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Como cada mañana Alicia se preparaba para ir al colegio. Antes que comer huevos, leche y tortilla, prefirió ir al baño, cerrar la puerta y contemplar su pálido rostro en el espejo. A ella no le gustaba su apariencia. Tenía complejos con eso, principalmente con su peso, creía que la mayoría de sus problemas eran por eso. El hecho de que la renta no quisiera acercarse mucho, aunque por fuera intentaban tratarla como a las demás personas, por dentro lo único que se les cruzaba por la cabeza era su sobrepeso. Al menos eso pensaba Alicia. La verdad es que si la gente la trataba de manera anormal se debía a su timidez. Su complejo hizo que ella desarrollara baja autoestima, y no podía hablar con otras personas mirándolas a la cara. Es decir, tiene "sobrepeso" y acné. No atraería a ningún chico.
Ella, evitaba mirarse al espejo, es más, odiaba su reflejo. Su imagen, la detestaba. "Esa soy yo, esta cosa grande". Pero, igualmente, a pesar de que ella odiaba su rostro y su cuerpo, no quería que las demás personas lo odiaran también. En su mente siempre tuvo la idea de que algún día la harían arder en la hoguera como a una bruja: " ¡Es obesa!"
El caso está en que decidió arreglarse el cabello, peinarlo y separarlo. Su rostro, lo lavó con agua y jabón. Pensó que por lo menos sus granos estarían más brillantes. Eso le causó gracia en un comienzo, pero casi que inmediatamente su sonrisa mental se borró, otra vez, su odio. Incluso odiaba el odio que se tenía a si misma. Odiaba el hecho de que no fuera bonita y también odiaba el hecho de que no pudiera aceptarse tal como era, por ende odiaba a las personas que se querían a si mismas, porque esas personas sí podían hacerlo, y también odiaba a las personas que eran "bellas", las envidiaba, pero aún mejor, Alicia no lo sabía o mas bien no quería reconocerlo, pero también, odiaba a las personas que tenían sobrepeso, así como ella.
Terminó de lavarse la cara, tomó la toalla y se la llevó a la frente, la pasó por sus mejillas sintiendo sus pómulos, por su nariz sintiendo el acné como un pequeño pueblo con muchos habitantes, por su boca sintiendo, o mejor dicho, no sintiendo sus labios, y terminó. Abrió la puerta y salió. Cerró fuerte y rápido, enojada consigo misma y se dirigió a la cocina de donde venía el olor de su desayuno.

Pasó todo el camino recordando como hace tres meses se había propuesto a hacer ejercicio y mejorar su alimentación, cosa la cual falló estrepitosamente. No bajó de peso por mas que sudara la gota gorda en la caminadora, y no consiguió nada con su comida, seguía comiendo lo mismo, incluso al mes comenzó a saltarse comidas, cosa que la hacía sufrir, pero pensaba en su cuerpo soñado. Fin de este tema.
Se detuvo, borró sus pensamientos negativos, se estaba estresando.
Finalmente llegó a su colegio. Bajó del autobús y comenzó a mirar a su alrededor... Gente, su mirada, la aprisionaba, la perseguía, la apretaba. No, no miraba a las personas, miraba el reflejo en sus miradas. El reflejo que se temía, se miraba a si misma, a su reflejo.
Caminó rápido por la calle y llegó a la entrada, cruzó la gran puerta de madera y siguió por el pasillo. Tenía la cabeza gacha, no quería ver a los ojos de los demás. No solo era el temor a su reflejo, sino que era el temor a la crítica, la gente... Da miedo, pueden ser las cosas más crueles del planeta.
Llegó a su clase, puso su mochila en su puesto y sacó sus libros y cuadernos, se preparaba para su largo día de estudios... Ella no tenía amigos. Alicia no tenía a nadie para hablar. Como ya es casi obvio ella culpaba a su cuerpo, pero se debía a su inseguridad para hablar a la gente. Ella sola se encerraba cada vez más en su cuerpo indeseado. Gritando a sus paredes y sintiendo el eco golpeando su conciencia, destruyendo su amor.
Tuvo que ir al baño. Pasó rápidamente por los pasillos para encerrarse en el baño. Se sentó y cerró el cubículo. Ya había terminado lo que había ido a hacer, pero aun así se quedó sentada, hipnotizada, pensando en nada. Por esos minutos se libró de sus pesas. Y no es como que haya sentido el paraíso, al no pensar en nada, lo sentía nada, sintió... Que algo se escapó. En el momento en que su mente cayó en el vacío algo en su cuerpo se fue corriendo, algo que desde hace mucho quería salir. Así lo sintió, simplemente se escapó.
Fue el sonido del timbre la despertó. Se sobresaltó y gimió. Entonces se limpió y salió del cubículo para encontrarse con el largo espejo del baño. No sintió odio hacia su reflejo, esta vez no sentía repugnancia por ello. Era... Neutral, solo era su reflejo y eso solo era un espejo. Apuntó su cuerpo a la puerta y comenzó a caminar, lentamente, azulejo a azulejo, caminó, y cuando llegó a la puerta volvió a echar una mirada al espejo.
Su imagen seguía frente al espejo mirándola desde el lugar en el que ella estaba hace unos segundos. La miraba, y así como ella miró con total calma a su reflejo en el espejo, su reflejo le devolvía la misma mirada fría y calmada. Pero, Alicia podía notar cierta inquietud en la mirada. No se sentía tranquila al ver eso, aunque sus expresiones no lo demostraban, tenía extrañeza en verla. No era ella. Era una desconocida.
Parpadeó y la imagen desapareció.
Salió del baño y volvió a su aula.

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⏰ Última atualização: Feb 24, 2019 ⏰

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