El éxito de una misión.

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Tras los acontecimientos con la organización Guild; tanto la Agencia armada de detectives como la Port mafia habían llegado a un punto intermedio de sus propios intereses en el que de alguna extraña y mágica manera, lograban convivir de manera cómoda y alegre entere si. La cosa es que, cierto cuarteto eran la excepción a la regla, incluso con el tratado de paz entre ambas organizaciones, y éstas querían solucionarlo.

Debía haber una manera, ¡y por el ideal de Kunikida que iban a encontrarla! Después de todo, los presidentes de las respectivas congregaciones eran conscientes de que ciertos sentimientos se encontraban flotando por aquí y por allá entre esos cuatro testarudos miembros; no podían simplemente hacerse de la vista gorda, y es que.... Secretamente, alentaban las estrechas relaciones que estaban seguros se formarían en un futuro.

....

-Dazai, el presidente te está llamado a su oficina. -Acotó el de pequeños y delicados ojos, saliendo de la ya mencionada oficina con un semblante ciertamente perturbador. Al otro no le quedó más que obedecer, aun con la mirada curiosa de los presentes.

Una vez adentro, notó que el presidente no le miraba; pues como de costumbre se encontraba sentado detrás de su escritorio con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Carraspeó un poco, nada exagerado, esperando a que el albino se dignara por fin a decirle porque es que le había llamado.
El mayor finalmente abrió sus ojos, dedicándole una mirada que el castaño no sabía como interpretar, no hasta que una pregunta le fue hecha sin más.

-¿Estás enamorado? -Cuestionó. El de vendas pareció no entender al inicio, luego rascó su nuca y después mostró una gran sonrisa.

-¿Se nota demasiado? -Devolvió la pregunta sin afirmar o negar nada, aunque al mismo tiempo lo dijera todo.

-Lo único que quiero decirte, Dazai; es que cuentas con nuestro apoyo. -El peli castaño nuevamente no entendía que era a lo que su ajeno se refería, no hasta que una luz pareció encenderse en lo profundo de su cabeza.

-¿Los demás lo saben? -Parecía un poco nervioso, cosa rara en él.
-¿Él lo sabe? -Pregunto una vez más con la esperanza de que la respuesta fuera distinta a la que ya imaginaba.

-Eso no puedo asegurarlo, después de todo no haz hecho mucho porque sea notorio aunque como era de esperarse las capacidades de nuestros miembros son excepcionales. -Se jactó el mayor, mostrando una natural y casi imperceptible sonrisa.

-Presidente, estoy agradecido de que me brinde su apoyo de ésta manera... -Mencionó con seriedad, volviendo a tomar un poco por sorpresa al albino mayor de la agencia.
-Pero... ¡NO SE QUE HACEEEEEER! -Berreó el castaño tirándose cual manta vieja sobre el escritorio de su superior. El otro le miró, invitándolo a seguir con su dramático monólogo.
-Él es demasiado, es hermoso, es prefecto y aún que estoy seguro que nadie podría resistirse a mi...-El mayor estuvo a nada de rodar los ojos pero no, se contuvo; debía mantener la compostura, tenía una imagen que cuidar.
-¡Él me ignora completamente!

-No creo que él te ignore completamente. Hasta donde tengo entendido, ustedes tienen una buena relación. -Aquello no hizo más que acrecentar el drama que se estaba montando el delgado joven de vendas.

-¡Una relación que no avanza a ningún lado! -Se quejó, lloriqueando y sorbiendo sus mocos como si realmente se encontrara llorando.

-Eso es a lo que voy, Dazai. -Le cortó el hilo, deseando que parara de restregarse lamentablemente sobre su preciado escritorio.
-Te apoyaremos, lograremos que estés a su lado lo más pronto posible. -El otro lo miró perplejo, un brillo inundó sus ojos con esperanza.

-¿Estoy viendo a un ángel? -Volvió a exagerar el suicida tomando las manos de su jefe.

-No, estás viendo al padrino de tu boda. -Acotó, tomando completamente por sorpresa al implicado.

-¡Incluso de nuestros hijos si así lo quiere, presidente! -Una vez reaccionó, respondió aquello con total entusiasmo.

-Pero son... -Suspiró. No tenía caso comenzar un debate con aquel joven acerca de porque no era viable el hecho de que dos hombres pudiesen procrear naturalmente. Aunque bien podían adoptar, pensó.
-En todo caso, debes prepararte; tenemos lo que queda de la semana hasta el sábado para lograr el objetivo de ésta misión. No debes cuestionar nuestros métodos, ten por seguro que es la mejor alternativa que encontramos aún con Ranpo descartando y agregando posibilidades. -Terminó por explicar el de ojeras profundas.

-¡Estoy de acuerdo! Pero quisiera hacer una última pregunta. -Fukuzawa asintió, permitiéndole cuestionar.
-¿Cómo lo supieron? -Realmente estaba curioso por la respuesta.

-Mori me lo dijo. -Fue toda la respuesta que recibió antes de que el mayor se pusiera de pie, y tomándolo por los hombros comenzara a echarlo de su oficina cual trapo sucio.

-¡Ah, Mori! -Asentía entendiendo completamente a que era lo que su ajeno se refería.
-¿Eh?, ¿Mori? -Bueno, tal vez no tanto. Y sin más fue echado, no obtuvo una respuesta pero eso no importaba

¡Después de todo lo ayudarían a estar con la persona que más amaba!, ¡por la que haría cualquier cosa!, su media mitad, su naranja, su limón.... ¡Ah! Era tan hermoso. No podía esperar para comenzar con el plan que por lo que entendía, había organizado la agencia para él y su muy probablemente futuro esposo.

-Pronto dejarás de ser Nakajima, y tendrás que llamarme Mi amor; Dazai Atsushi. -Canturreaba para si mismo el castaño a la par que brinconteaba de un lado a otro mientras los demás le miraban con extrañeza. Pues, no entendían que era tan maravilloso dentro de la oficina del presidente como para que este diese esos brincos de felicidad; y fue cuando por fin cayeron en cuenta de que era lo que estaba sucediendo.

-¡Yo también quiero un aumento! -Exclamaron Kenji, y Naomi al mismo tiempo con tal euforia que terminaron siendo seguidos por Tanizaki, y sospechosamente por Kunikida. Bueno, era humano y un poco de dinero extra nunca estaba de más, ¿cierto?; mientras tanto, Ranpo solamente se dedicó a observar al recién salido de la oficina con una sonrisa socarrona en los labios, eso iba a ser realmente divertido.

Ligeramente Enamorado.Where stories live. Discover now