capítulo 4

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-Si quieres morir, yo te ayudo. -Decía Arkar mientras atacaba a la sombra con rapidez y agilidad.

La sombra esquivaba todos sus ataques, mientras se movía de un lado a otro.
Con su espada cortó levemente las piernas, brazos y abdomen de Arkar, dejándolo herido y haciendo que cayera de rodillas al piso, luego empujó la espada de Arkar y tomó impulso para acabar con él de una vez por todas.

Lo que la sombra no sabía...era que Arkar no estaba del todo acabado y tenía un plan para que todos acabarán obedeciendo sus órdenes.

El príncipe y los chicos habían llegado a la pequeña cueva, una grieta con una entrada disimuladamente visible, dentro ella unos pequeños cuarzos le daban brillo y luz, no era profunda, era de aproximadamente unos 10 metros de profundidad.

-Aquí estaremos bien... Mientras Arkar no nos encuentre, creo que estaremos bien. -Decía el príncipe Tomas mientras se recargaba en la pared más alejada de la entrada.

Estaban sentados en el piso frío de aquella cueva, cuando escucharon pasos muy fuertes acercándose.

Gilbert y Luke notaron esto y se pusieron a la defensiva:

-Alguien viene, estén alerta- cuando Gilbert dijo esto fue porque los pasos se detuvieron y solo se escuchaba el viento entre los árboles.

Antes de que alguien hiciera nada, a Gilbert lo tomaron del cuello.
Arkar tomó a Gilbert y luego lanzó a La sombra dentro de la cueva;

-Es un intercambio justo, ¿no les parece? -Con estas palabras, Arkar dió un salto y se alejó.

-¡Espera! -Gritaba Tomas tratando de llamar su atención, pero fue inútil.

-¿Que le va a hacer? -preguntó Luke mirando la entrada de la cueva.

Pero antes de que Tomas respondiera, Jacob se acercó a La sombra y noto que estaba vivo.

-Lo tenemos que ayudar, puede morir. - dijo Jacob empezando a quitarle la armadura para poder revisar sus heridas.

-Déjame ayudarte. -Decía Kairo sabiendo que la prioridad ahora, era curar a la sombra, así que usó su chaqueta para levantar la cabeza de la sombra.

-Yo no puedo acercarme, mejor conseguiré agua. -Dijo Luke alejándose rápidamente de la cueva.

Mientras tanto, Arkar estaba Frente a frente con la reina Calixto, pero ahora tendría la ventaja de tener al príncipe en sus manos, o eso creía.

-Sabes, Calixto, puede que seas una gran reina, pero tienes una debilidad...Tu pequeño hijo. -Decía Arkar presionando aun más fuerte el cuello de Gilbert- Esa es una enorme desventaja.

Calixto solo fruncía el ceño con enojo y furia, pero no perdía la postura:

-¿Que es lo que realmente quieres? -decía Calixto tratando de no salir de su cordura.

Arkar solo sonreía y miraba como los guardias con ballestas, lanzas y espadas lo empezaban a rodear y a cubrir todas las salidas... Menos las ventanas.

-Solo quiero que le hagas saber a tu pueblo... Que tienen un nuevo rey. -Dijo Arkar lanzando a Gilbert por una de las ventanas del Palacio. -Y que no tienen un heredero que los salve.

Calixto se alteró por eso y dio la orden de asesinar sin piedad a Arkar.

Arkar sacó su látigo y empezó a cortar, lanzar, ahorcar y matar a todo aquel que intentara acercarse.

Mientras tanto, Jacob, Luke, Kairo y Tomas curaban a La sombra:

-Creo que ya está, con eso se curará. -Dijo Jacob, limpiando la sangre sobrante de la cara de la sombra.

Esta... no es mi dimensiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora