Niño ﹋o﹋

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-¡Joey!- gritó Erick en forma de saludo en cuanto lo vio. -¿Te puedo llamar Joey?

-No.- respondió serio.

-Joey, he pensado en salir hoy en la tarde ¿tienes tiempo?

-No.

-Okey, paso por ti a las 3.- dijo y se fue saltando con dirección al patio.

Esto realmente iba a ser un martirio para Joel. Él niño parecía ser muy caprichoso.

Casi al finalizar la última clase Joel arañaba la mesa por la desesperación de que el timbre sonara.

Tenia puesta su mochila sobre los hombros y sus pies listos para correr.

Los lentos minutos lo torturaban mientras sentía la respiración de un pequeño psicópata ojiverde sobre su cuello.

El timbre sonó y fue el primero en salir corriendo del salón empujando a sus compañeros.

Corrió tan rápido como sus pies se lo permitieron, no volteo ni una sola vez. En cuanto llegó frente a la puerta de su casa cruzo los dedos para que Erick no hubiera tomado un taxi otra vez.

Abrió la puerta y no había nadie más que su mamá, sintió un tremendo alivio, saludo a su madre cortamente y subió a toda prisa a su habitación.

Cerró la puerta de su cuarto con seguro y se tiró en la madera del suelo, lo había logrado.

Cansado, sudado y agitado sonrió.

-Estúpido, Erick- murmuró. -no podrás conmigo.

Se quedó dormido en el suelo al pasar los minutos hasta que un fuerte golpe en la puerta de su habitación lo despertó.

Se levantó perezosamente apenas sabiendo donde se encontraba y abrió la puerta sin pensarlo dos veces, pero se arrepintió en cuanto vio a Erick del otro lado, trató de cerrarle la puerta en la cara pero era tarde.

Erick lo empujó y entró con demasiada confianza a su habitación.

-Ni siquiera te cambiaste.- le dijo un poco molesto el ojiverde.

Joel vio su atuendo y si, aún estaba con el uniforme de la escuela.

Se encogió de hombros antes de decir. -¿Y que tiene? No pienso cambiarme.

Erick respiró hondo para no soltarle un par de groserías al rizado. -Tenemos una cita, Joel.

Joel movió los hombros en señal de que no le importaba, esto enfadaba a Erick.

-Cambiate.- ordenó.

-No quiero.

-Te dije que te cambies.

-Y yo te dije que no lo haré.

Erick caminó hacia el ropero blanco del rizado y sacó unos pantalones y una camiseta al azar.

Le lanzó la ropa en la cara a Joel. -Ponte esto rápido.

Joel dejó caer su ropa al piso, fue directo a su cama y se lanzó sobre ella ignorando completamente a Erick.

Erick se paró frente a la cama y casi gritó. -¡Te dije que te cambiaras, idiota!

-¡Y yo te dije que me dejaras en paz, idiota!- respondió Joel desafiante.

Erick no era del todo paciente, tampoco era la persona más amable, él era sobre todo explosivo.

Sujetó los pies del rizado y lo jaló haciéndolo caer de la cama.

Joel gritó, más por rabia que por dolor. -No sé que te traes conmigo pero, ¿podrías simplemente olvidar lo que viste en esta habitación y ignorarme en clase como siempre lo hacías? No soporto tenerte tras de mi las 24 jodidas horas del día.

-Vamos a tener una cita así que cambiate.-pronunció Erick lo más calmado que pudo ignorando todo lo que Joel había dicho.

-¡Maldita sea Erick, no puedes obligarme!

-¿Crees que no puedo?- el ojiverde sacó su celular de uno de los bolsillos de su pantalón y empezó a tomar fotos de toda la habitación.

-¿Que haces?- preguntó el rizado temeroso por que sabia lo que el pequeño hacia.

Erick no le respondió y siguió en lo suyo así que Joel se levantó del piso e intento quitarle el celular a Erick para eliminar las fotos.

Erick ocultó su celular detrás de su espalda y le sonrió cínicamente al rizado. -Voy a publicar estas fotos en las redes sociales y no solo nuestra clase, toda la escuela se enterará de los particulares gustos de Joel macho rudo Pimentel.- dijo burlándose.

Joel soltó una especie de gruñido por la impotencia, miró a Erick intimidantemente para luego decir. -No será una cita, ¿okey? Y tampoco me voy a cambiar. Si tanto quieres salir conmigo saldrás con este Joel, el sudado, despeinado y sucio Joel.

Salió de su habitación pretendiendo que Erick lo siguiera, pero este estaba embobado viéndolo.

Aún sudado, cansado y sucio, Joel le seguía pareciendo el chico más lindo que jamás había visto, no por nada insistía tanto con él, sabiendo que podría estar pasando el rato o incluso tener una relación con cualquier chico por más heterosexual que se creyese.

Pero Joel era especial, siempre lo supo y mientras más pasaba el tiempo más se daba cuenta lo mucho que valía.

Incluso su aroma era especial, ese aroma del que aún no descifraba su esencia, podría ser ¿menta? o tal vez limón con mucho, mucho azúcar. Era difícil saber.

Solo sabia que todo lo que Joel era, era especial.

Quiero dedicar este capitulo a maca_joerick por que le gusta mucho esta historia. *Gracias por el apoyo y espero que te haya gustado.* ♥

Yo no suelo dedicar capítulos de mis fics pero si alguna de ustedes quiere siempre puede pedírmelo. ;)
Bye, bye.

Unicornios ☆Joerick☆Where stories live. Discover now