Primera parte.

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Un día entre semana Miguel se encontró con Mónica, hacía tiempo que no se veían, incluso años, se miraron y se reconocieron rápidamente, se saludaron, y pregunto Mónica que era de su vida, estando un tiempo hablando, Mónica estaba novia formal, al menos eso le dijo, pero que su novio trabajaba fuera y venia los fines de semana. Miguel le dijo que a ver si se veían un día, y Mónica quedo para verse entre semanas, pues el fin de semana venia su novio. Quedando ambos para el próximo miércoles.

Mónica había mejorado mucho en el tiempo que no se veían, o puede que Miguel la estaba mirando con ojos de deseo, pero Mónica se había hecho toda una mujer, y la ropa que llevaba la favorecía mucho.

Al llegar el miércoles, se encontraron, allí estaba Mónica, con una minifalda enseñando unas piernas muy bonitas, que Miguel no las recordaba que fueran tan lindas, pensando que lo bien que se lo pasaría el novio subiendo acariciando esas piernas, hasta llegar al lugar de unión, y allí disfrutar ambos. Se preguntaba si lo tendría depilado, para saborearlo, o si por el contrario estaba velludo.

Fueron a tomar a un bar de la zona, pero Mónica estaba algo intranquila, pues comento que la podían ver con Miguel y su novio se podría enterar, y luego tener problemas, así que le propuso que si podían ir a otro pueblo que estuviera más alejado. Miguel acepto, además en un lugar más lejano se sentiría mejor ella, y quien sabe si podía hacer algo, pues la ropa que se había puesto daban ganas de quitársela, para descubrir el resto de su cuerpo, pues lo que se veía era maravilloso, no recordando que estuviera así de bien Mónica, pero lo estaba. Estaba para comérsela, y Mónica pensaría a ver si me comen, con ganas y pasión.

Marcharon a otra ciudad a unos 80 kilómetros de distancia, durante el viaje, algunas veces Mónica acaricio a Miguel, de una forma muy persuasiva, y sutilmente a la vez. Miguel no podía evitar mirar las piernas de Mónica, además que al subirse al vehículo su falda se había subido más. Tuvo tentaciones de poner su mano sobre su pierna, pero se contuvo, no fuera que la fastidiara, y no hiciera nada. Mónica no hacía para bajarse la falda, parecía que estaba diciendo, mas no puedo enseñar, pero deseo enseñarte todo, y que lo hagas con ganas, para eso tapo lo justo. Además que se le veía que estaba muy a gusto ella en el vehículo.

Mónica dio a entender que su novio era muy clasista, que no le daba lo que ella quería, Miguel le dijo que como podía resistirse a no darle a una mujer lo que ella quería, Mónica se rio, y puso su mano sobre la pierna de Miguel dejándola bastante rato. Miguel le dijo que si por el fuera le daba todo lo que necesitara, pues estaba Mónica muy bien y se lo dijo así de claro.

Miguel pronto pensó que el novio no quería hacer nada con ella, o lo hacía pero sin mucha pasión, como si fuera una rutina, y que ella estaba deseando hacerlo sin que nadie le dijera, eso no quiero, no me toques así, que eso lo hacen las meretrices, en fin que estaba cohibida, o sin poder hacer nada, reservándose para la noche de bodas.

Nos vemos (erótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora