Capítulo 3.

33 3 0
                                    

Narra Emma.

Dios mío.

Este lugar era enorme comparado con lo que era mi antiguo instituto. Y a simple vista, todo demasiado cliché.

Chicas con mini vestidos esperando al toque de timbre para poder entrar. Y si, eran las famosas porristas. Junto a ellas un grupo de chicos con una campera con el logo de la escuela y supongo que son los jugadores.

Vaya cliché, pero sí que están sexys.

Totalmente de acuerdo.

Aún faltaban cinco minutos para que tocara el timbre así que entre para ir a buscar mis horarios y número de casillero. Le había pedido a Thomas que fuera con sus amigos, que yo podía encargarme. Al principio dudó un poco, pero luego cedió a mí petición.

Después de unos minutos, estoy considerando que fue una muy mal idea dejar a Thomas con sus amigos. Realmente estaba perdida en este enorme lugar. Buscaba la secretaria, pero no había forma.

Vi a dos chicos junto a los casilleros y no lo pensé ni un segundo. Con una sonrisa en mi rostro camine hacia a ellos con pasos seguros. Y vaya que eran lindos.

Secretaria. Concéntrate.

Bien. Respire hondo y hablé.

- Disculpen.- Toque el hombro del chico que me estaba dando la espalda y este se sobresaltó asustado. Solté una pequeña risa. Este se dió vuelta y me miró confundido.

- ¿Qué quieres?- pregunto brusco. Oh, que humor.

Pero lamentablemente, lo malhumorado no le sacaba lo lindo. Y es que lo era bastante.

Cruce mis brazos sobre mis pechos y aclare mi garganta.

- Soy nueva y quisiera saber en dónde queda la secretaria. - Hablé, pero ahora dirigiéndome al otro chico apoyado sobre los casilleros. Este me dedico una pequeña sonrisa y asintió. Nada parecido al idiota que tiene al lado.

- En realidad, tengo que ir para entregar unos papeles, así que podrías acompañarme y bueno, hacer lo que tengas que hacer.- Ofreció con una linda sonrisa, asentí e hice un paso para atrás para poder seguirlo. Este se giró a su amigo idiota y le palmeo el hombro.

- Nos vemos en clase Theo.- El susodicho asistió con mala cara y paso por al lado mío chocando mi hombro con el suyo. Estaba sorprendida, vaya que lo estaba. El chico que estaba conmigo se rió al ver mi cara y negó.

- No es personal, es algo, bastante frío y distante.

Y se notaba, ¡Claro que se notaba!

Pero no iba a dejar que ese idiota arruinara mi primer día. Nadie le arruina Emma Lamber su primer día.

Oye, tranquila vieja.

~~~~~~~~~~~~~~~

En multimedia Thomas Lamber.

La Vida en ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora