Capitulo 24

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Capítulo 24

   Ya habían pasado algunos días desde su retorno a Inglaterra, al principio pensó que sería el hotel donde se quedó por primera vez con sus padres, pero la casa o más bien mansión era realmente hermosa, aunque lo que más había enamorado al azabache menor era la gran biblioteca llena de libros y el gran jardín lleno de flores y un pequeño laberinto de rosas.

   Y claramente su pequeño sector privado que era su habitación, la decoración la había hecho junto con su papi Lou, y el resultado quedo realmente bien, aunque extrañaba de cierta forma su antigua habitación se comenzaba a acostumbrar de a poco a la nueva, aunque era raro de cierto modo.

   En cambios sus padres ya se habían instalado completamente en su habitación, al menos ellos tenían la fortuna de transportar sus "camas" por envió privado sin tener que dar explicación alguna o pasar por un extenso interrogatorio del por qué transportaban un par de ataúdes, uno con adornos de oro y joyas incrustadas que era del rubio y el otro más simple siendo del azabache, aunque tenía unas esmeraldas de adorno por capricho del rubio.

   Aun se preguntaba el cómo se había acostumbrado tan rápido a aquella vida, quizás la falta de cariño por parte de sus parientes hizo que se encariñara rápidamente con aquellos que le daban cariño y atención como lo hacían aquel par de vampiros bastante peculiares.

   El azabache soltaría un suave suspiro mientras miraba a su mayordomo el cual sostenía un libro y se acomodaba los lentes, aquellos días el de ojos rojos se había empecinado en enseñarle etiqueta, protocolo y a caminar derecho con un libro en la cabeza, el cual se le pasaba cayendo y solo recibía ánimos de su mayordomo, aunque fue realmente chistoso ver a su padre rubio caminando con aquel libro sobre la cabeza, era como estar viéndolo en la pasarela pavoneándose cual pavo real con un andar coqueto y lanzando besos.

-Bien Joven amo.. levante el mentón y pose el pie en la línea.. -dicho eso colocaría aquel pesado libro en la cabeza del menor el cual no tenía ningún adorno para hacer más fácil el trabajo.

   El más joven simplemente acataría la orden mientras se colocaba en una posición ya aprendida por los días anteriores comenzando así a dar pasos un tanto titubeantes /en línea recta sin mirar el suelo.

   Ya habían pasado unos minutos desde que comenzó la elección y ya el menor comenzaba a aborrecer la clase, su mayordomo era realmente estricto con las clases y en la postura en la que caminaba debía ser la correcta si no comenzaba todo de nuevo y se le agregaba otro libro a su cabeza, aun no quería ni imaginarse sobre las clases a la hora de comer y los cubiertos adecuados que debería utilizar, el solo quería disfrutar de su comida o un delicioso té acompañado de galletas.

-Bien Joven amo.. barbilla arriba y vista al frente... imagínese como si estuviese imitando al amo Lestat, el siempre camina orgulloso de si mismo.

-Papá Lestat camina como si estuviese en pasarela, incluso si estuviese caminando en tacones lo haría.. -el menor tenía toda la razón en ese momento, con la pequeña demostración que había hecho lo dejo más que claro.

-No puedo discutir eso amo -dicho eso corregiría la postura del más joven antes de quitarle los libros de la cabeza- bien es hora de la merienda, le traeré un té y en la mañana hice unos muffins de moras los que tanto les gusta.. -diría mientras dejaba los libros en una mesita para así salir de la sala donde el menor soltaría un suspiro y se tiraba al sofá donde soltaría otro suspiro a gusto.

   Realmente la vida de los nobles era estricta en tema de los protocolos, al parecer su padre haría una cena entre la gente acaudalada y le presentaría a esa gente, la cual el menor la consideraba a esa gente que tenía un palo metida en el trasero por lo estirados que caminaba, su tía Petunia siempre veía ese tipo de canal eh imitaba a las bellas damas mientras estaban sentadas bebiendo el té, algo que le causaba risa el cómo se estiraba asiendo que su cuello se viera más largo de lo que ya lo era.

Un nuevo comienzo, una nueva vida.Where stories live. Discover now