parte única

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Mark suspiró suavemente mientras miraba el portátil frente a él, la pantalla blanca brillante le hacía daño en los ojos. Realmente no podía concentrarse, estaba cansado, y tenía un dolor de cabeza monstruoso del que no podía alejarse. El castaño estaba estresado, pero no era nada fuera de lo común.

Encontró la sala de estar vacía, se dejó caer en el sofá y cerró los ojos.

“Hey.”

Mark abrió un sólo ojo. Yugyeom estaba apoyado en la puerta, con dos tazas.

“Oh, hey.”

“No te estoy molestando verdad? Te ves cansado.”

“Sólo no he terminado el trabajo de la editorial. Quiero que la portada quede perfecta, pero me está costando un poco.”

“Ya veo." Yugyeom se movió a través de la habitación, sentándose y ofreciéndole una de las tazas. "Chocolate caliente. Pensé que querrías un poco.”

El más bajo la aceptó, y tomó un pequeño trago. “Wow. Está delicioso.”

“Lo preparé yo mismo” en su cara se formó una sonrisa orgullosa, como si de un gran logro se tratase.

Mark rió levemente. “¿Ah sí? No le has echado nada extraño, no?”

“¡Hyung!” infló sus mejillas fingiendo molestia. “Claro que no.”

“Bien, bien” pellizcó su mejilla y revolvió su cabello. “¿Qué haces aquí?”

“¿A qué te refieres?”

“Es víspera de Navidad. Los demás han salido, pensé que te habías ido con ellos”

“Es víspera de Navidad, no quería dejarte solo.”

“Sabes que estos festejos no me interesan.” dejó la pequeña taza sobre el mueble de su izquierda. “No es tarde, puedes irte si quieres. No quisiera arruinar tu noche”

“Quiero estar contigo.”

Mark sonrió al ver las mejillas sonrojadas del menor. Adorable. Era sumamente adorable. “Bien, pero no he comprado ningún regalo.”

“¿Qué te parece si te colocas un moño en la cabeza?”

El mayor arqueó una ceja y sonrió. Se acercó hasta quedar a centímetros del rostro de Yugyeom. “¿Quieres que yo sea tu regalo, bebé?”

El pelinegro colocó ambas manos en su cara, ocultándose. “S-Sólo...sólo bromeaba.”

Una pequeña sonrisa se formó en su rostro ante la timidez de su menor. Apartó las manos contrarias para luego entrelazar sus dedos. “¿Qué te parece si llamo a una pizzería?”

“Qué navideño, Hyung.” respondió feliz, mirando sus manos unidas a las de su mayor.

“Bien, ¿entonces qué? ¿llamamos a Santa Claus para que nos cociné algo?”

“No suena mal.” rio. “¿Qué tal si cocinamos algo nosotros mismos? ¿Bulgogi?”

“¡Jeotgal! ¡Jeotgal!”

“Aquí no hay ningún tipo de pescado o mariscos.”

“Ah.” miró al menor con desilusión. “Está bien, Bulgogi no suena mal.”

“¡Vamos!” exclamó emocionado. “Será divertido.”

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El rico aroma de la carne llenó la cocina cuando Yugyeom abrió el horno. Mark tomó un lado de la bandeja y lo colocaron sobre la mesada.

"¡Wow, se ve delicioso!" dijo Mark, entusiasmado. "No pensé que saldría tan bien. ¡Parece algo sacado de una revista de Navidad!”

“Gracias. Sólo seguí la receta.”

“Genial, ahora estás presumiendo.” se burló golpeando levemente el hombro del coreano. “Vamos, busquemos unos platos.”

“Son casi las once y media. ¡Ya casi es Navidad!”

Mark miró con ternura a su dongsaeng, parecía un niño pequeño. Nunca había tenido emoción por la navidad, e incluso dejó de celebrarla cuando se mudó de la casa de sus padres. Pero ahora mismo se sentía muy feliz y emocionado, Yugyeom lograba transmitir aquellos lindos sentimientos con cada sonrisa.

“Cierto. Falta realmente poco.” contestó mientras se giraba al almacén. “Entonces vamos a cenar.”

Tardaron menos de diez minutos en colocar y servir todo. La mesa estaba llena de pequeñas charlas e historias del pasado. Mark habló sobre las fiestas navideñas que tuvo con su familia, las que normalmente celebraban en lugar lujosos, salones y tendrían la “mejor comida”, la música y los árboles más grandes llenos de luces y nieve en polvo. Aunque Mark no hablaba mucho de su vida pasada, contó una historia sobre cómo él y una de sus mejores amigas, Wendy, se escapan del lugar en busca de algo mejor. Algo más hogareño a costoso.

“Mira el reloj.” dijo Mark de repente, cortando la conversación en la que estaban.

Yugyeom volteó hacía en la entrada, al reloj colgado arriba de la puerta. Marcando las doce en punto.

“¡Feliz Navidad!” gritó feliz, levantándose y abrazando a Mark.

“Feliz Navidad, Yugy.” correspondió su abrazo, acariciando su cabello. El pelinegro se separó rápidamente, como si hubiera recordado algo.

“¿Qué ocurre?” preguntó al menor, quién de repente se estaba yendo de la cocina.

“¡Tengo un regalo!”

“¿Qué? ¿De verdad?” Yugyeom asintió, salió hasta sala principal en busca de su mochila, sacando una pequeña caja cuadrada. Mark le miró confundido, no esperó que tuviera algo. “Maldición Yugyeom. No tenías que regalarme nada, tampoco tengo algo para ti.”

“En realidad, este va a ser también un regalo para mí.”

“¿Qué?”

“Cierra los ojos.” el castaño se quejó pero terminó obedeciendo. Podía sentir a Yugyeom caminar hacía él.

“Ya. Puedes abrirlos.”

Lentamente abrió sus ojos encontrándose con Yugyeom en frente. Alzó un poco su vista y ahí estaba.

Un muérdago.

Un pequeño, pero muy hermoso muérdago.

“Feliz Navidad.” dijo tomando con su mano libre la cintura del mayor, pegandolo a él.

Mark deslizó sus brazos rodeando su cuello. “Feliz Navidad, bebé.”

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FELIZ NAVIDAAAAAAAAAAD

ya sé que doy asco al escribir (especialmente cosas fluff) pero es navidad y markgyeom, y es todo muy uwu

por cierto me dió hueva hacer una portada así que se quedará sin una por ahora AJJAJAJA

gracias por leer, los quiero. 💗

—rom, 25/12/18.

merry christmas.- mkt + kygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora