Capitulo 3

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Toda la educación que Joselyn había recibido durante su niñez quedó en el olvido ante el rostro del apuesto hombre que se encontraba frente a ella.

-Oh- exclamó sorprendida, sin saber qué más decir, lo miro por un buen rato hasta que vio como el elevaba una ceja, entonces tímidamente y sonrojándose, como nunca en sus 19 años de vida le había pasado, Joselyn logró hacer una pequeña inclinación para luego soltar lentamente un suspiro de admiración.

Malcon sonrió con simpatía al ver como ella se esforzaba en mantener la compostura, él era consciente de la atención que solía tener de las damas ante su apariencia, título y riqueza.

Su última amante, una solterona de mala reputación había logrado convencerlo de que ya no tenía interés en aventuras amorosas pasajeras.

Posesiva y celosa, la mujer no había hecho más que hacerle pasar vergüenza en diversos actos sociales, a través de la histeria que presentaba cada vez que una dama se le era presentada o a la que él le ofreciera un baile. ella era una de las razones por la que se había apresurado a terminar sus negocios y regresar a casa junto a sus hermanos.

La voz de una dama menuda y regordeta lo sacó de sus pensamiento y la volvió a centrar en la joven frente a él.

-lady Joselyn, ya es hora de marcharnos, su hermana y su madre han de estar esperando-volvió a insistir la dama de compania.

Cuando la misma reparo en el hombre que se encontraba frente a Joselyn hizo una reverencia rápida.

-Excelencia, soy la Srta. Julien's, dama de compania de lady Joselyn- Joselyn percibió que su dama de compania, quien había se había ofrecido, siendo la hija solterona de un lord, a cuidar y ayudar a lady Joselyn en su comportamiento, se había referido a él como a un duque, y entonces recordó haberlo visto en una de las veladas de la noche anterior, solo que con anterioridad no le había dado demasiada atención ya que se encontraba, una vez más, diciendo lo que pensaba acerca de la falsedad de la sociedad a una anciana que se encontraba horrorizada ante las palabras utilizadas por Joselyn y el tema tratado.

Rápidamente e imitando a la Srta. Julien's, hizo nuevamente la inclinación correspondiente al título dado.

-Srta. Julien's, Lady Joselyn, es un placer conocerlos, soy el duque de Rochestei, Malcon Beile-se presentó besando las manos de ambas damas presentes- me encontraba en una visita de cortesía a Lady Elizabeth y su padre, pero al parecer no se encuentran en casa.

-Oh-volvió a decir ella, y se sonrojo aun mas por no saber que contestar a ello.

-Viendo que usted lleva retraso para encontrarse con su familia, será mejor que yo no alargue más esta conversación, aunque sin duda será un placer volver a verla-afirmó besándole la mano con galantería para luego retroceder un paso y voltearse para caminar hacia su carruaje, cuando una anonadada Joselin logró salir de su estupor, vio como solo a unos pasos de donde se encontraba, el duque se detenía y se volteaba a mirarla de manera pensativa para luego volver a acercarse y dejar a Joselin aún más estupefacta de lo que ya se encontraba.

-No me gustaría pecar de impertinente, pero sería un honor que usted me acompañara en un paseo por Hyde park- comentó el, mirando fijamente a la dama.

Aunque no sabía la razón le había resultado imperdonable e impensable el echo de no concertar una cita con la dama presente, no solo porque era hermosa, como muchas otras muchachas de sociedad, sino porque ella parecía contar con algo que llamaba su atención aun, cuando no sabía que era, e irónicamente la acababa de conocer.

Joselin abrió y cerró la boca como un pez fuera del agua por la propuesta que aquel hombre, un Duque, le hacía a ella, una joven que según lo que decía la sociedad, no era más que una mal educada niña, que se convertiría en una solterona con mal comportamiento, una rebelde que solo le importaba ella misma, sin tener consideración de su familia que caería en desgracia si ella no se comportaba como era debido.

-Yo... yo estaría encantada excelencia- contestó saliendo de la sorpresa inicial haciendo una perfecta inclinación que hizo sonreír con aprobación a la Srta Julien's, y dejando, por primera vez que el duque se deleitara con el sonido de su voz.

- En ese caso, espero que esta tarde pueda serle de una buena compañía, claro, si es que no le molesta soportar mi compañía tan pronto- sonrió galante, haciendo saber más allá de su broma, que esperaba no interferir con sus planes o responsabilidades y a la vez asegurando que la pasaría a buscar esa misma tarde.

-Oh, claro que no- no fue su voz la que contestó, sino la de su dama de compañía que se encontraba muy atenta a la conversación- estoy segura que para lady Joselin sera un placer acompañarle en dicho paseo.

Joselin se abstuvo de rodar los ojos y decir alguna frase como que al final todo el mundo sabía leer la mente para saber lo que ella creía o quería.

Sin embargo, se dijo que esta vez, si quería asistir a dicho paseo y agradeció mentalmente la contestación de su carabina, ya que ella iba a contestar con más efusividad de la debida.

-Si es así, la veré esta tarde- saludo una vez más a las damas y se dirigió a su carruaje.

-Niña- reprocho entonces lady Julien's a Joselin- debes participar más en las conversaciones si quieres integrarte en los grupos de la sociedad, y más aún si quieres casarte- aunque para otra personas hubiera sonado irónica aquella frase viniendo a una solterona, Joselin había descubierto de mala manera, una de las veces que quiso hacer ver, con su acostumbrada impertinencia, cuán inapropiado era que su dama de compañía hablara del tema, ya que no se encontraba casada, consiguiendo como respuesta una trágica historia de amor, que había logrado que la srta Julien's se ganara la simpatía de la joven.

Aun así su mente le destacó el hecho de que la misma Srta Julien's no le había dejado participar con continuidad de la conversación, ya que ella había respondido, antes de que siquiera ella pudiera asimilar la información.

Miró a su alrededor y recordó la razón por la que se encontraba allí, sabiendo que Elizabeth no se encontraba y que por el momento se tendría que quedar con la intriga de sus inasistencias a la velada, hecho que consideraba una lastima, ya que pensaba que podía encontrar una amiga en ella, se encaminó con su carabina recordando a cada paso que daba como debería ser su comportamiento esa tarde durante el paseo y que cosas no debía hacer o decir bajo ningún concepto.


Un Encuentro de amor #3- En otra app (Dreame)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora