Capítulo 1 "Pasado"

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En las constantes ruinas del pasado, cuando se suponía que ya no había remedio, que ya todo estaba perdido, donde la condena de vivir en aquella realidad era eterna, así como el destino perverso de los hombres jugaba sus cartas con la estrategia de destruir a sus oponentes, la esperanza de un cambio, había conspirado en un giro que dio la vida de grados máximos.

Antonio, un hombre de veinticinco años, cabello castaño y lacio, tez trigueña, estatura promedio, labios de textura delgada y de tono rojizo, su nariz fina y puntiaguda era una de las facciones que más resaltaban en su rostro, la cual le daba el criterio de un hombre apuesto, sus ojos claros expresaban lo que su alma escondía.

Siempre estuvo rodeado por una realidad en la que nadie se atrevía a pensar, ni mucho menos experimentar, desde niño siempre deseaba una distinta, una en la que su familia fuera feliz unos cuantos minutos, a veces no le era necesario pensar en un infierno, o más bien en la existencia de alguno, la misma realidad en la que se encontraba le hacía dudar si ya estaba sumergido entre sus llamas y su crueldad.

Recordaba como a sus diez años odiaba ir a la escuela, era un niño tímido que había crecido con cierta dificultad para llegar a las personas, tener muchos amigos y disfrutar de las cosas que la infancia y la inocencia brindan.

Poseía astucia para la literatura, en donde recitaba la recopilación de poemas futuristas que al profesor le daba encanto por la forma como se desenvolvía y creaba un ambiente teatral armónico, o aquellas clases de ciencia en donde sus opiniones y respuestas daban otro interrogante, otra manera objetiva de llegar a la verdad, era un chico brillante, lleno de ideas y de mundos paralelos, sin embargo, su conducta introvertida parecía ser una consecuencia de la sociedad misma.

Muchas veces le recomendaban a su madre buscar ayuda profesional, algún psicólogo que tratara el problema de ponerle una barrera impenetrable a la sociedad, pero él sentía que su personalidad era una consecuencia de la realidad en la que habitaba, un espejo que en él se reflejaba todo aquello que su familia presenciaba.

Su padre, un hombre alcohólico que cada peso que recibía lo derrochaba en alcohol, lugares públicos pertenecientes a la noche y stripteases de burdeles baratos, lugares en donde el alma no encuentra otra salida. Muchas veces él y su hermana mayor, le esperaban en el sofá de la sala hasta quedarse dormidos, usualmente le esperaban por unas buenas noches de su parte, o por lo menos un beso en la frente, mientras simulaban que dormían. Su madre no descansaba esperando hasta la madrugada a que llegara de vuelta a casa, aunque sabía que su estado de llegada no era el estado natural en el que lo había conocido quince años atrás, había adoptado un comportamiento extraño hace un par de años.

Antes de su condición, su padre era un hombre responsable y trabajador que le había tomado mucho tiempo en conquistar a la madre de sus hijos, muchas veces creyó que el hombre en el que se había convertido, estaba poseído y condenado por una especie de brujería en la que lo habían sometido sus amores del pasado, ni él mismo sabía en qué momento había cambiado tanto su forma de ser, aún así su madre sentía que era el hombre de su vida, el hombre con quién compartía dos hijos, que con mucho esfuerzo había logrado sacar adelante poco a poco.

Cuando su vida nocturna surgió de la nada, la relación con sus hijos fue cambiando drásticamente debido a sus mañas, él mismo sabía que no era normal su comportamiento, pensaba que si todo aquello estaba pasando, era porque algún demonio egoísta le había arrebatado a su padre la personalidad y hasta su propia alma.


...

Habían pasado quince años a partir de aquel recuerdo lleno de juventud, incluso, Antonio había empezado a sentir que a sus veinticinco años la adultez le respiraba a sus espaldas y que cada vez que se acercaba lo animaba en nunca dejar de insistir con sus metas a como diera lugar, pero lo que si tenía claro era que, si esta llegaba, no iba a lamentar nada, parecía haber conseguido todo, había vivido todo, desde la oscuridad hasta la luz del presente, no era fácil asimilar un pasado tan lleno de vacíos, pero no se lamentaría cuando todo lo que había sufrido se había convertido en todo lo que había deseado desde su niñez, un adiós a la realidad perversa del pasado; se dio cuenta de que aquel dicho «Nada es tan perfecto como parece» era tan veraz como su realidad, pensaba que, hasta la realidades que parecían perfectas eran las que más estaban llenas de dolor y pasados oscuros, en algunos momentos de su vida entraba en reflexión e interiormente se cuestionaba si la vida le había dado una segunda oportunidad y si esto era así, no dudaría en agradecerle toda su existencia, o dudaba si quizás este solo era el principio de otra realidad oscura.

REMINISCENCIA(Editando)Where stories live. Discover now