הדלת בסוף

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      PROLOGÓ

Una vez más mi pecho duele al ver como se lastiman los unos a otros....
¿Cuantas veces hemos intercedido por ellos?
¿Cuantas veces debemos reiniciado el juego para darles la ventaja?
Criaturas fascinantes e inteligentes, pero sin importar lo que hagan, siempre terminan repitiendo la misma historia.
Cada eón es lo mismo, la gran diferencia es que sé rumora que el creador esta cansado de darles tantas oportunidades

—¿de nuevo aquí?
—no puedo evitarlo, me gusta ver lo bueno de ellos, me hacen creer que no todo está perdido.
—me recuerdas a mi, por eones hice lo mismo que tú, llegue a desenvainar mi espada para protegerlos, creía que eran la segunda creación perfecta del creador, pero comienzo a pensar que los demás tienen razón.
—¿los demás? ¿A qué te refieres?

Mee mira, pone su espada aún lado y toma asiento a mi lado

—mira ahí—señala a los dos sujetos que discuten a plena luz —a esos dos hombres en el callejón.
—¿que hay con ellos?
—en un momento uno de ellos se enfadara, matará al otro y saldrá de ese lugar como si nada hubiera pasado, volverá a su casa, copulara con su mujer y dormirá tranquilo por la noche.

Tal como lo predijo, ambos hombres discutieron y uno de ellos sacó un arma dándole muerte al otro, salió del callejón y se dirigió al parque para besar a una mujer embarazada y a un pequeño que juega en el césped

—¿como lo...
—siempre es lo mismo, han perdió el respeto por su especie, se matan, se traicionan y se mienten sin sentir culpa, no le temen al creador, mucho menos a las leyes que ellos mismos dictan. Se creen superiores a nosotros, solo por que cada que uno de ellos muere, una decena más nace al mismo tiempo.

Lo que dice es cierto, he visto el patrón de sus actos millones de veces, pero eso no quita que ellos sigan siendo especiales ante mis ojos. Suspiro y siguió observando sin decir nada.

—nada es para siempre mi pequeño Khaled y me costo mucho darme cuenta.

Él es el único que me llama de esa manera, de todas las legiones aquí arriba, yo soy el más joven, creado para asistirlo y controlar la puerta final . En pocas palabras es mi supervisor.

—¿alguna vez haz deseado ir Khaled?

La pregunta me toma por sorpresa, nunca nadie me ha preguntado alguna vez, si quiero ir al mundo donde el libre albedrío está por encima la razón y el entendimiento.

—¿lo dices enserio?
—por supuesto.

No me atrevo a confesar delante de él. Soy el ser más pequeño en este lugar, pero no el más insignificante, por lo que abandonar mi puesto sería una falta imperdonable. Miro hacia otro lado, fijo la vista en lo que realmente me hace pensar que ellos valen la pena, sobre todo cuando hacen uso de ese regalo maravilloso que el creador les concedió a ellos y a nosotros no.

—muchas veces.

No me atrevo a mirarlo a la cara, soy consciente de que él ya ubico lo que ha llamado mi atención. Suspira y escucho lo que parece ser una sutil risa que llama mi atención. <<no es común escuchar risas por aquí>>

—Claro, también me gusta eso de ellos—concuerda—por miles de años ha servido para abogar a mi compasión hacia los humanos.

Ambos guardamos silencio mientras miramos a la misma pareja de ancianos que caminan tomados de la mano por una de las calles del Cairo. sus gestos, miradas, acciones, no son más que un claro mensaje de lo enamorados que están.

—hazlo—llama mi atención—quizá sea tu última oportunidad para verlo de cerca, unos años viviendo entre ellos será como un pestañeo aquí mi pequeño Khaled. La mayoría de nosotros hemos bajado y algunos incluso nos hemos reproducido con ellos, pero te advierto que no todo será perfecto y llegado el momento, te debatirás entre querer exterminarlos o salvarlos.

—no te estoy entendiendo, por que bajaría si fui hecho para nunca abandonar la puerta.

Se levanta evadiendo mi pregunta, se colocar la espada en el cinturón y con un cabeceo me indica que haga lo mismo.

—hoy habrá audiencia con el creador—comparte—y quiero que estés ahí.

<<¿yo, dentro de la corte?>> si claro, como si eso no estuviera prohibido. Ahí no se le da acceso a cualquiera. Me suelto a reír y me detengo cuando reconozco la confusión en su rostros. No es que él u otro de mis hermanos sea de andar por ahí soltando bromas, no se ni porque me estoy riendo, supongo que soy el anormal del grupo.

—no está permitido que alguien como yo se presente en una audiencia.
—lo se—asiente—por eso te ocultarás.

No se, si se cual de los dos está más loco, pero como lo dije, es mi superior y no tengo más opción que seguirlo al séptimo cielo. Muchos de los seres con cargos importantes aquí, ya están llegando a la reunión, otros permaneces afuera esperando a que el resto de nuestros hermanos hagan acto de presencia. Nosotros esperamos detrás de una columna de marfil y supongo que está locura va enserio porque él jala de mi en cuanto se presenta la oportunidad de entrar sin ser vistos, una vez que hemos atravesado las grandes puertas con éxito, me cubre con su manto.

—espera, esto no...
—shuufff —me ordena—tendrás que permanecer oculto, lleva esto contigo todo el tiempo y pase lo qué pase, jamás lo sueltes.

Las inmensas puertas son cerradas por dentro, se hace un silencio total y me veo en la urgente necesidad de retroceder ocultándome al fondo de la sala. Lo ultimo que deseo es que los seres más grandes y poderos al servicio del creador, se percaten de mi presencia.

La reunión está a punto de comenzar, y para eso, cada uno ocupa su respectivo lugar a excepción del sitio vacío que alguna vez fue ocupado por el Lucero de la mañana. El velo estelar que separa la sala del consejo, de nuestro padre, permanece cerrado, pero su infinita presencia se siente aunque no podamos verlo.
muchos de aquí nunca hemos estado ante su presencia, estar ahora ahí, a pesar de estar escondido y rompiendo sabrá Dios cuantas faltas, significa mucho.

El arcángel vocero se toma la palabra, dándole inicio a la audiencia, los temas a tratar son bastante importantes y no me toma mucho tiempo entender el motivo por el que fui arrastrado hasta ahí. Fijo la vista en el ser que me obligo a ocultarme entre las filas del fondo, nuestras miradas se conectan y puedo ver que estamos pensamos exactamente lo mismo. <<esto tiene que ser un error>> El corazón me late a toda velocidad, al escuchar su voz en mi mente

"Corre—suplica—sal de aquí, y lleva contigo las llaves del reino, escóndelas bien y prepárate para el día del juicio, abra traiciones, pero confío en que tú serás la voz y un fiel testigo ante la benevolencia del creador....muchos confiamos en ti Khaled"

Sin llamar la atención fui retrocediendo hasta encontrar la salida de la ante sala, el sonido de las puertas me delata, y vez abiertas la puerta no me queda más que echarme a correr ignorando las voces que me llaman a gritos intentando detenerme.

—hey—gritan los dos Irins al pasarles por un lado—kashidim.

Ellos son un poco como yo, pero esta vez no me detengo. Alcanzo el límite del jardín, los miro de recojo siendo consiente de que probablemente nunca más los volveré a ver. Legiones de ángeles me pisan los talones, y no tengo tiempo de pensar, solo me dejo caer a la tierra....soportando por ellos, el agonizante dolor de perder mis preciada alas y adoptar la forma física que me permitirá vivir entre los humanos por el resto de mis días.

Todo por ellos.....por intentar salvarlos......una vez más.

La rebelión de los Caídos Where stories live. Discover now