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Dedicado a: Sofía Conte, amo tus edits, la manera en la que amas a este par (sobre todo a él, seamos sinceras XD) Desde que la dejé, sentí tu apoyo y cómo de alguna manera siempre supiste que la retomaría. ¡Gracias!


Alesso ft Liam Payne - Midnight


Anduvo por ahí aun con su sabor sobre los labios, se llevó la mano hasta ellos tocándolos con una ansiedad que no comprendía. Se había comportado como una niña, pero algo le decía que cuando se tratara de él correr podría ser lo adecuado. Era aventurera, sí, sin embargo, no a tal grado.

Maximiliano no parecía tener mucho espacio para sentimientos tiernos, o dulces, mucho menos tiempo para algo más que su carrera; en todo momento hablaba por el celular, con una gorra y lentes de sol se camuflaba. Vivir así no debía ser sencillo y, además, no era tonta, qué podía buscar en ella: ¿un reto, algo diferente, un pasatiempo mientras estaba fuera de su entorno aquellas semanas?

Compró un barquillo de limón necesitando aliviar el ardor que aún la recorría. Se lo comió pensativa. Podría simplemente ver qué sucedía, experimentar, después de todo él se iría y los dos podrían fingir que jamás ocurrió... algo. Imaginaba que tal vez a ella le costaría más trabajo, pero en una cosa Maximiliano tenía razón: si no lo enfrentaba esa atracción crecería y la duda del «si hubiera» quedaría suspendida en su interior mucho tiempo y eso también era otra promesa que se hizo: nunca quedarse con esa peligrosa pregunta rodando en la cabeza.

¡Dios!, se sentía perdida, excitada también, ansiosa por conocer más de él.

Llegó al punto de reunión, atribulada y expectante. Maximiliano no apareció, unos minutos después se enteró de que había avisado a su padre que regresaría más tarde. Se sentía muy nerviosa, sus palmas sudaban. No sabía qué esperar, cómo reaccionar, pero la verdad es que le hubiese gustado verlo para intentar, por lo menos, descifrarlo.

Se fue a la cama mucho más tarde siendo consciente de que aún no regresaba, ya todos dormían, pero ella no lo lograba. Dudaba en ser la responsable de su ausencia, aunque de algún modo así lo sentía. De todas formas buscaba sosegar a su mente asegurándole que, siendo quien era, habría encontrado algo más interesante donde gastar el tiempo.

Tomó su libro decidida a no pensar más, algo se arremolinaba en su estómago al evocarlo, algo cálido que se expandía por todas las extremidades embragándola, era extraño pero ardiente a la vez. Dos besos compartidos y de solo recordarlos hacía combustión, la temperatura subía y esa sensación vertiginosa se extendía en su vientre.

Varias horas pasó perdida en las páginas hasta que lo terminó. Era la madrugada. Permaneció suspendida, embelesada con ese bello final, suspirando. Se sentó sonriendo como una boba sobre la cama y es que un libro tenía la capacidad de transportarla más allá incluso que la realidad, la mejor o peor que fantaseara. Experimentar en la piel de otras personas, desde otras perspectivas, todo eso era alucinante y ella una adicta a sentir.

Lo dejó sobre su buró, aún envuelta en esa burbuja perfecta. Tenía sed y ganas de seguir inmersa en ese mundo delicioso. En silencio salió de su habitación para tomar un poco de agua, sabía que no despertaría a nadie, Jessica solía dormir con música y la habitación de Marcia y Silvano era la última del pasillo, aun así, solía ser respetuosa con el sueño ajeno. Mientras andaba, sonreía como una boba. Esos protagonistas y sus aventuras se habían robado su corazón, uniéndose así a una lista larga de libros favoritos. ¿Dónde colocaría el libro? En sus estantes ya no cabía. Ese era un problema mayor, divagó. Desde el comedor notó que en la cocina las luces estaban prendidas. Sus sentidos de inmediato se espabilaron, una marea de expectación creció y se enredó en su cuerpo. Entró con cautela, aunque todavía inmersa en esa maravillosa ensoñación.

Casi Contigo ©Where stories live. Discover now