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Sonó una pequeña alarma, se escuchaba de fondo, pero era similar al del día anterior, el anterior y así sucesivamente.

__________ sintió un dolor en su pecho, algo pesado, el día anterior se había quedado toda la noche preparando algo para ayudar en la oficina a su jefe, este era un imbécil.

'Un imbécil lleno de lujos innecesarios'.
Pensó.

Agarró su rostro con ambas manos y sintió su teléfono, todavía sonaba su típica alarma.

Se levantó con cierto peso en su cuerpo, que no había sentido nunca.

Miró el alrededor confundida de sus propios pasos hasta llegar a lo que era la sala de su enorme casa vacía, se dignó a mirar la hora.
'07:30' decía la estúpida alarma.

__________ talló sus ojos para luego dirigirse a la cocina, desayunar, lavar lo que ensució y así nuevamente su día se repetía como cualquier otro.

Giró su cabeza y miró la llave de su ducha.

'Hoy, como siempre mi jefe intentará follar conmigo' pensó, apenada.

No quería tener sexo con un viejo de barbas blancas, no quería ensuciar su femildad virgen con un asqueroso hombre que sólo pensaba en sus asquerosos billetes.

Abrió la llave dejando de pensar en esas cosas y el agua comenzó a caer lentamente, se sentía tan bien para ella, al cerrar los ojos pudo sentir el ligero sonido de los pájaros pasando por su pequeña ventana, de la que salían unas ligeras líneas de luz de sol.

__________ prefirió no encender la luz y dejar que aquellos hilos de luz entraran y le alumbraran el gran baño.

Tomó su toalla, se secó, arregló sus cosas para luego desaparecer dejando con llave su casa.
Sacó dinero de su bolsillo para contar cuanto le quedaba para pagar el taxi.

El recorrido sólo fueron de pensamientos que ella misma sabía, no eran necesarios en su mente, pues no había arreglos, no había remedio en su miserable vida.

Estaba sola. Si, sola.
No tenía a nadie a su lado y se aguantaba las ganas de llorar cuando se encontraba en un torpe salón gigantesco, lleno de gente charlando por sus teléfonos.

Cuentas, libros, computadoras, gente falsa, voces por acá, voces por allá.

__________ se comenzaba a estresar cada vez más y se jodió todo cuando uno de sus compañeros le habló.

—Acabo de ir donde el jefe, pidió verte, dice es urgente.

¿Urgente qué? ¿Intentar tocarla? ___________ dijo si a regañadientes.
Se alargó su falda, para no verse tan atractiva y caminó agarrando su carpeta, sus tacones sonaban a medida que caminaba aún más hasta que pronto vio la enorme puerta, en la que decía con letras hechas de oro, si, de oro: "jefe".
'Totalmente imbécil' pensó.

Justamente __________ tocaría la puerta, pero esta se abrió, ella se sobresaltó un poco para después acomodarse y volver a poner la cara más seria del mundo.

—Señorita Gómez... Pase.

Si, ella era, __________ Gómez.
Una chica de tan sólo 21 años, trabajaba como secretaria en la compañía de teléfonos más grandes.
Su cabello era marrón, largo, liso.
Sus ojos eran totalmente celestes, un celeste precioso, armónico, mientras más mirabas sus ojos, más te ibas a un Valle de amor y paz.
Su piel era Blanca, cual porcelana.

Tragó saliva y pasó.

—Señor si su llamado fue por los archivos del señor Winkings aquí se los dejo. —dejó la carpeta en su mesa moviendo los brazos con ligero nerviosismo.— Con permiso.

__________ intentó retirarse de ahí, pero el señor de cabello blanco, le tomó su brazo atrayendola a él, haciendo que esta tropezara poco con sus tacones y lo mirace fijamente a los ojos.

Volvió a tragar saliva y un ligero miedo se posó por todo su cuerpo.

El señor de barba Blanca, sonrió malicioso, haciendo que la chica se desesperara aún mas.
Pero no era una desesperación de excitación, no era de emoción, no era de amor. Era de miedo y ese miedo iba aumentando a medida que este se acercaba más a ella.

Seguramente para besarla.
__________ reaccionó a tiempo y lo empujó haciendo que este cayera más allá de su torpe escritorio, lo que era miedo se convirtió en adrenalina, es decir, sus rabias estaban por sobre más dé un simple empujón.

— ¡No permitiré que me toque! ¡Yo No soy ninguna guarra!

Su rostro permaneció quieto.

'¿Qué es esta fuerza? ¿Qué me pasa?'
Se preguntó mirando sus manos y viendo como su jefe estaba tirado en el piso, inconsciente por golpearse en la cabeza.

— Ay no. Joder, despierte... por favor.

Le dijo al señor que estaba todavía en el piso, ella no lo pensó dos veces y lo tomó, si, lo tomó.

Tomó en brazos a su pesado jefe y salió corriendo con este con dificultad por los tacones al gran salón gigante.

— ¡Ayuda! ¡Ayuda por favor!

Gritó y todos en vez de sorprenderse por su jefe, se sorprendieron de ver a una chica tomando a un hombre, más que gordo.

— ¡joder! ¡Que alguien me ayude!

Dijo con ligera rabia y quería dejar a su jefe en el piso lento y despacio, pero sus manos parecieron contraer la rabia y tirarlo lejos, muy, muy, muy lejos.
Todos abrieron la boca y esta se quedo quieta, del mismo modo.

'¿Qué es esto?' Pensó con ganas de llorar mirándose las manos.

Fuerza Brutal [+18]Where stories live. Discover now