- ¿me harás el desayuno? – Pregunta al sonreír

– si… ya veras que te va a gustar – digo al darle un piquito

– espera… - dice al detenerme

- ¿qué? ¿Qué pasa? – Digo al fruncir el ceño

– esto… - dice al tomarme por la cintura y besar mis labios de forma apasionada, une mi lengua con la suya haciendo que ambas se enfrenten en una batalla campal y salvaje, toma uno de mis senos y lo aprieta un poco, me acorrala a la pared y acaricia mis muslos

– va… vamos… vamos a comer… tendremos… tendremos tiempo para esto – digo al intentar recuperar el aliento

– esta… esta bien – dice al tocar mi nuca.

“debí dejarla que me hiciera el amor” pienso al bajar las escaleras y caminar hasta la cocina

- ¿qué quieres comer? – digo al sacar del refrigerador (huevos, leche, uvas y algunas fresas)

– pues… - dice al mirar mis piernas

– kara, Kara ¡KARA!!!! – Grito fuerte para que me preste atención

- ¿ah? – dice al hacer esa tierna mueca de niña pequeña y rascar su cabeza

- ¿qué quieres desayunar? – digo al partir una fresa y darle la mitad en la boca

– a ti… eh huevos y tostadas – dice al tocar su nuca de forma nerviosa

– jajajaja… eres todo un caso Yul – digo al besar sus labios brevemente

– esta bien… – digo al sonreír por sus ocurrencias y buscar la sartén.

Rompo los huevos y los dejo caer en el sartén, para luego revolverlos y poner hacer el café, tomo unas cuantas uvas, y siento la respiración de Kara en mi cuello, una de sus manos se desliza por mi vientre y la otra acaricia mi seno, mientras susurra en mi oído un tierno te amo - Kara… quédate… quédate quieta… harás que se quemen los huevos – digo al sonreír

– esta bien – dice al abrir el refrigerador y servirse un vaso de jugo de tomate

- iremos a la oficina? – digo al servirme un vaso de leche

– tengo algunos pendientes, pero tu quieres ir? – dice al tomar dos uvas

– bueno yo también tengo cosillas que hacer… pero me hubiera gustado quedarme – digo al morder mi tostada

– de todas formas hoy llega nanny… aun no podemos confesarles lo que sentimos – dice al soltar un suspiro

– me da mucha pena con ellas, después de todas las cosas que nos dijimos – digo al hacer una mueca

– lo sé, por ahora será mejor que nadie lo sepa – dice al morder su tostada y probar sus huevos

- ¿están ricos? – digo al tomarla por la cintura

– están… deliciosos, pero no más que tus labios – dice al robarme un beso

– mmm… lo mismo opino – digo al sonreír, me encanta cuando sonríe de esa forma ¡hay mi Kara, te amo tanto preciosa!!!

– Sube a ducharte, yo lavare los trastos - dice al partir una fresa y darme la mitad

– no… - digo en tono de niña al rechazarla

- ¿no quieres? – Dice al fruncir el ceño

– la quiero de tu boca – digo al jalarla y besarla de forma dulce y apasionada

Mi odiosa Madrastra | SUPERCORPWhere stories live. Discover now