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El chico observaba mi figura aún postrada en la cama, su mirada destilaba molestia y sus manos se encontraban apretadas, estaba claro que lo obligaron a cuidarme y que mi presencia era una simple molestia para el castaño.

Eleven llegaba a cada minuto para asegurarse de que "Steve no seas malo" mientras que el solo se dedicaba a gruñir y a balbucear algunas cosas sobre la otra castaña, Nancy siempre  lo repetía , a cada segundo un par de palabras dirigidas al castaño que solo respondía con otras palabras que podía suponer eran malas, pero solo una fue lo suficientemente repetida para saber que era el "nombre" de el chico, idiota, debía ser ese su nombre.

Steve no quería estar en esa habitación, pero al parecer al grupo de niños les daba igual su opinión y planes, aquella morena le ponía los pelos de punta, algo se sentía mal. Según él podia sentir como ella lo observaba con unos ojos que parecian destilar curiosidad y miedo al verlo moverse, sí ella pasó lo que eleven... No la culparía de nada al sentirse así.

El día se volvió gris y las gotas de agua comenzaron a caer golpeando la ventana de la casa, 010 se encontraba asustada mientras se acurrucaba en la esquina de la cama buscando protección de aquel tan extraño ruido, nadie escuchaba sus pequeños sollozos y lamentos, al parecer el único que podía escucharla se encontraba detrás de la puerta debatiéndose si era pertinente entrar a socorrerla.

Un trueno alumbró toda la casa haciéndola gritar, en ese momento Steve entró de golpe encontrándola echa un manojo de nervios, sus brazos estaba cubiertos de arañazos causados por la adían que tenía ella de huir de aquel ruido, sus ojos se encontraban rojos y húmedos aún soltando lágrimas por el susto, ella saltó de la cama y corrió hacia el muchacho que se encontraba sorprendido en el marco de la puerta, con sus brazos envolviendo aquel pequeño cuerpo que aún temblaba.

En ese momento se sintio más culpable y miserable que otros días.

She 010 || Steve Harrington Donde viven las historias. Descúbrelo ahora