Capítulo Treinta y Uno

ابدأ من البداية
                                    

El problema no está tanto en las y los fivers entusiastas, algunos periodistas son quienes están empujando un poco.

—Ten más cuidado amigo, hay niños —advierte Harry cuando prácticamente tiene una cámara frente a su rostro, la hace a un lado con la mano. Rápidamente Max le pide que avance porque estoy muy segura que ninguno de nosotros quiere ver a Harry molesto.

Sonrío un poco cuando gritan mi nombre, hago un saludo con la mano y Doug da un respingo negando con su cabeza hacia un grupo de chicas.

—Me han agarrado el culo —se queja.

—Caminen, caminen —ordena Max.

—Bueno si no te das cuenta es lo que estamos haciendo —lo corta Harry.

Finalmente llegamos a una camioneta negra, subimos con rapidez. Halle no deja de llorar.

—Ya nena, ya. Ya no hay ruido. Mira, mira a Dan —la pone frente a mi sobrino que le sonríe un poco. Halle se queja y ella la pega a su pecho.

—Se ha asustado —murmura Andrew tocando la pequeña mano de mi sobrina ahora calmada.

—Sí, nunca había visto tanto desorden. En Francia e Italia fue muy distinto.

—Era una multitud apasionada —murmura Ethan—. ¿Qué tal tu perdida de gorra, Andrew?

—Ni lo menciones, una menos.

No digo nada, llevo años en esto, pero sé que hay ciertos países en donde resulta más intenso porque lo sienten como su única oportunidad de verlos, por lo cual no los culpo. Veo a mi sobrino sobre las piernas de Harry.

—Tu sí que eres valiente sobrino, ni una sola lágrima.

— ¡Soy muy genial! —grita haciéndonos reír.

—Ya veo que está pasando mucho tiempo alrededor de Ethan—murmura Andrew.

—Y de Kae—agrega Harry haciendo que mi cuñada ría.

***

Cierro la puerta detrás de Doug, el reloj en la pared de la habitación indica que ya va a marcar la media noche.

— ¿No crees que es un poco peligroso eso de colarte a mi habitación?

—Creo que me gusta correr el riesgo por ti.

Entro de nuevo a la cama acurrucándome bajo las mantas, me siento cansada. Quizás sea porque el día de hoy, aun antes de partir de Francia la he pasado redactando documentos que Claudia pide sin parar, algo me dice que lo hace adrede, lo hace para conseguir un error y tener la oportunidad de despedirme.

Doug se saca la camiseta y como tiene un pantalón holgado se acuesta a mi lado, de hecho me lleva más cerca de su cuerpo, dejando mi cabeza sobre su pecho.

—Me da un poco de calor —digo riendo e intentando alejarme un poco.

—No me importa —dice abrazándome con fuerza para fastidiarme, incluso lo escucho reír—. Estuve pensando...

—A ver, qué será lo que pensaste esta vez.

No dice nada porque se entretiene metiendo su mano bajo mi camisa y acariciando levemente con sus dedos mi seno izquierdo desnudo. Suspiro.

—Estaba pensando que podríamos casarnos en diez años.

— ¿Qué?

—Que podemos casarnos en diez años.

— ¿Qué te hace pensar que yo me casaría contigo en diez años? Es decir, solo estoy pensando en salir contigo un par de meses —bromeo pero con una gran sonrisa.

El Deseo Prohibido de Doug (BG.5 libro #2) Disponible en Librerías.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن