Prioridad

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Película: Peter Pan

''Los adultos son unos aburridos, su único interés es ganar todo el dinero posible para luego no gastar más del estrictamente necesario, su vida es monótona y triste. Los niños, en cambio, son felices siempre con un juguete nuevo que les des, por barato que sea, se les puede hacer felices por meses porque lo que les importa no es el dinero sino el pasar un rato divertido y ser felices. Los niños no están corrompidos por la codicia y la avaricia típica de la adultez son personas muy puras.''

Esos eran los pensamientos de Peter mientras caminaba al hogar de una conocida sólo ella podría cambiar el destino que como ser humano le esperaba: envejecer y dejar atrás al niño que hoy en día es.

-A ver si lo he entendido bien, quieres que te hechice de modo que no crezcas más y te mantengas eternamente con el aspecto de un niño de doce años.

-Exacto eso es lo que quiero y quien mejor que la mejor bruja del mundo para hacerlo.

-No hacen falta los halagos ya te debía un favor así que si eso quieres está bien. Si más tarde te arrepientes de tu decisión hay un contra-hechizo ideal, pero debes saber que te devolverá a la edad que deberías tener, no irás creciendo progresivamente como hasta ahora.

-Entendido, de todos modos no creo cambiar de opinión.

-Como quieras...

La bruja dejó que una chispa dorada brotase de sus dedos y se colase en el pecho del chico haciendo que de sus ojos brotase un color dorado que se extinguió con la misma rapidez con la que apareció.

-Ya está espero que ese modo de vida antinatural te haga feliz, si no es así sólo debes buscarme.

-Gracias.

Pasaron unas semanas y Peter conoció a una chica de su edad, su nombre era Wendy, conocerse fue obra del destino mantener una amistad decisión de ambos.

El tiempo pasaba y su relación se intensificaba, pasaban mucho más tiempo juntos que cualquier pareja de amigos por lo que Peter decidió dar el primer paso para que su relación fuera de otro tipo cambiándola de amistad a noviazgo.

Dos años habían pasado desde que comenzaron a ser novios, tres desde el comienzo de su amistad y la igualdad de edad que había antes iba desapareciendo poco a poco. Wendy había crecido mucho y había pasado de ser la más baja a la más alta con una diferencia considerable; a ella no se le hacía extraño estado de juventud permanente del chico porque él le había se lo había contado, a ella le había parecido antinatural, extraño, ilógico y un tanto ridículo pero continuó junto a él porque lo que le gustaba de él era su personalidad y su forma de ser y una decisión por antinatural que fuera no cambiaba los puntos fuertes del chico.

Tres años más habían pasado ya. Su relación perduraba en el tiempo pero cada día que pasaba se hacía más incómoda para ambos chicos. No por falta de cariño sino por los demás; cuando ambos salían a caminar por la calle tomados de la mano la mayoría de la gente los miraba extrañados por no hablar de los besos, ya no se daban ninguno en lugares públicos porque los miraban mal, en especial a la chica, pensando que se aprovechaba del más pequeño. Todo esto llevaba sobre todo a Wendy a una situación de continua incomodidad y, aunque fingía ante Peter que nada ocurría este sabía que se estaba planteando detenidamente la posibilidad de dejarle ya que no soportaba más que todos la mirasen tan mal.

Dos noches sin dormir y casi tres días fueron los que necesitó Peter para tomar la decisión. Había considerado el problema en sí comprendiendo que su eterna condición de niño unido a que Wendy crecía y maduraba como era común era el problema y, que cuanto más creciera ella más grande sería la brecha que los estaba separando así que tenía que decidirse entre dos opciones:

-Anular el hechizo.

-Permanecer joven y dejar marchar a Wendy.

A pesar de que Peter amaba su condición de niño no quería alejarse de ella por lo que optó por la primera opción. Se miró al espejo una última vez mirando cada detalle de su rostro aniñado; lo echaría de menos pero el cambio sería para mejor.

Corrió a reunirse con Wendy y le explicó su decisión, ella trataba de evitar que hiciese ese sacrificio por ella diciendo que no era necesario y que la edad y el tamaño no importaban pero las decía porque se veía obligada a hacerlo pero, cuando el chico insistió más aun ella fingió rendirse aunque en realidad sí se alegraba de ese hecho.

Ambos fueron caminando en dirección al hogar de la bruja mientras aguantaban por última vez las molestas miradas a su alrededor en lo que duraba la caminata le explicó también a la chica que nada más haberle otorgado el contra-hechizo él volvería a tener la edad que se suponía que debería tener, es decir, dieciocho años al igual que ella eso alegró más a la chica.

-Sabía que vendrías a pedírmelo, tarde o temprano -comentó la bruja nada más explicarle el motivo de la visita.

-Lo que no sabía es que el motivo sería una chica, debí haberlo imaginado.

-Sí, bueno, podrías hacerme el contra-hechizo.

-Por supuesto.

Una luz dorada salió del cuerpo del joven que comenzó a crecer en estatura, sus rasgos se hicieron más rectos y sus músculos aumentaron de tamaño. Efectivamente el muchacho había crecido seis años en pocos segundos.

-Ahora no hay ningún obstáculo -comentó Peter feliz.

-Así es -corroboró Wendy abrazándolo esta vez sin tener que agacharse.

Ahora ambos eran felices porque Peter había aprendido a poner en orden sus prioridades y a eliminar algunas para siempre y también descubrió que aunque su cuerpo creciera era él quien decidía como pensar y nunca en su vida perdió esa chispa de alegría infantil de la que Wendy se había enamorado.

Y aunque nunca deseó una vida adulta sabía que podía soportarla porque Wendy estaba a su lado y esa era su prioridad.

Erase una vez un gran cambioWhere stories live. Discover now