Capítulo #7 ; Primer día de clases.

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Narra Nate.

Era el primer día de clases y mi cuerpo lo sabía. No quería empezar, no quería ver a Sarah. No estaba preparado. Había tenido todo un verano para superarla, sin embargo no pude. La amaba demasiado como para olvidarla en sólo tres meses. No quería verla y tentarme a besarla o algo parecido. Ella se sentía culpable y sabía que todavía me amaba. Pero... ¿podía estar en una relación con alguien que no confiara en mí? 

Me bajé del auto y entré al colegio. Me dirigí a la dirección, para pedir mis horarios y allí me recibieron cariñosamente. Luego me dirigí a mi casillero y noté a una chica que no había visto jamás en mi vida, debería de ser la chica nueva de la que me hablaron en dirección. Ella era hermosa. Tenía el cabello morocho y unos bellos ojos color café. Quizá, si ella estaba soltera, podía ayudarme a olvidar a Sarah... 

Guardé algo en mi casillero y me quedé esperando a que ella termine con lo suyo. Cerró su casillero y yo sonreí.

—Soy Nathaniel. –me presenté, estirando mi mano, para estrechársela.

—Katerina. –se presentó ella, sonriendo, y estrechando mi mano.

—Bienvenida a la secundaria Thompson, Katerina. –Dije, sonriéndole-. Me gusta tu acento, ¿de donde eres?

—Inglaterra... –respondió, sonrojada-. Y gracias...

— ¿Qué clase tienes ahora? –le pregunté, al momento que miraba mi horario.

—Matemáticas. –Respondió y se encogió de hombros- ¿Tú?

Antes de que yo pueda decir algo, mi mejor amigo apareció.

— ¡Nate! –gritó él-. Y... Hola chica nueva...

—Hola... —respondió Katerina, sonriendo.

— ¡Zack! —grité yo, en modo de respuesta y abrazándolo brevemente.

—Soy Zacharias. —Se presentó Zack-. Y tú eres muy linda...

—Gracias... —dijo la chica, sonrojándose-. Soy Katerina.

—Y dime... Katerina. –Dijo Zack, sin quitar aquella sonrisa coqueta que ponía cada vez que una chica le interesaba-. ¿De donde eres? Porque con ese lindo acento, dudo que seas de aquí.

—Inglaterra.

—Tiene matemáticas con nosotros, Zack. –lo interrumpí yo, la chica parecía un poco intimidada.

— ¡Hola! –dijeron Sally y Sarah a la vez, llegando a mi lado..

—Hola Sarah, Sally. –saludamos Zack y yo a la vez. 

Rayos, Sarah, ¿por qué estás tan hermosa? pensé para mis adentros.

—Soy Sarah. -se presentó-. Y ella es mi gemela, Sally.

—Soy Katerina... –se presentó Katerina.

— ¿Te podemos apodar Kat? –preguntó Sally, sonriendo.

—Claro... –contestó ella y sonrió de lado-. ¿Por qué no?

—Eh... Bien, ¿quieres que te acompañe a clases? —Dijo Zack, acomodándose su mochila-. Sé donde es el salón.

—Claro, gracias. –asintió Katerina y sonrió-. Vamos.

— ¿Tienes matemática? —preguntó Sally, a lo que Katerina asintió-. Ufa, nosotras tenemos Física. -Arrugó la frente-. Pero... -miró a Sarah y luego a mi-. Voy contigo y con Zack.

Yo arrugué la frente, al mismo momento que Katerina, Zack y Sally se iban. Sarah me miró y yo a ella. 

Sabía que aquello no resultaría en nada bueno.

***

Narra Sarah.

Sally, Nate y la chica nueva se dirigieron hacia el salón, dejándome a Nate y a mi solos. Tendría que agradecerle a mi gemela más tarde. 

Estaba que moría de los celos. Había visto a la chica nueva desde que habíamos doblado por el pasillo y sabía que Nate tenía interés en ella. Lo había visto de atrás, pero su postura indicaba todo. Se había apoyado de forma varonil contra el casillero y hablaba con ella y Zack. Ella era hermosa, era obvio que Nate iba a querer algo con ella.

Ambos nos miramos a los ojos y él se estaba por dar media vuelta para irse, cuando lo llamé.

—Nate... ¡espera! -exclamé, a lo que él se giró a mirarme-. ¿Me dejarás hablar?

—Ya te lo he dicho, Sarah... -respondió él, cansinamente-. No quiero hablar contigo, no quiero volver contigo, yo... yo ya no te amo.

Sabía que era mentira lo que me decía. Me rompía el corazón escucharlo decir aquellas palabras. Pero sabía que me estaba mintiendo. Su nariz se fruncía levemente cada vez que mentía y aquello acababa de suceder. Me estaba mintiendo.

—Sé que me estás mintiendo, Nate. -le dije, negando con la cabeza-. Tu nariz se frunce cada vez que lo haces... Sé que lo que quieres es lastimarme para que deje de insistirte... Pero, ¿adivina qué? No dejaré de insistir, Nate. Yo te amo, no puedo dejar de hacerlo. Sé que tu también me amas y que me extrañas. Te extraño, y no sólo como novio... extraño a mi mejor amigo. Extraño verte todos los días, extraño tus sonrisas y tus abrazos. Nate... por favor. 

— ¿Qué es lo que quieres de mí, Sarah? -me preguntó, en tono mordaz. Mis ojos se llenaron de lágrimas-. Has desconfiado de mí. Has creído lo que unos tontos rumores han dicho de mí, tu mejor amigo, la persona que estuvo para ti cuando nadie lo estaba. Eres... eras, el amor de mi vida. No puedo estar con alguien que desconfía de mí. Te he dado todo... No es fácil perdonar cosas como estás. He llorado por ti. Sufrí demasiado para volver contigo así tan fácilmente. No quiero hacerlo... No puedo hacerlo... 

—Nate... por favor. -dije, dejando que lágrimas caigan por mis mejillas-. Te necesito...

—Sarah... yo... -Y antes de que pueda decir algo, lo callé con un beso. Durante unos segundos él me lo siguió... pero luego se separó. Su rostro se transformó en uno que no pude deducir-. No puedo... No puedo hacer esto. Yo...

Se dio media vuelta y salió corriendo a su salón. Yo suspiré hondo y me dirigí al baño. Allí me mojé la cara, varias veces, para calmarme. 

¿Qué estupidez acababa de cometer?

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¡Hola!! 

Espero que les esté gustando la historia de Nate y Sarah. 

Les quería recordar que pueden encontrar el resto de los libros de la saga Adolescentes Enamorados en mi perfil. Los que estoy actualizando actualmente son:

*¡No! Te amo. (libro 1.5, osea éste)

*Summer, un amor de verano. (libro 3)

*Déjame amarte. (libro 4)

Recuerden que no es obligatorio leer el resto para entenderlos.

¡Nos leemos!

Juli.

¡No! Te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora