—Es mío

Gruñó Steve y sentí el golpe sordo de cosas cayendo, observé por el rabillo del ojo a una o dos omega que se encontraban entre tanto alfa, ellas se arrodillaron ante el gruñido salvaje que soltó el chico que ahora me mantenía contra él como si de eso dependiera su vida. Rocket relamio sus labios, parecia pensar muy bien que decir en ese momento.

—No tiene tu marca.

Habló, sí, habló, no rugió, no gruñó, él ya había cedido, retrocediendo un par de pasos ante la mirada intensa de Steve.

—No, pero es mío, vuelvo a ver alguno de ustedes sobrepasándose con él y juro que me encargo personalmente de cada uno de ustedes. ¡Largo ahora!

Después de eso solo escuché el sonido de los pasos de todos, rodearían la calle seguramente, o esperarían a que Steve se fuera, al final sus autos estaban a espaldas de nosotros, no tenían como irse sin ellos.

Rodee suavemente la cintura de Steve con mis brazos, aún restregándome contra su camiseta, llevándome su olor, disfrutando de como sus feromonas se encargaban de calmar a mi omega, de relajarme a mí, de hacerme sentir tan en paz que, como él hijo, nadie podría tocarme ya.

—¿Acabaste?— Escuché su dulce voz y no pude evitar sonreír, ya no sonaba enojado, ni molesto o fastidiado con lo que yo estaba haciendo, y por el contrario, ahora sus dos manos rodeaban mi cintura mientras yo continuaba llenándome de su olor.

—No, un poquito más.

Ronronee y una gran sonrisa apareció en mis labios cuando escuché su dulce risa, era cálida, muy bonita, y podía convertirse en mi segundo sonido favorito, porque Peter siempre sería el primero. Recordar a mi hijo solo me trajo a la realidad, separándome lentamente del cuerpo que no deseaba soltar nunca, subiendo la mirada lentamente, admirando los ojos preciosos de Steve.

—Lo siento—Mordí mi labio inferior cuando retrocedí otro par de pasos—Lo siento es que... Yo... Bueno... Creo que mejor me voy.

Sí Stark, toma tu orgullo y vete, no cedas, no cedas, el tipo se cree la grarn cosa salvándote la vida dos veces. Vamos, sí se puede.

—Espera, Stark.

Solté un largo suspiro cuando detuve mis pasos, sentí los suyos y después ya tenía su mano tomando la mía, guiándome hasta su auto. Entré según como él me indicaba y antes de decir algo, arrancó, alejándonos del perímetro de mi Universidad.

—¿Cómo sabías que estudio aquí ?

—No sabía, fui a buscarte a tu casa y una señora me abrió, le comenté que quería hablar contigo, me dijo que estabas en clases, cuando le pedí el nombre de tu Universidad, muy amablemente me la dio.

Steve sonrió, observé encantado la media sonrisa que aparecio en sus labios, sintiendo mi corazón acelerarse de nuevo.

—Genial. La única mujer a la que le tengo confianza para que cuide a Peter y le da mis datos a cualquier persona, definitivamente conseguiré a alguien más.

—No seas tan duro, creo que sabía quién soy o algo así, de lo contrario no lo hubiera hecho

—Ajá, y no tiene nada que ver que seas un alfa con la mirada tan penetrante que ella podía darte hasta la fórmula secreta de las Cangreburger con que solo la mires ¿Verdad?

—Bueno, quizás ayudó.

Hicimos una pequeña pausa en la que me acomodé mejor en el asiento, apoyando con totalidad mi espalda en la pared, observando que íbamos directo a mi casa, al parecer él ya conocía muy bien la dirección

The Perfect Omega •Stony/Adaptación•Where stories live. Discover now