UNO. (primera parte)

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"Mi amor, tranquila, todo va a estar bien" susurró mientras me daba leves caricias en uno de los brazos. No pude ni siquiera darle la cara, lloraba como nunca antes había llorado, el aire me estaba faltando y sentía que estaba perdiendo el control de mi cuerpo. "Escuchame Poché, estoy contigo mi amor, no estás sola, trata de respirar bien, por favor." Me dio un beso en el hombro "No te hagas daño, te estás rasguñando las piernas." Me movió el hombro e hizo que me diera media vuelta para quedar frente a frente, aún así no podía mirarla a los ojos, tenía tanta vergüenza de que me viera en ese estado que no era capaz de darle la cara. Ni siquiera me había dado cuenta de que me estaba haciendo daño, me miré las piernas y efectivamente tenía rasguños.

Ramón, nuestro bebé (perrito), se me acercó y comenzó a lamerme la cara, si hubiese sido en otra ocasión me hubiera echado a reír y me calmaría de inmediato, pero en éste caso la situación ya se me estaba saliendo de las manos.

No sé cuánto tiempo pasó, pero entre más trataba de calmarme más lloraba, Calle estaba haciendo de todo para poder calmarme y no daba resultado nada. Optó por llamar a nuestro doctor de confianza y me dio un tranquilizante, habló un buen rato con Calle hasta que se fue.

Estaba respirando mejor y el sueño me estaba invadiendo, igualmente no dejaba de sentirme mal porque estaba arrastrando a Calle a todo lo que me estaba pasando y era lo que menos quería.

Se aferró a mí tanto que sentía como todo lo malo iba pasando, sus brazos eran el único lugar donde me sentía segura, me comenzó a cantar una canción de cuna mientras dejaba leves caricias en mi mejilla, su voz me transmitió tanta paz que logré dormir

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Llevaba una semana sin ir a la Universidad, no salía de casa, no dormía bien y tampoco comía como se debe, mi estómago se había cerrado. Mis ganas de seguir habían desaparecido. Tenía la misma camisa con un estampado de los Beatles de hace tres días y un short de pijama, mi cabello estaba hecho mierda así que me hice un chongo, tenía maquillaje regado por toda mi cara y los ojos hinchados de tanto llorar.

Paula, una de mis amigas de la Universidad me escribió para que salieramos, en el momento me pareció muy buena idea, llevaba días sin salir, ¿por qué no salir?, pero estaba llegando la hora y todo se estaba yendo a la mierda. Estaba volviendo a sentir esa presión en el pecho que me daban ganas de llorar.

Calle no vivía conmigo del todo, a veces venía a mi departamento a quedarse, pero últimamente la sentía más lejana y me estaba haciendo muchísima falta. Estuve mirando el celular como por una hora, pensando en si escribirle o no, tal vez estaba ocupada haciendo trabajos de la Universidad o grabando algún cover para su canal de youtube, quería llamarla y decirle que me sentía mal, que la necesitaba más que nunca, pero no pude hacerlo, no quería comenzar a ser una molestia.

Me volvió a llegar un mensaje de Pau donde decía que me estaba esperando en el cine. Me mandó una selfie con Mario, Sebas y Camila, se veían todos tan contentos que por un momento deseé estar con ellos. Cancelé, no fui.

Estaba sola, me sentía sola, lo único que tenía era a Ramón en ese momento, me sentía tan insuficiente y poca cosa, no podía más. Estaba todo desordenado, habían cosas tiradas por todo lado, yo no soportaba el desorden pero mi inestabilidad emocional estaba peor que todo lo que me rodeaba en ese momento.

Alguien abrió la puerta y era Calle quien llegó a salvarme, me abrazó tan fuerte que por un momento sentí que todas mis partecitas rotas se volvieron a juntar. Se quedó por un rato a mi lado, sin decirme nada, solo mirándome con tristeza, aún así ese brillito celestial que tienen sus ojos no se iba, de vez en cuando me regalaba sonrisas y yo se las respondía de la misma manera. Las palabras sobraron en ese momento, su presencia me tranquilizó. Es increíble todo lo que ella y yo logramos conectar.

Anxiety. |Caché|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora