U N O

20 1 0
                                    


Es curioso. Una persona, durante toda su vida se la pasa pensando en la muerte, ¿qué se sentirá morir? ¿Es verdad que toda tu vida pasa en menos de cinco segundos? Bueno, la verdad es que nunca supe la respuesta a eso, lo único que pude recordar fue a ella: la mujer que amé de verdad, por primera vez. El día que la conocí fue un suceso muy cliché, algo muy parecido a lo que pasa en las películas de romance para adolescentes. Y para mí, fue perfecto. Aquel día, recuerdo que llevaba un hermoso vestido amarillo, con corte hasta las clavículas. Pensaran que lo único en lo que el hombre se fija es en el escote de una mujer, pero la verdad es que lo primero que miré en ella fue su hermosa piel blanca y sus extraordinarios ojos color miel.

Algo en lo que siempre me fijé fue en sus libros, siempre tenía los libros en su brazo izquierdo y en orden de tamaño. Es muy curioso que, a pesar de tanto tiempo, aún recuerdo aquellos detalles, los cuales nunca pude averiguar por qué sucedían.

Ese día, que hablamos por primera vez fue muy curioso. Yo estaba junto a unos compañeros del equipo de atletismo, conversando sobre la siguiente competencia nacional, y ella pasó junto a nosotros, con paso rápido. Lo primero que noté fue su delicado y delicioso perfume que inundó todos mis pensamientos. Seguí el aroma, hasta llegar a toparme con ella. Su pelo se balanceaba de un lado al otro, al ritmo de su caminar. Rápidamente volteé a ver a mis compañeros, preguntándoles acerca de ella, si alguno la conocia. Y resultó ser la hermana de uno de los integrantes del equipo de ajedrez. Sí, hermana de los nerds de la facultad. Desde aquel día, me atreví a hablarle. Uno de eso días soleados me acerque a ella para almorzar. La saludé y me senté frente a ella. Me sonrió muy delicadamente mientras yo, inundado en mis pensamientos, traté de hacer lo mismo.

Hablamos un poco, acerca de la universidad, entre otras cosas sin importancia. ¿Quién iba a decirlo? Nos volvimos muy cercanos en muy poco tiempo; y la verdad adoraba pasar tiempo con ella. 

Hasta Que La Muerte Nos UnaWhere stories live. Discover now