Don't be like me.

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—¡JiMin, ven aquí en este momento! —Oh no, YoonGi llegó, no puedo dejar que me encuentre, por favor que algún dios prohiba que él me encuentre, por favor, por favor, por favor.

Escuché un ruido estruendoso parecido a alguna rotura de vidrio, y luego de algunos momentos en silencio, se lograron escuchar lentos pasos en las escaleras.

Por un momento dejé de respirar y de pestañear por el temor de que un sólo sonido delatara el lugar en el que me encontraba.

Dentro del closet sólo podría ver un poco de mi pulcra habitación a través de un pequeño hoyo en la puerta derecha. Pero no quería, temía con todo mi alma ver la puerta abrirse y a YoonGi entrar.

Cerré con fuerza mis ojos intentando contener las lagrimas y sollozos que querían escapar, hasta que logré soltar el aire que tenía contenido al escuchar la puerta principal cerrarse y el motor de un auto que se volvía lejano.

Con, el aún latente miedo que vivía en mi corazón, abrí la puerta lentamente, encontrándome con mi habitación igual a como la había dejado hoy en la mañana.

Agarré una navaja que yo había dejado por ahí, y con lentitud atravesé el pasillo hasta llegar a las escaleras para bajar sosteniéndome de la blanca pared sin ninguna foto o algún cuadro.

Encontré la sala muy desordenada, con trozos de botellas de vidrio en todos lados, y restos de comida por, inclusive, los pocos muebles que había.

Me horroricé al ver el estado de la cocina, inclusive peor que la sala, y, asegurándome de que la casa estaba solitariamente silenciosa y sin nadie más que yo dentro, cerré toda puerta o ventana posible con seguro.

Me estaba cansando de vivir todos los días la misma mierda, encerrarme y rogar a que el estúpido de mi padrastro no me encontrara, salir, cerrar todo y luego relajarme un rato hasta tener que volver a hacer lo mismo al día siguiente.

Definitivamente no quería seguir viviendo esa pobre imitación de vida barata, no, no quería seguir viviendo. Tal vez no necesitaba estar ahí siquiera, tal vez no tenía porqué soportar tanta mierda.

Lo había decidido, me suicidaría sin dejar rastro alguno de mi existencia, lo cual no sería muy difícil considerando el inexistente circulo de relación social que mantenía en ese entonces.

~~~

Despertar luego de tantas pesadillas me estaba haciendo mal, siempre me atormentaban los recuerdos de mi asqueroso pasado y de como casi me quitaba la vida, de no haber sido por mi hermoso TaeHyung.

Él me había rescatado de tanta mierda, sin él yo no sería más que otro cobarde chico que hubiera acabo con su vida de una manera tan cobarde como idiota.

Sentí la puerta de mi habitación abrirse, por lo cual me levanté de mi silla, dejando mi escritorio y mi tarea olvidados al instante.

TaeHyung se podía ver tan tosco y rudo como el acero por fuera, pero era bello, puro y suave como el pétalo de una rosa por dentro, yo lo sabía.

Aunque él era una fiera en la cama fuera de la habitación era muy tierno, siempre me daba mimitos los cuales yo no podía rechazar ante tanta ternura saliendo por sus poros.

—JiMin, te he dicho que nada de abrazos a menos que yo te autorice, sabes que no me gusta el contacto físico. —Él sólo se mostraba rudo para mantener el papel del alfa dominante que era.

—Oh, daddy, pensé que gustaría de jugar con baby JiMin —susurré lentamente mirando sus labios mientras meneaba suavemente mis caderas—no estoy para tus juegos, JiMin, mejor ve abajo a limpiar todo el desastre que hay.

Stupid JiMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora