Capítulo 107

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Any sacó de inmediato a los niños de aquella habitación.

Any: Ana Lucía, no le hables así a tu papá.

Ana: Perdón, perdón...

Poncho: ¿Es enserio esto, Ana Lucía?

Ana: Si, papi.

Abandono la habitación de su hija con lágrimas en los ojos y ella de inmediato se refugio entre los brazos de su mamá.

Any; Está bien, mi cielo. En algún momento tu papá se tenía que enterar que ya no eres virgen, y creo que desde hace tiempo se lo sospechaba.

Ana: No me lo va a perdonar nunca...

Any: ¿Perdonarte qué? Princesa, tú no has hecho nada malo, el sexo es una manera de expresar amor, lo hiciste con el hombre que amas y con Alejandro llevas muchísimos años, es hora de que papá aprenda a aceptar eso, mi corazón.

Ana: Está decepcionado de mi, lo vi en sus ojos.

Any: Mi niña (dijo acariciando su carita) tu papá nunca podría estar decepcionado de ti, solo está un poco triste, aún no estaba preparado para pensar en eso, para él tú eres su niña.

Ana: Siento que ya no voy a ser especial para mi papá...

Any: Tu papá te ama con toda su alma y su corazón, y siempre vas a ser especial para el, siempre vas a ser su princesa adorada, y como él mismo te ha dicho, nunca puedes olvidarte de eso.

Horas después fue a un lugar que no le gustaba para nada, pero debía ir, para por fin cerrar aquel horrible ciclo de su vida. Apenas lo vio los recuerdos la invadieron y las lágrimas se adueñaron de sus preciosos ojos.

Gabriel: ¡Dichosos los ojos! Que milagro, viniste a visitarme, mi amor.

Any: Tenía que venir a verte por última vez, quería disfrutar de esto, ahora tú estás aquí, condenado a pasar todo lo que te queda de vida hundido en este hueco y en esta soledad, y como siempre. Yo gané.

Gabriel: Siéntate por favor... (Dijo con una sonrisa fingida mientras la veía sentarse) yo te amaba... Y sé que tú también me amabas... Si esta historia terminó así fue por tu culpa.

Any: Yo nunca te amé... Solo era una niña de quince años experimentando el primer noviazgo, un noviazgo que me costó mi tranquilidad... Y mi inocencia.

Gabriel: Yo nunca te hice nada... (Dijo con lágrimas en los ojos)

Any: ¿No me hiciste nada?... Me violaste junto con otro desgraciado cuando tenía dieciséis años, y por dieciocho años pensé que había quedado embarazada por lo qué pasó ese día... Cuando por fin pensé que volvía a tener tranquilidad en mi vida apareciste tú, y me hiciste pasar por muchísimo dolor durante varios días en los que tuviste a mis hijas secuestradas, luego nos hiciste creer a mi y a un pobre hombre que habíamos traicionado a nuestra familia, cuando eso nunca pasó... Gracias a eso me tuve que separar de mis hijos y del amor de mi vida, me fui derrotada y con el alma hecha pedazos, y lo único que me quedaba eran las dos bebés que llevaba en mi vientre, y cuando nacieron me arrebataste a una de ellas, y me hiciste pasar por el dolor más grande de mi vida... Cuando por fin pude regresar con mi familia, enviaste a una mujer a que se le metiera por los ojos a mi marido y fue ella quien empujó a Gabriella por la ventana aquel día, pero no te bastó, aflojaste los frenos del coche de Ana Lucía y le causaste un accidente que la puso al borde de la muerte porque tú sabías que si mi hija se moría se iba a llevar mi vida con ella, luego la secuestraste y le diste un tiro por la espalda que también la puso al borde de la muerte... Con Ana Lucía te empeñaste... Y no me importa que me hagas algo a mi, pero te metiste con mi hija, y ahora vas a pagar, porque no voy a parar hasta obtener justicia para mi pequeña.

Gabriel: También era mi hija...

Any: Nunca fue tuya, y aunque hubiera llevado tu sangre de todas formas no sería tuya... Y aunque te duela, yo soy su madre... Yo la traje al mundo y eso es algo que tú nunca me vas a poder quitar.

Gabriel: Yo te amaba... Te amaba enserio...

Any: Tú nunca me amaste. Solo estás obsesionado conmigo.

Gabriel: No soportó la idea de que estés con ese tipo, no soporto que lo ames a él, no soporto que sea el padre de tus hijos, odio que sea el padre de Ana Lucía porque ella pudo haber sido mía, odio que de nuevo estés embarazada de él.

Any: Pues te vas a quedar con todo ese odio, porque yo nunca lo voy a dejar... Y aunque me separara de él, mi corazón siempre le va a pertenecer, es el amor de mi vida... Y después de todo lo que ha pasado te puedo decir con gran seguridad que es el amor de mi vida, el amor que siento por el se hace más fuerte cada día y continuará hasta el último latido de mi corazón y más allá... Lo tengo guardado en lo más profundo de mi corazón... Y eso es algo que tú tampoco me vas a poder quitar. Pero a pesar de todo te perdono, porque no pienso guardar rencor en mi corazón... El día que me violaste me dijiste que tú estabas arriba, y yo siempre iba a estar abajo porque no servía para nada... Ahora los papeles cambiaron, ahora que dejé de ser aquella niña, ahora que soy toda una mujer te digo lo mismo a ti, y te deseo mucha suerte Gabriel, porque la vas a necesitar.

En casa...
Se asomó tras la puerta de la habitación de sus padres y se sentó a su lado abrazándolo, el enseguida la rodeó con sus brazos protectoramente y dejó un beso en su frente, su corazón se partió en mil pedazos cuando vio los ojos verdes de su princesa repletos de lágrimas.

Poncho: ¿Porque lloras, mi amor?

Ana: ¿Estás enojado?

Poncho: Nunca podría estar enojado contigo, mírame... Me tienes en tus manos, no soporto ver a mis ojitos llorar.

Ana: No quiero decepcionarte nunca... Para mi es muy importante tu aprobación, no quiero que pienses mal de mi.

Poncho: Nunca voy a estar decepcionado y mucho menos pensaría mal de ti, eres mayor de edad y ya tienes derecho de tomar tus propias decisiones, es solo que en mi calendario tú siempre serás mi bebé.

Ana: Nunca voy a dejar de ser tu bebé, nisiquiera cuando sea una viejita y me arrugue. (Dijo antes de ver a su papá reír)

Poncho: Siempre con responsabilidad, mi princesa.

Ana: Por supuesto... Mi mamá es muy hermosa (Dijo mirando una fotografía en una pequeña mesa)

Poncho: Demasiado... Es igual a ti, me recuerdas mucho a ella.

Ana: Papi... ¿Porque me consientes y me quieres tanto? A veces siento que no soy una buena persona, que no soy una buena hija y no merezco que me trates tan bien.

Poncho: Eres una excelente persona, la mejor que conozco... Siempre tan dispuesta a hacer justicia y a ayudar a los demás, eres una niña valiente y tenaz, honesta, responsable y capaz de hacer lo que te propongas y eres la mejor hija del mundo, tu mamá y yo nos sacamos la lotería contigo, contigo aprendimos a crecer, y un sinfín de cosas más... Eres nuestra princesa de ojos verdes, nuestra consentida y nuestra adoración... Tú te robaste mi corazón desde que estabas en la pancita de tu mamá, es algo que no te puedo explicar...

Any: Hola, mis amores (Dijo entrando tras la puerta antes de depositar un beso en la frente de su niña)

Poncho: ¿Donde estabas, mi amor?

Any: En la empresa...

Ana: Traes los ojos hinchados... ¿Estuviste llorando?

Any: No, para nada... Mejor vamos a hablar, me dijiste que nos tenías que decir algo a tu papá y a mi.

Ana: Creo que es mejor dejarlo para después...

Any: No, mi niña... ¿Porque? Me vas a dejar preocupada... Mejor dinos de una vez.

Ana: Es que... Quiero hablarles de la universidad... En unos días me voy a graduar y...

Poncho: (le interrumpe) Pero si ya eso lo hablamos, princesa... Vamos a buscar las mejores universidades de México.

Ana: Papá... Es que... Estoy aplicando para estudiar en una universidad en España.

Any: ¿Qué?

Un amor indestructible (Ponny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora