Zamas es un joven veinteañero, antisocial y un tanto despreocupado por cualquier cosa que pueda ocurrir...
Todo cambiara cuando por error, termine en las manos de un cruel criminal
El azabache se acercó a Zamasu mientras comentaba lo siguiente: – Tenía planeado que ésta fuera tu última noche, pero eres el juguete perfecto que había estado buscando – cuando terminó de decir esto, apuñaló al peliblanco procurando no acertar en puntos vitales. Se aseguraría de mantener a Zamasu por mucho más tiempo con vida...
– Agh, t-termina con esto de una vez, ¡¡me da igual que quieras hacer!! – decía Zamasu con dificultad mientras escupía sangre.
– Jajaja ya te dije que te quedarás aquí por más tiempo. No pienses que te dejaré libre, sabes muchas cosas acerca de mí y no lo pondré en peligro – exclamó Black.
•••
Las horas pasaban, cada una era más angustiante y desgarradora que la anterior; pero, sobre todo parecían infinitas. Black Goku se aseguraba de hacer sufrir todo lo posible al indefenso Zamasu, ya sea arrojándole agua hirviendo encima, propinandole puñetazos en su rostro, cortando zonas de su cuerpo o golpeando sus dedos a punto de fracturarlos. Los alaridos y llantos de dolor por parte del universitario no hacían falta.
La hora más anhelada en ese entonces para Zamasu estaba a punto de llegar, faltaban unos cuantos minutos para que ese infierno en vida terminara.
– Esto ha sido apenas el comienzo de tu martirio. Prepárate para más en el transcurso de estos días, porque no saldrás vivo de aquí – decía el Ángel de la Muerte mientras jadeaba y soltaba enormes carcajadas malévolas. Zamasu estaba a punto de desvanecerse, no ponía atención a lo que decía su verdugo y de un momento a otro quedó inconsciente entre charcos de su sangre. Black Goku salió satisfecho de aquel lugar al que le llamaba " Darkness Room".
Transcurridas unas cuantas horas, Atsushi se hizo presente para cumplir la promesa que le había hecho al peliblanco.
Cuando finalmente llegó el joven Atsushi, observó con horror a Zamasu tendido en el piso. De forma inmediata corrió hacia él y lo acomodó entre sus brazos, le dio un beso en la frente y salió con máxima cautela para evitar ser visto.
Atsushi llegó demasiado pronto a su habitación y acomodó a Zamasu en una cama que estaba en ese lugar, lo acobijó y esperó lo mejor.
– ¿¡Pero quédemonioshice!? ¿QuéharáBlackcuandonoencuentreaZamasuenlaDarknessRoom?. Segurosemeocurriráalgocuandolotengacaraacara. Jamásmeperdonaríaelhechodeveraunapersonamás pereciendo amanosdeesecruelhombre. EnespecialZamasu, Zamasumecautivócuandovíporprimeravezsusojosdecolorplataysudelicadocuerpo – pensaba Atsushi mientras contemplaba con temor el cuerpo en muy mal estado del peliblanco – S-soloesperoqueterecuperesZamasu, tedejaréenlibertadcuandoestésbien– las lágrimas hicieron aparecieron en los ojos de color verde esmeralda de Atsushi.
•••
El velo de la noche cubrió aquella casa llena de tormentos, y con ella, la aparición de Black.
– Hey Akane, he llegado – exclamó Black. Ante su llamado una jovencita de cabello negro y rojizo salió a su encuentro.
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– Jaja, por supuesto – exclamó Black para a continuación besar a su novia. Fue un beso demasiado prolongado y candente, donde los toqueteos no hicieron falta.
– Mmm... Me encanta y me vuelve loco tu sabor Akane, es exquisito – decía Black mientras se relamia los labios, una acción que provocó un sonrojo en su novia – En fin, tengo que ir a la Darkness Room, dejé a mi mejor juguete ahí – dijo Black para salir corriendo hacia ese lugar. Al abrir la puerta logró contemplar que Zamasu no se encontraba aquel sitio.
–¿¡Qué demonios pasó aquí!?¿¡Dónde está Zamasu!?– gritaba eufórico el azabache
– Señor, ha regresado – exclamó Atsushi quien se acercó en cuanto escuchó el grito de Black
–¿¡Dónde está mi prisionero!? ¡¡Exijo que me lo digas ahora mismo!! –
–S-señor, Zamasu murió a causa de las heridas que usted le provocó. No pudo soportarlo –exclamó Atsushi.
– Ya veo, ¿Qué hiciste con su cuerpo? –
–Lo arrojé con el resto de sus víctimas que han perecido –
– Está bien, creí que lograría soportar más, al parecer me equivoqué. En fin, buen trabajo Atsushi – el azabache regresó con Akane después de pronunciar éstas palabras. Atsushi suspiró de alivio
– Akane, ¿Quieres hacerlo ésta noche? No te dediqué tiempo ayer y quiero compensarlo – susurraba Black a su novia
– Si así lo quieres... – cuando Akane mencionó esto se abalanzo sobre Black, provocando que cayeran mientras lo besaba. El azabache pasaba su manos por el cuerpo delgado de su pareja...
Mientrastanto...
Atsushi se dirigió a su habitación, proponiéndose curar las heridas que marcaban el cuerpo de Zamasu. Para éstas acciones, tuvo que despojarlo de su ropa.