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Mi pulso paso de ser lento a incrementar su velocidad, mi respiración se entre cortaba y sentí una fría gota de sudor recorrer mi espalda. Ethan se acercaba cada vez más con un atisbo de nerviosismo.

¿Por qué estaría nervioso? Yo no entender. La que tiene que estar nerviosa soy yo y lo estoy pero ¡no se porqué!.

Al estar a unos centímetros de rozar mi nariz con esa mirada penetrante lo empujé y salí al corredor.

¿Quién demonios se cree? Luego de todo lo que hizo y dijo.. Patán.

- ¡Sam! ¡A comer! - llamó Lucas desde la planta baja

Y ahora viene otro orangután llamando a.. ¿A comer? Son las 3:27 de la tarde ¿que le pasa?. Comienzo a considerar que me volví ridículamente loca o que los esteroides les están haciendo daño.

Al llegar al último escalón el olor a chocolate inundo mis fosas nasales. ¡Bingo!.

Con los ojos cerrados me dejé llevar hasta la cocina y al entrar el delicioso olor se intensificó. ¡Olía jodidamente bien!. Abrí los ojos y todos me veían sonrientes, unís mojados y otros secos pero todos con pantalones de baño.

Una fuente de chocolate con fresas, y una rica torta marmoleada.. ¡Esto es el cielo!.

- ¿Vas a comer o quedarte admirando? - comentó un gracioso River

- Esas cosas no se dicen - dije apresurandome a tomar una fresa y hundirla en chocolate -. Por cierto, una preguntilla.

- Una respuesta - dijo Marck

- ¿Ustedes por casualidad juegan Fútbol Americano? - pregunté con la boca chorreada en chocolate

- Si, pero ¿en que te compete eso? - inquirió un dudoso Lucas

- ¿Cuando serán las pruebas para ingresar? - pregunté con una ceja alzada

- Mañana.. - dijo un dubitativo Eduard

- Umm, interesante - dije calculadora mientras cortaba un pedazo de torta

- ¿Por qué me das mala espina? - preguntó un miedoso Lucas -. No pensarás entrar ¿o si? -

- Y si quisiera ¿por qué no? - mi frente estaba celuda y ni apartaba la vida de él

- Por Dios Sam, eres mujer - dijo Ryan como si fuera lo mas obvio de el mundo

- ¿Y? ¿Es que tiene que ver? Las mujeres podemos jugar en cualquier cosa que se nos plazca -

- Claro que no, luego anda lloriqueando si se les parte una uña, se despeinan o se ven mal con el uniforme - siguió Eduard

- Ya van a ver - dije amenazante, tomé una última frsa con chocolate para irme pero al voltear para ir a la piscina sentí la mirada de Ryan en mi retaguardia

- Me sigues viendo la nalgas y te voy a dar una patada en donde más te duele -

- Yo no e-estaba viendo nada - dijo avergonzado mientras apartaba la vista

- ¿Quien puede pegarle por mi? - pregunté en un suspiro cansino

- Con gusto - Respondió Ethan dándole un merecido golpe en la cabeza

- Gracias - y con eso me fui

Al llegar a la piscina me hundí en ella disfrutando del silenció y su paz pero no duro gracias ciertos hombres

- ¡BOMBA AL AGUA! - gritó Marck mientras se iba tiraba de forma brusca

- ¡MARCK, JODER! -

¡La corneta! Salgo corriendo para tomar la pequeña corneta que había traído pero no estaba.

Viviendo con 6 playboys (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora