❧ 17.

1.8K 187 149
                                    

El día era frío, eran alrededor de las 17.00 pm. Ya llevaban más de dos semanas en la granja de Rockfield, las grabaciones valían oro y tenian sangre y sudor encima.
En especial sudor. Y cerveza.

Roger estaba terminando de practicar I'm in Love with My Car, su parte. Los chicos estaban debajo cocinando la cena. El único que quedaba era el terminando de gastar energías en su pieza.
Estaba feliz con el resultado, amaba su canción. Sabía que a su novia le gustaría tambien... Bueno, excepto por la arte de "Tell my girl, I have to forget her."

Oh Lizbeth. Se puso a pensar en ella, en su carita de angel. Las pecas que decoraban desde el punte de su nariz hasta la barbilla; sus ojos color... ¿Quien sabe? Eran una mezcla de Verde y marrón, con miel en el centro; en sus labios gruesos y delicados que... Amaba escucharla gritar su nombre, o bueno, cantar con él en las madrugadas.

La extrañaba tanto, en todo sentido. Extrañaba el calor corporal, el contacto y hacerla suya una y otra vez. Pero tambien necesitaba sus abrazos, sus mimos, sus besos. Sus palabritas en el oído diciendole que todo estaría bien.
Suspiró como tonto enamorado que estaba; dejó sus baquetas y en el momento qie se acerco al telefono para llamarla a la chica; comenzó a sonar.

- ¿Hola? - Respondió. Se sentía una respiración femenina agitada al otro lado.

- ¡R-Rog~! - Era Lizbeth, se alarmó al instante ya que ella solo jadeaba y gemía.

-¿Amor? ¿¡Que sucede?! - Se fijó que no estuviera ninguno de los chicos por ahí. Pensó que estaba corriendo, o que quizas la señal era mala. Pero fue mucho mejor de lo que esperaba.

- ¡Roger~! ¡No puedo acabar! - Roger se quedó algo paralizado. Primero, por la conexión que tenían al haber el estado pensando en cogersela minutos antes. Segundo, por la situación en si.

- ¿A-Amor? - Volvió a sacar su cabeza por la puerta fijandose que no lo vieran; cerro con llave y volvio a la llamada.

La rizada apenas podía hablar, estaba necesitando escucharlo.
Roger se sentó en el pequeño sofa, puso una pierna encima de la otra e hizo lo que mejor sabía hacer: Actuar de Daddy para su bebita.

- Para.

- ¿Q-Que--?

- ¡Que pares! - Ella obedecio, sin sacar del todo sus dedos dentro de ella. - ¿Que te había dicho yo de tocarte sin contarme?

Le subio una corriente por la espalda al oír esas palabras con su voz seria y rasposa. - Uh... -Se había puesto tanto nerviosa como aún más excitada.

- Lizbeth.

- Q-Que debía llamarte primero.

- No cuando estes acabando. - Arqueo la ceja. - No sabes lo que te espera cuando vuelva a casa.

- P-Perdon R--

- ¿Eh? - La interrumpió corrigiendola. Ella sonrió dandose cuenta de lo que buscaba, que ya lo tenía excitado.

- Daddy.

- Asi es. Nos vamos entendiendo, gatita. - Se rió ronco rogando por todo lo existente que los chicos no lo llamaran.

- Me vas a volver loca joder, te necesito, te necesito aquí. - La mestiza volvio a meter sus dedos.

- Solo uno.

- ¿E-Eh?

- Se lo que estas haciendo, solo mete uno. -Ella soltó una risotada al ver como la conocía tanto; y obedeció, soltando un suave jadeo que torturaba a el rubio.

- Pero me v-voy a volver loca asi, encima no estas aquí para al menos... Ugh, verme. - Los cortos jadeos, dios, los jadeos de Lizbeth eran tortura basica para Roger.

- Dios si estuviera ahi, linda... Me sacaría tanto las ganas que llevo en estas semanas. -Se mordía la punta de su dedo indice, escuchandola gemir. - Te trataría como la princesa que eres... Bueno, tal vez un poco peor. - Soltó una risita jadeante.

- A-Ay Roggie por favor...

- Si hazlo. - Sabía a lo que se refería y ella se metió otro dedo más lentamente. -

- Daddy no puedo má--

- Y yo no puedo escucharte más. - Soltó desesperado dejando el telefono a un lado y se desabrochó el pantalón.
Mientras la cosa sucedia dentro, del otro lado de la puerta estaba Deaky afinando su bajo para entrar al estudio.
Antes de agarrar el picaporte de la puerta, escuchó ruidos... Raros.

Gemidos de Roger.
Frunció el ceño, acerco el oído y escucho la charla no tan romantica de la pareja. Se coloró shockeado y antes de reir o hacer cualquier otra reacción; corrió a buscar a Brian.

- ¡Brian! -Le hizo señas Deaky desde el inicio del pasillo. El rizado levanto la vista de su guitarra y lo miró.

- ¿Eh, que sucede? ¡Estoy ocupado! - Levantó un poco la voz.

- ¡SHHH! ¡Ven y escucha! - Sonrió demostrando que era algo bueno, buenisimo. Dejo el instrumento en el sofa y lo siguio tratando de hacer el menos ruido posible.
Deaky le hizo señas de que pegara su oreja para escuchar,y así hizo.

- Yo no escucho n--

- Ay Lizbeth, nena...

- Madre santisima. - Exclamo en ese instante y pego el oido a escuchar. - ¿S-Se esta...? - Miró a Deaky señalando la puerta. Este asintio riendose lo mas bajo que podia.
- Quiero entrar.

- ¡No no! Dejalo acabar, quiero reirme luego.

Mientras tanto...
- ¡Fuck, fuck Roger! - Gritaba la rizaba al otro lado del telefono. - ¡Estoy-- E-En el cielo!

- En el cielo estarás cuando estés conmigo nena.

Era algo mutuo, nada común en esos tiempos, pero estaban tan desesperados que simplemente harian cualquier cosa.
Acabaron juntos prácticamente, quizas ella un poco antes, pero sus gemidos son el mayor estímulo para Roger.
Un par de gemidos; otro par de cosas atrevidas de parte de uno y del otro, y cuando la llamada estaba por finalizar, la puerta se abre de par en par.

Ahí se encontraba Brian, en el suelo,con Deaky encima; ambos caidos por apoyarse demasiado en la puerta mal cerrada.
Roger colgó enseguida, subiendole el color a la cara. Ninguno sabía que decir.

-Eh... ¿Acabaron bien? -rieron a carcajadas los dos castaños mientras el rubio se sacaba un zapato para tirarselos por la cabeza.
Ellos salieron corriendo enseguida, sin dejar de reir.

- ¡LA PROXIMA SE METEN EN SUS ASUNTOS!

- ¡LA PROXIMA TE PAJEAS EN EL CUARTO TUYO!

N/A

me quedó horrible asies perO
vayan a leer mi nueva nocela de Ben Hardy plis, les va a gustar tanto como esta

big uwu

the rock-a-van ❧ roger taylor | WATTYS 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora