Tamara: Una espía Improvisada (U.E.E.N?)

Capítulo 9

Ya ha llegado la cena de navidad y si hoy otra vez vamos a una cena, mas sin embargo esta vez vamos menos formales.

Nos reuniremos con mi familia y la de Lucas.

–Estas tan bella como siempre.

Hablando del rey de roma...

–Gracias, tu tampoco te vez mal. –respondí con las mejillas sonrojadas.

–Deberíamos irnos yendo –dijo él tomando mi mano y sacándome del cuarto –¿tienes todo? ¿no te falta nada? –pregunto tratando de asesorase he de suponer.

–Tengo todo, ahora solo faltan los chicos y mi hermana.

–Están en la cocina, no pudieron esperar a la cena y están comiendo un sándwich.

–Bueno... yo también quiero. –dije mientras caminaba al mesón donde estaba todo.

–Te la has pasado comiendo mucho ¿no? –dijo Marisa como quien no quiere la cosa mientras que Luciana solo frunció el ceño y ahora tengo la atención de todo puesta en mí.

–Oh, me pasa cuando estoy nerviosa. –conteste tranquilamente mientras iba a por un sándwich.

Sí, siempre he comido mucho cuando estoy nerviosa y para como no estarlo. Veré a mis padres otra vez. Definitivamente estoy muy nerviosa.

Finalmente terminaron sacándome de la casa entre todos, inclusive Camila que quería que la cargara un poco.

Luciana también estaba nerviosa, pero como lo he dicho siempre, ella es aún más buena que yo ocultando sus emociones.

Para distraerme una vez estuvimos en el coche por el espejo retrovisor vi a los chicos y analicé su vestimenta.

Suena raro, pero necesito distraerme y que mejor que eso. 

Veamos... Marisa lleva unos tenis de bota color rojo, una falda roja, una camisa de manga larga en color beige, un abrigo rojo, una bufanda a cuadros, y el pelo suelto con un gorro negro, también lleva una bolsa de mano. 

La pequeña Camila que va en mis piernas lleva puesto un vestido rosa con blanco, la parte inferior lleva un decorado de flores, sumando un abrigo rosa, mayas blancas y sus zapatos rosas.

Louis lleva puestos unos botines negros, un pantalón de mezclilla negro, una camisa gris y un suéter gris más oscuro y unos lentes que hacen juego con su ropa, eso sin contar el reloj de pulsera negro que tiene puesto.

Lucas lleva puestos unos tenis blancos, un pantalón de mezclilla azul, un suéter entre gris y blanco, un abrigo gris y unos lentes oscuros junto a sus guantes grises. 

Por otra parte, Luciana lleva puestos unos tacones negros si no mal recuerdo, también lleva una falda negra, una blusa azul cielo y un abrigo, su cabello esta trenzado en esta ocasión.

Yo por otro lado me he puesto unos tacones azules, una falda rosa, una camisa blanca, un abrigo azul pastel y llevaba una bolsa de mano azul. De maquillaje solo me he pintado las pestañas y me he puesto un labial rosa. Mi peinado consta de una trenza de lado. 

Y bueno eso es todo.

Ya hemos llegado y yo aquí sufriendo de nervios.

–Deberías respirar. –dijo Marisa antes de agarrar a Camila y llevársela en brazos.

–¿Vamos? –pregunto él con su mano extendida hacia mí.

...

La hemos pasado bien, pero no pude evitar sentir tristeza al no ver a mis padres juntos, parecía amigarse, pero no parecían tolerarse.

Ya se estaba poniendo el sol cuando estaba con Lucas en el patio de la casa.

Él estaba hablando y hablando, y finalmente dijo algo que me dejo helada, pero sentí nostalgia.

Esto era tan parecido... como un cuento de hadas.

–Afther all this time? –pregunto él esperando mi respuesta.

– Always. –respondí con mucha ternura.

No pude evitarlo y más sin embargo a pesar de no querer llorar ya lo estaba haciendo.

Sentí unos brazos, pero estos no pertenecían a Lucas.

–Mi nena, mi pequeña Tammy. –dijo la voz de mamá.

–Ella necesitaba un detonante, ambos lo necesitaban. –respondió Lucas a mi pregunta muda.

–MAMÁ. –no pude evitarlo y me solté a llorar en sus brazos como cuando era pequeña –Mamá, te extrañé tanto. –susurre escondiendo mi cabeza en su hombro.

–Así que la pequeña Tammy –dijo papá, inmediatamente me solté y lo abracé –mira cómo has crecido. –dijo le sonriendo.

No pude evitarlo, solté una pequeña risa.

Luego recordé a mis hermanos.

–Debería ver a Bernadette, Emily, Percy, Ethan y a Luciana. Han crecido mucho. –hable mientras me separaba.

–Haremos eso, después de mi advertencia a tu novio. –dijo papá me dio en broma, medio en serio.

–En realidad es mi esposo. –añadí con una sonrisa avergonzada.

–Ahora con mayor razón. –dijo papá.

–Déjalo Nathaniel, mejor vamos con nuestros hijos.

–¿Aún se sienten jóvenes? –pregunte incrédula mientras tomaba la mano de Lucas y sonreía.

–Por supuesto que sí. –dijo mamá divertida llevándose a papá de la mano mientras que el no apartaba su mirada de Lucas.

–¿Cómo supiste que hacer? Mis hermanos y yo intentamos con todo, pero no funciono nada. ¿Cómo supiste que eso era lo que tenías que decir?

–Solo lo supe. Tenía esa sensación. Yo también vi esa película y siempre soñé con decirlo. Más que nada ahora. –respondió el viendo mis ojos.

Lo abrace con tanto amor que ya no me sorprendería si el día de mañana estoy embarazada porque sé que este es el hombre con el que pasare el resto de mi vida. Con el que quiero pasar el resto de mi vida.

Y pensar que sería una espía improvisada, ni eso me sale bien. Solo una misión, ¿Qué tengo de espía?...

–¿Regresamos? –pregunto sacándome de mis pensamientos.

–Vayamos. –conteste mientras caminábamos hacia la casa.

Cuando entramos no estaba preparada para el abrazo grupal que recibí, tampoco creo que Lucas estuviera preparado para tantas palmadas en la espalda y los abrazos de oso.

Mamá y papá estaban viendo todo. Se les veía contentos.

Yo no podía estar más feliz.