—Ese chico no es lo suficientemente bueno. Esa chica no es apropiada para él. Oh, Yozak. ¿Qué haré cuando nos deje? ¿Debería encerrarlo en una torre?

Nuevamente Lord Weller pretende no escuchar nada. Están a unos pasos del despacho mientras Yozak continúa hablando más para sí mismo que para nadie más.

—Realmente quisiera convencerlo de que no haga nada imprudente, pero parece enamorado esta vez...

Gurrier Yozak no es conocido por ser un excelente imitador de voces, claro. Pero cuando se trata de burlarse de las frecuentes inseguridades que su Capitán compartía con él en una noche de copas no existía nadie más preciso. No era su voz en lo absoluto, ni esos gestos que el otro jamás realizaría en condiciones normales... Es el creciente tono de ansiedad.

—Adelante...—responde una voz serena desde dentro de la habitación al poco tiempo de que Weller tocase a la puerta con calma.

La sonrisa de Gurrier continúa extendida en sus labios cuando abren las puertas, encontrando, cómo no, a la pareja real dentro. Bielefeld se encuentra parado a unos pasos del escritorio de su majestad fingiendo que no está demasiado interesado en lo que el menor continúa escribiendo. Luego de tantos días, cualquiera podría haber notado la muda rutina en la cual se han instalado allí desde el regreso de Lord von Voltaire a sus tierras. Con la ausencia de Günter, e incluso en cada oportunidad que Yozak aprovecha para ir allí a chismosear, Wolfram continúa yendo directo a revisar.

Y Yuuri nunca parece molesto por la interrupción. Ya no más.

El momento exacto en que cambiasen de noviecillos problemáticos a prometidos formales era un misterio total para todos los habitantes de la nación demoníaca... Salvo, quizá, el único hombre que siguió observándolos interactuar sin perder nunca detalle.

—¿Alguna novedad?—inquiere Yuuri sin molestarse en levantar la mirada del documento que desde hace una hora continúa causándole malestares.

Sabe que el primero en llegar es su prometido, y su padrino le alcanzará poco después. Ha reconocido la voz de éste y del espía fuera también. No está siendo grosero tampoco, siendo que les vio horas antes. Práctico. Prometió terminar pronto. Debe de ser práctico ahora.

—Ningún cambio hasta ahora. Todo parece estar en orden. Gisela ha regresado también con su reporte, y el brote ha sido controlado ya... —informa la mano derecha del rey.

—¿Yozak?—inquiere esta vez el moreno hacia el pelirrojo, quien enseguida explica

—Cumplidas las órdenes, majestad... Su excelencia envió algunos saludos además. Los peluches fueron llevados a la habitación de la princesa...

La sonrisa divertida en los labios de Gurrier se transportan a los de Yuuri entonces, mientras que a un lado de éste, Wolfram niega ligeramente.

—Nunca entiende cuándo es suficiente...—comenta más para sí

—Es bueno oírlo—responde a su vez el rey, levantando finalmente la mirada.

Conrart vuelve a tener esa sensación de que el tiempo corrió sin que mirase en verdad, y por un instante continúa mirando al mismo niño de apenas 15 años que terminó en aquel mundo tan distinto a su tierra natal. Le sonríe de modo automático, y Yuuri le sonríe de vuelta, con total tranquilidad. Intercambian unas pocas palabras más antes de que el par que ingresó a la vez se retire igualmente en la misma forma, anunciando que la cena será programada entonces para la hora habitual. Alejándose del despacho, rubio y moreno continúan escuchando la voz apaciguada del pelirrojo haciendo las bromas de siempre mientras sonríen cada quien a su manera. Uno de ellos un poco más avergonzado que el otro, recordando viejos días donde a cada oportunidad buscaba aprobación de un hermano particular...

OS. El deseo de Lord Weller {KKM!}Where stories live. Discover now