Prologo: Decisión

39 1 0
                                    

Las cosas no van bien, no puedo aguantar más de todo esto, creía que si me hacía más fuerte podría ser capaz de proteger a mis amigos, lo creía desde el fondo de mi corazón, pero todo mi entrenamiento, todas mis luchas, no han servido para nada. Después de resolver las cosas con Vindice y los Arcobaleno pensé que no habría nada capaz de enfrentarnos, fui un ingenuo, olvide el porqué de mis poderes, mi determinación. Todo era para evitar la escena que se encuentra enfrente de mis ojos, todo para evitar ver sangrar a mis amigos.

- Tsuna - oigo que alguien me llama, me giro hacia Reborn que es quien me ha llamado - acabo de llamar al equipo médico de los Vongola, estarán aquí en cualquier momento, ¿estas herido?

Frunzo el ceño ¿herido? Miro mis manos manchadas de sangre, de la sangre de mis amigos, de mis guardianes, ni una sola gota es mía, ni una sola herida está trazada en mi cuerpo, vuelvo a mirar los cuerpos de mis amigos tirados en el suelo, están vivos, eso lo sé, pero no se mueven.

- Tsuna - vuelve a llamar Reborn, niego con la cabeza respondiendo a su pregunta- no debes desesperarte, ellos te han protegido.

Me quedo helado, tiene razón, es mi culpa, mi culpa, siempre es por mí, todas las heridas que ellos reciben son mi culpa, si yo no estuviera aquí, si no me hubiesen conocido, nada de esto habría pasado.

El equipo médico llega justo cuando una nueva determinación crece en mi interior, observo mis manos manchadas de la sangre de mis amigos, si esto es así solo debo desaparecer.

Sigo a Reborn hacia el coche para seguir a las ambulancias, que llevaran a mis amigos al hospital mientras un plan comienza a crearse en mi mente.

*******************************

- ¿Cómo estáis? - pregunto a Yamamoto y Gokudera-kun

- Perfectamente, Decimo, no debe preocuparse- exclama Gokudera-kun disimulando una mueca de dolor, pero no la paso por alto

- No te preocupes, Tsuna, nos recuperaremos - observo el brazo roto de Yamamoto, no podrá jugar al béisbol en un buen tiempo

Y todo por mi culpa

Saco de mi mente ese pensamiento, debo actuar normal para no levantar sospechas de lo que quiero hacer.

- Me alegro de escuchar eso - digo con una sonrisa forzada - seguiré con mi ronda de visitas

Salgo de la habitación para ir a la que comparte Onii-san con Lambo, a pesar de que este último no tiene nada grave debido a que fue protegido por los demás, aun así tubo un ataque de pánico.

Me asomo a la habitación y los encuentro a los dos dormidos, no quiero molestar, así que después de mirar los vendajes de Onii-san alrededor de su pierna rota con culpabilidad sigo a la siguiente habitación, donde se encuentran Chrome y Mukuro.

- Hola, Boss - saluda con una sonrisa la chica

- Kufufufu, que sorpresa, Tsunayoshi-kun - comenta Mukuro, ellos están bastante heridos, al enemigo no le gustaban los ilusionistas por lo que la tomo con ellos dos - ¿Qué es esa mirada?

Lo observo sorprendido, él ha visto a través de mi mascara, sonrío para disimular.

- Solo me siento mal porque os hirieron intentando ayudarme - comento quitándole importancia al asunto.

- Kufufufu, ¿Quién ha dicho que estuviera ayudándote? Yo no me relaciono con mafiosos - sonrío ante su comentario, sus acciones no concuerdan con sus palabras

- Sí, sí, es cierto - asiento, dándole la razón - veo que estáis bastante bien, así que iré a ver a Hibari-san

Él se encontraba en una habitación privada debido a que sus compañeros de cuarto no sobrevivían mucho tiempo junto a él.

Las Llamas del Cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora