XI: Lo mejor para ellos

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¿Me extrañaron? Weno, a la historia xD. Lamento no haber actualizado antes, estuve muy enferma y no tenía ganas ni de levantarme, pero ya estoy casi al 100. uvu 

¡Disfruten la lectura! 

Hincado en el piso y con sus brazos sosteniendo su peso, Wei Ying devolvía los alimentos en el retrete. La culpa era de su encantador esposo por haberle comprado pastel y comida picosa el día anterior para celebrar su cumpleaños número veintidós. Había sido una tarde cualquiera a petición suya de ahorrar el dinero para los bebés, pero WangJi no podía dejar pasar una fecha tan importante en la vida de ambos.

Ahora las consecuencias las pagaba él, quien se había atragantado con cuatro rebanadas de pastel de chocolate y un montón de chile en su comida. Los mareos disminuían, pero los vómitos solo empeoraban y se sentía pésimo. Su tercer mes de embarazo no parecía estar mejorando como había mencionado la doctora, era lo opuesto, quería que terminara o al menos tuviera paz en su estómago o en sus tripas que se revolvían.

Con un suspiro, se desvaneció sentado en el suelo y volteó hacia la puerta. Ahí, parado y sonriéndole estaba su amable padre que se acercaba con una toalla húmeda, observando el desastre que ocasionaban su nieto, pues aún no sabía la noticia. FengMian se inclinó y comenzó a limpiar la comisura de los labios de su hijo, tallando el trapo con sumo cuidado de no herir a Wuxian.

—¿Lan WangJi llegará tarde? —cuestionó, levantándose primero para ayudar al menor que no tenía fuerza en sus piernas. Al verlo débil, simplemente lo cargó en sus brazos y caminó con él rumbo a la habitación principal—. Te pondré una bolsa de suero, estás muy pálido y no es sano para ustedes.

—Lan Zhan vendrá en la noche —informó, siendo acomodado levemente en la cama. A un costado, entre las mullidas almohadas, dos conejitos dormían hechos bolitas—. Ah, pero Wang y Xian me acompañan.

—Ellos no te auxiliarán en una emergencia —refunfuñó, dirigiéndose al tocador para agarrar los utensilios necesarios de su maletín—. WanYin y Wen Ning estudian, yo trabajo y tú estás solo. ¿No has pensado en contratar a una enfermera?

—Debo aprender a protegernos —murmuró, contemplando los movimientos rápidos de FengMian al instalar la bolsa de suero sobre la repisa al lado de la cama—. Son síntomas normales.

—Lo son, pero los mareos y las náuseas son peligrosas para un omega primerizo —objetó, sentándose en el borde del colchón para insertar por vía intravenosa el suero a su hijo—. No deseo encontrarte desmayado o que sufras un golpe. Eres muy valiente, pero recuerda que llevas una vida en tu interior.

—Papá, quería que fuera una sorpresa, pero no puedo ocultártelo —mencionó, agachando la mirada hacia su diminuto vientre—. No es uno, tendré dos bebés, así que debes consentirme el doble.

—¿Dos? —repitió, asimilando la información en su mente—. Serán dos bebés...

Tener un nieto era demasiado, no para él, sino para un joven inexperto como Wei Ying. No dudaba de aquel niño con alma inquebrantable, sería una madre y un padre ejemplar, dudaba de todo lo bueno y malo que podía suceder en un embarazo doble. Tenía miedo de que una de las luces más resplandecientes de su mundo se apagara para dar brillo a un par de criaturas indefensas.

Pero, también sentía una extrema felicidad por ser abuelo. Con YanLi no podía experimentar ese papel consentidor con su nieto, pues vivía lejos y solo los visitaba en vacaciones o cuando su hija llegaba. Tenía imágenes guardadas en su celular del hermoso niño, a quien habían llamado Jin Ling, y era un bebé muy activo y lleno de energía. No obstante, Wuxian estaba a pocos kilómetros de él, mimaría más a esos pequeños y a los de Jiang Cheng.

Nuestra vida juntosWhere stories live. Discover now