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"El ejecutor."

Sistema Origen
25 de diciembre de 2907 D.C.
Sin identificar.

-Fue difícil concertar este encuentro Hi-Hans, estuvimos bajo el radar de la mancomunidad de Polaris por mucho tiempo, supongo que entiende las precauciones que nos hemos tomado al decidir que nos encontremos en esta polvorienta roca. Les invito a tomar asiento.- Lem era un hombre alto, de complexión media, sus ojos celestes contrastaban con su color blanco de pelo, característico de los Amidios. Miro con desconfianza a su anfitriona.
-Salam señorita, no he tenido el gusto. Mi nombre es Lemarck Darion, ex comandante de las fuerzas expedicionarias de la mancomunidad de Polaris y actual investigador del Instituto de Investigación y Medición espacial de la Federación o IIMF.-
-Salam Hi-Lem, mi nombre es Kalama de la casa Jeneret, del Imperio autárquico de Phi. O como les gusta llamarnos a los miembros de la federación, el imperio en el exilio.- Y razón no le faltaba, las historias sobre la autarquía de Phi abundaban en la academia cuando Lem era un joven aspirante a técnico de naves de reconocimiento. En historia general del grupo local de estrellas, había escuchado como este imperio se separó de la federación a mediados del 2800. La exploración espacial estaba en su época dorada y los habitantes del sistema Phi encontraron algo que parecía inexplicable ante los ojos de la probabilidad, tres supertierras, coexistiendo en orbitas que se entrecruzaban al orbitar a sus dos estrellas madres, que a su vez, se orbitaban a sí mismas. El imperio dejó de tomar parte activa en la economía, y al disponer de tanto espacio para si solos, decidieron recluirse. Desde entonces la federación decidió dejar a la autarquía de Phi como una mención en libros de historia.
-Sus títulos me impresionan Hi-Lem. Admito que al principio he dudado cuando su amigo Hans me comentó que me reuniera con un Amidio, estoy consciente que la federación le ha dado encargos de investigación en nuestro sistema, es así como conocí a Hans.- Hans miró con una sonrisa nerviosa a Lemarck mientras se rascaba la nuca y dejaba escapar una leve risita infantil.
-Tengo entendido que en la cultura de los autarcas de su sistema natal, aquellas quienes pertenecen a la casa Jeneret, son versadas en la música y ciencias del espacio, lo que la hace parte de la nobleza, corríjame si me equivoco señorita.- Los largos cabellos de Kamala caían sobre su espalda y hombros, con una gracia que era digna de una divinidad. Con un peinado cortado por encima de sus cejas que tapaba su frente, y una tiara color dorada que contrastaba a la perfección con el profundo color negro azabache de sus ojos y la blancura de su tez. Lem estaba, sin duda impresionado. Él podría pilotar un crucero como las Vas Zorah, si así fuese el caso, por si solo... Pero no sabía nada sobre como tratar con la nobleza, era un hombre de acción.
-Si es que así quiere llamarle Hi-Lem, en mi planeta natal ocupo el lugar de una investigadora de antiguas civilizaciones a medio tiempo, mientras me dedico a la investigación de perturbaciones en el espacio tiempo y a observar los sistemas que están más allá del alcance de los relés de masa.
-Déjeme adivinar, como el sistema Xi.- Dijo Lem, entusiasmado como el niño que conoce por primera vez el interior de una nave espacial.
-Así es Hi-Lem, el motivo por el cual nos hemos reunido hoy, es porque creo que sé que es el objeto inerte el cual han estado estudiando Hi-Hans y usted.-

Autarquía de Phi
26 de diciembre de 2907 D.C.
Puente de mando de la Olimpia.

-Salomón. ¿Has hecho lo que te pedí?- Dijo el ejecutor Govinda. Un joven estratega y filósofo, estaba a la cabeza del quinto ejercito autárquico, su pelo era corto y con rulos. Dentro del puente de mando vestía como el código autárquico lo dictaba, utilizando el clásico uniforme de ejecutor, una hombrera de oro puro y una corona del mismo material, siendo moldeado el mismo para asemejarse a la forma de los laureles, puestos encima del uniforme militar habitual de la autarquía. –Si ejecutor. Se ha enviado un grupo de espionaje y reconocimiento al sistema origen.- Salomón era un antiguo ejecutor, que perdió la altura que caracterizaba a los autarcas debido a su avanzada edad. Casi sin pelo, con los ojos siempre entrecerrados, grandes ojeras y una barba bastante poblada. Era el producto de años y años de experiencia en combate, gracias a la guerra de los cinco soles. Cómo era costumbre en el sistema Phi, los ejecutores tras haber cumplido con su deber, podían servir de consejero al nuevo ejecutor que tomase su puesto. Era considerado el más grande honor en la autarquía. Pasar los conocimientos a nuevas generaciones era el propósito de todo anciano o anciana en el sistema.
-Perfecto, muchas gracias Salomón.- Respondió el ejecutor, se reclinó sobre su silla con gesto cansado y hundió su mirada en un holoregistro que no terminaba de entender del todo. –Señor, le he visto ver el mismo holoregistro mínimo 5 veces en la última hora. ¿Qué sucede?- Govinda apagó el holoregistro, se paró del asiento de mando, camino por el puente de la Olimpia con las manos estrechadas en su espalda, y reflexionó. –Salomón, ¿Por qué habría de escapar la hija del emperador? Sé que ella está tramando algo. Algo lo suficientemente grande como para aceptar reunirse con un contingente de la federación. A primera vista esto podrían ser simplemente los primeros pasos que se dan antes de una traición. El exilio premeditado, el contacto con una fuerza diametralmente opuesta a la nuestra y por último, llevar a cabo algún plan que infrinja un golpe en la autarquía desde dentro, aprovechando su posición privilegiada. Claro, sería fácil volver al sistema Phi bajo la excusa de que engañada o secuestrada por un malvado grupo de la federación, librándose así de culpas y dejando a su padre a la merced de sus intenciones. Si ese es el caso, estoy listo para usar todos los medios que están a mi alcance para hacerla que pague por eso. Sin embargo, no es divertido ejecutar las leyes tan rápidamente, me interesa este pequeño juego que ella está jugando. Sabe que vamos a seguirla, nuestra red de inteligencia abarca tanto la periferia como los mundos interiores. ¿Por qué habrá elegido Marte? ¿Qué es lo que mueve a esta mujer?-
Salomón se limitó a pararse al lado de él, en una cúpula de observación del puente de mando, que daba de frente a las dos estrellas madres que se orbitaban entre sí. Ambas enanas rojas haciendo una danza celestial y brillando con una leve luz tenue, que al reflejarse en las tres super tierras orbitándolas, le daban ese color vino tan característico del sistema Phi. –Creo señor, que es hora de que descanse. La nave de espionaje llegara mañana en el último salto al sistema Origen, tendremos noticias de ella dentro de poco. Por ahora, tómese un tiempo para leer algún libro o distenderse ejecutor. Yo haré lo mismo.- Dijo Salomón, excusándose para ir a su cabina caminando con la paz y tranquilidad que caracterizaban a cualquier ejecutor retirado y que era tan opuesta a la ferviente animosidad de cualquier joven, que ahora estaba en el cargo que alguna estuvo él. 

Un cuento de PolarisWhere stories live. Discover now