Día 10

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Menos mal que no formalicé la apuesta del otro día, de haberlo hecho ahora mismo tendría un huevo menos. Al parecer el equipo 4 salió hacia el mismo punto en el que se perdió el contacto con uno de los camiones que salieron junto con el nuestro cerca de las 6. A nosotros nos despertaron a las 9, desgraciadamente esa es la hora punta para el desayuno, con lo que no desayunamos hasta las 10:00. Esta vez nos dieron un desayuno “decente” medio paquete de galletas, un vaso de leche, tostadas y fruta. Al parecer a los mimados del ejercito nos tratan bien para que no se enfaden, pero luego nos echan mierda encima para que no nos acostumbremos demasiado a los mimitos. Al terminar de desayunar subimos a nuestra habitación y nos encontramos al Sargento Ramírez pasando lista a las habitaciones.

Sargento:- Ya era hora. Esta tarde os toca excursión, el equipo 4 de recolectores junto con el equipo 5 de limpieza no han vuelto ni informado desde su llegada a la zona. Así que vosotros os coméis el marrón. Saldréis con el equipo 10 de limpieza a las 15:00. No la caguéis.

Nick:- Estoy empezando a cogerle asco a este tipo. Es como un buitre que siempre vuela encima nuestra cuando tiene que cagar.

Carlos:- ¿Se sabe por qué no han vuelto los otros dos camiones?

Nick:- Oh … Seguramente se quedaron tomando el té hasta tarde con los zombis. ¿Tú que crees? O están acorralados o han servido de desayuno.

Jesus:- Pues a mi esto no me huele bien.

Nick:- Si … son las latas de fabada de Carlos, que las repartieron ayer para cenar y...

Jesus:- No, imbécil. Digo la excursión. Han caído 2 convoyes y aún siguen emperrados en enviar gente allí. ¿Y todo por un par de aspirinas?

Sergio:- Sea como sea tenemos que salir, así que dentro de 3 horas nos vemos en el hangar de intendencia.

Llegamos al hangar y empezamos a preparar el equipo y el camión. A las 3 tocaron otra vez la alarma y llegaron los soldados de nuevo, esta vez salimos con otros 5 camiones junto con varios vehículos blindados que abrían la marcha. Era el mismo modus operandi que vimos en el pueblo, los blindados abrían la carretera de zombis y vehículos que la obstruyesen y los camiones marchaban detrás. También como la vez anterior volvieron a echar la lona y nos dieron el discursito sobre cómo iba a ir la misión.

Soldado “Exit”:- Bien, nosotros vamos a hacer hoy una doble parada. Primero iremos a una farmacia y después a un supermercado, allí nos reuniremos con el resto del convoy para asegurar por completo la zona y asaltar bien el sitio. Si todo va bien no tendremos que salir en una semana. ¿Alguna pregunta? … De acuerdo. Ah, por cierto … Nick, ya cogiste suficientes condones en la tienda, ya no hace falta que cojas más en la farmacia.

Nick:- Graciosillo ...

Enseguida llegamos a la farmacia, era una que estaba muy próxima al hospital. Cuando llegamos y salieron los soldados pude ver que un vehículo blindado había venido con nosotros para darnos apoyo, ya que la zona estaba completamente atestada de zombis. Esta vez tardaron un poco más en dar los dos golpes en el camión, señal de que debíamos salir cagando leches a por las cosas. Como la última vez nos dividimos por estanterías, yo entré a la trastienda, pero con las prisas no vi un enorme charco de sangre justo en la entrada de la trastienda y por un momento me mantuve en equilibrio con una sola pierna patinando por el suelo mientras una vocecita en mi cabeza me decía “te la vas a dar … lo sabes, mira esa pared, se está acercando y te la vas a comer sin remedio”. Con un sonoro BLOM choqué contra la pared de enfrente y caí al suelo. Al levantarme pude ver de quién era la sangre. Era de un policía que tenía un agujero en la frente, pero no había moscas revoloteando. Por un segundo mis ojos se posaron en el pantalón del policía. Colgando de su cinturón había una funda de pistola. Me acerqué y comprobé que había un arma. Aunque no tengo ni la más repajolera idea de usar una siempre he pensado que era mejor llevarla y no tener que usarla a no llevarla y, llegado el momento, tener que usarla. Así que cogí la funda con el arma y me la guardé en el pantalón para que no se notara. Llené la bolsa con tantos productos como pude y salí corriendo mientras unos desesperados pitidos salían de la boca de un soldado con cara de haber visto a un elefante a punto de sentarse sobre su BMW. Entré y el camión se puso en marcha de nuevo, al pasar la vista sobre los miembros del camión pude contar que faltaban 2 de los 6 soldados.

Despertar ZWhere stories live. Discover now