Capítulo 4. Pequeño empujón.

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Al colgar otra vez, una puntada insoportable le atravesó la nuca a Roni. Su vista se nubló unos segundos, pero al instante sintió la sangre brotar de su nariz. Apoyó la frente sobre el inerte teléfono, y rompió a llorar. ¿Por qué? Se preguntó, un millón de veces. ..¿Por qué?

Su madre llegaba cuando al fin, luego de horas , un doctor bajito y muy amable salía a darle el parte médico.

-Victoria esta estable. Aunque hay varias lesiones serias. Debimos extirparle el baso. Y hay una contusión craneana a la que le prestamos especial atención. Resta esperar estas 48 horas. Son vitales.

Roni no podía responder. Solo quería verla.

La impresión al entrar y encontrarla llena de cables , agujas y luces titilantes fue tanta que cayó sin fuerzas a un lado de la camilla.

-Roni, hija, se que esto es difícil. ¡Pero esta viva! Estará bien.

Quería creerle. Se aferró a Bárbara , muy fuerte, como intentando evitar caer al vacío. Y lloró desconsolada un largo rato.

-Amor-dijo Bárbara muy despacio- ve a casa.Bañate , toma tus remedios. Asi vuelves mas repuesta. Yo estaré aquí para cuidarla.

-Pero. ..

-¡Ve! Alejandro debe saber lo que pasa. Ve a decirle.

Era verdad:Alejandro aún no sabía.

Roni beso a Victoria en una mano y se fue. El taxi que la dejó en casa se marchó a toda prisa. Tiró sus llaves en la mesada, y tomó su celular.

"Amor estoy sin batería. Iré mas tarde a casa hoy"

Una desalentada risa se le escapó a Roni, mientras leía el mensaje. Estaba en verdad aturdida. Atrapó con los dedos una polilla que aún divagaba en el aire, y la estrelló contra la mesa.

- Tssss... se que estas enojada, pero no deberias desquitarte con mi pobre amiga. - Demian se sentó a su lado y cariñosamente tomo las manos de Roni entre las suyas.

-De verdad lo disfrutas ¿no?- chilló ella, no pudiendo contener la angustia.

-No Roni. No lo hago. Son cosas fortuitas.

-Tú lo hiciste.

-No. Pero si sabía que pasaría.

-¿Y por qué no me dijiste?

-Si te lo dije. Pero no podía darte detalles. ¡Qué gracia tendría de ese modo! Pero recuerda, también te dije que yo estaría aquí.

-¿por qué? ¿por qué yo?-Roni lloró sobre la mano de Demian, y este, sinicamente conmovido, se abalanzó sobre ella para abrazarla.

-Todo es parte de un todo mayor Roni. Incluso tú. Este dolor puede acabar. De verdad. Para mi sería un placer terminar con él.

Ella jadeaba cada vez mas fuerte, hasta que su llanto acabó por ser un grito desgarrador.

-No llores Roni, no - Demian comenzó a besarle el cuello , acariciandole la espalda. -Solo pideme que lo haga parar.

Su respiración era fuerte y agitada. Una notable excitación se adueñaba de su cuerpo, que se retorcía famélico, sobre ella. En el techo, la sombra de un monstruo de enormes proporciones y cuernos se cernía siniestra.-Pide que pare-repetía gimiendo Demian , al oído de Roni.

-Por favor. ..por favor. ..

-¿Si?

-Haz que pare.

-Eso haré- sentenció el con voz sobria y calmada, subiendose a Roni sobre la falda.

Ella lo abrazo por el cuello y se recostó en su hombro. Vencida por el sufrimiento, se desvaneció.

-"Despierta"

Eran las 8 pm.

Roni se había dormido sobre la mesa. El sonido de la llave vibró en la puerta y por ella, entró Alejandro.

Sin decir nada dejó caer su mochila y se sentó junto a Roni.

-¿Por qué apagaste tu teléfono? -preguntó ella. -Victoria tubo un accidente.

No quería dejarlo explicar. No importaba. Solo quería juntar valor para decirle lo que había pasado. Pero no pudo hacerlo sin ponerse a llorar de nuevo.

El la miró desencajado. No le reprocharia el descuido si ella dejaba pasar el no haber atendido el telefono, para estar donde debía.

-Vamos ya-le dijo al fin, y ambos salieron sin haberse cambiado si quiera.

Toda esa noche, solo velaron por Victoria, sin reclamos.

Ambos ivan y venían entre el tumulto . Se sentaban, se paraban, caminaban. Se tomaban de la mano. Se alejaban...

Ya de madrugada Alejandro se paró junto a Roni, que sostenía la mano de Victoria.

-¿Quieres?-le dijo , ofeeciendole café.

Las puertas se sacudieron y el médico de ese día temprano volvió a aparecer.

-¿Qué sucede?-preguntó Alejandro asustado.

-Hay buenas noticias. En la tomografía salió todo muy bien, al parecer Victoria no tendrá secuelas siquiera. Es algo apresurado pero. ..en fin...la niña tubo un ángel guardián y...

La voz se hacía cada vez menos nítida para Roni, que sentía próxima la presencia de Demian. Una extraña sensación de alivio la colmó, y enseguida pudo comprender.

-Alejandro, ¿Te molesta si ahora que sabemos esto voy a casa?-El la miró, recostado sobre el pecho de Victoria , y sin darle mucha importancia le dijo- no, ve, esta bien. Descanza.

Ella saludó al doctor ageadecida y salio de allí.

Era claro lo que debía hacer, así que una vez en casa tomó los cuadernos.

Una gota de sangre se plasmó en la hoja en blanco. Era imposible ignorar el persistente dolor, y el estómago revuelto y vacío.

-Yo te aliviare -oyó. Y sintió sobre la espalda las manos de Demian dándole un caluroso masaje.-Ponte a trabajar.

Roni comenzó a trazar alguna letra, tratando de no perder la concentración ante las intensas caricias.

De pronto percibió la lengua de Demian corriendole por la espina , caliente como un caldero, y no hizo mas que dejar caer el rostro sobre el papel.

Las manos sujetaban firmemente la cadera, a la vez que la boca, bajaba cada vez mas por la cintura.

-Así no podre trabajar.

-Si podrás-murmuró él.

Agotada, maltrecha , Roni se dejo llenar de aquella obstinada seducción. Su cuerpo se fue relajando pesadamente, hasta que sus párpados dejaron de pelear por mantenerse abiertos. Su ser, endurecido, y estrecho se fue empapando con el denso bao del deseo. Y cuando al fin Demian rozó con los dedos su húmeda piel, mientras la mordía, toda ella explotó en un festival de gloriosa satisfacción, hasta quedar extenuada y profundamente dormida.

"Confía siempre en Dios, nunca te olvides de Él". El aroma al hogar, la confortable sensación de hallar refugio. Todo se repetía.

-Papá. ..hay algo...

-Lo sé. ..

Roni se vio a si misma como una pequeña niña perdida, escondiendose en los brazos de su padre.

Su mirada era infinitamente dulce, tierna. Su voz era un soplo de misericordia.

-Despierta-oyó. Y despertó.

Otra vez dormida en la mesa. El cuaderno aún estaba allí , pero las hojas estaban repletas de palabras.

"Asi no podré trabajar" leyó.

"¿Cuál sería el final?" Cruzó por su mente.

-El final lo pones tú-escuchó, como al pasar.

Roni se miró en el reflejo de la ventana. Su cara había recobrado algo de color y lucía un semblante mas calmo.

Selevantó para acomodar sus cosas. Tomó una ducha, y sintiéndose como nueva salióa la calle, para pasar el día en hospital con su único tesoro, Victoria.

ENCANTADOR DE ALMASWhere stories live. Discover now