresuradamente. Los cuatro seres encendieron unas linternas dispuestas a un costado de sus cascos y se adentraron en las profundidades de esa montaña.
Conforme los seres avanzaban, los tubos que previamente había desplegado la nave nodriza interferían con el paso en distintos puntos, bombeando constantemente el extraño fluido rojo. Llegaron hasta una cámara color dorado, con una gran cascada de agua natural que caía en el medio, hacia el fondo de la hiperestructura a través de un gran vacío recubierto de ventanales. Había vegetación muerta que cubría las paredes, las luces de la instalación parpadeaban constantemente, y grandes monumentos que giraban y se mantenían en constante movimiento, parecían nunca haber frenado su extraña danza. La iluminación era totalmente blanca, el lugar parecía una especie de santuario, conforme avanzaban por la cámara lo único que se escuchaba era el sonido de la fuente de agua ahogado por los grandes ventanales que ahí la retenían. Al cruzarla enteramente, otra gran compuerta se abría automáticamente ante la llegada de estos visitantes. En el centro una gran máquina en forma de araña, con grandes brazos metálicos que reposaban llenos de polvo ocupando toda la extensión de la habitación, parecía dormida. En esa gran habitación, la luz ya brillaba por su ausencia, gotas de agua caían del techo y manchaban las paredes, grandes fragmentos del techo habían caído al suelo aplastando por completo una sección entera de los tentáculos de la majestuosa máquina antropomorfa. Todo el equipo encendió sus linternas nuevamente, pasaron por encima de los tentáculos de la máquina dormida. De repente se encendieron cuatro sensores ópticos color cian en la parte delantera de la máquina, uno de los tentáculos se levantó rápidamente del suelo, levantando una cortina de polvo, lanzando por el aire a uno de los seres, antes de que este tocara el suelo la máquina lo agarró en el aire, ensartándolo por la mitad, expandiendo tres garras al final del tentáculo, que sirvieron a modo de punta de lanza hace instantes, haciendo estallar al ser. Rompiendo sus placas metálicas de blindaje como si nada. El ser con pintura amarilla saltó casi 5 metros, se activaron unos propulsores en su espalda y dejó caer un golpe en uno de los sensores ópticos de la máquina. Un fluido color cian brillante saltó por los aires y chorreaba por un costado de su blindaje. En ese momento los otros dos seres desplegaron unas espadas de energía de sus brazos izquierdos, corrieron a una velocidad inhumana, cortando cada uno un tentáculo, teniendo esta 8 en total. La máquina emitió un quejido de agonía, y no paraba de sangrar y perder líquido. En ese momento arremetió contra otro de los seres, atravesando su cabeza totalmente, cuando el cuerpo se desplomó en el suelo lo agarró con sus tres garras, levantándolo en el aire y golpeándolo contra el suelo, pulverizando totalmente el cuerpo del ser en una explosión de fluidos corporales, sangre y partes metálicas que crearon una lluvia de chispas al impactar con tal fuerza el piso. El humanoide del exoesqueleto amarillo volvió a dar un salto, desplegó su espada de energía y cayó sobre la parte de arriba de la máquina nuevamente, enterró la espada lo más que pudo y la retorcía sobre el centro neurálgico de la bestia, que se retorcía soltando chorros del líquido brillante, entre una lluvia de chispas y humo que se elevaba, el ser hundió su espada lo más que pudo y los sensores ópticos de la máquina entre lamentos se apagaron lentamente, hasta que en un último suspiro de fuerza la máquina pronunció.
-Gracias.-
Apagándose por completo bañada por completo de ese extraño líquido brillante. Los dos seres restantes hincaron la rodilla frente a la máquina y enterraron sus espadas en el piso, guardando silencio durante un minuto.

El viaje continuó, habiendo dejado atrás la primera cámara, un gran pasadizo a 45 grados se adentraba más y más en la profundidad de la montaña, ya no había ningún atisbo de luz a esa profundidad, las instalaciones estaban más y más deterioradas, el ser con el exoesqueleto amarillo guiaba, hasta que se toparon con una puerta con la siguiente inscripción.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 14, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Un cuento de PolarisWhere stories live. Discover now