-Maldito mundo hijo de puta!- gritaba borracho en un pool del barrio mientras pensaba que las personas que estaban a mi al rededor realmente eran unos imbéciles, maldito el día en el que mis viejos tuvieron sexo para crearme en éste punto de la historia, donde todo el mundo tiene una profesión. ¿Beber sería algún día sea una buena forma de trabajo? Estaría agotado si fuera catador de vinos, donde uno prueba los tragos hasta soltar un escupitajo, sin poder ahogarse en alcohol hasta vomitar. Ya ni se de que hablo, si ni siquiera me gustan los vinos caros. Me harían sentir un burgués que compra autos caros y sólo se preocupa de que su mujer llegue a su casa para almorzar comida vegana y jugos de soja, me gusta la palabra "escupitajo". Mientras del otro lado de la mesa una mujer asiente, capaz ella me entienda. Yo no tendría que estar acá. ¿llegue tan tarde al mundo para poder ver en vivo a los Redondos y esnifar cocaína sin que un amigo me resongue que mis vicios están mal o que debería hacer algo de mi vida, más que apostar?
Ella seguía mirándome y se me acercó para hablar. Me dijo su nombre y edad.Quiso hacerse la graciosa haciendo algún acertijo. Dijo que me veía muy ebrio y sólo me quería enloquecer. Le respondí que para eso sólo necesitaba chuparme la pija.
