Capítulo 3

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Cuando llegamos a la direccion que pone en en papel vemos una enorme fabrica de "Sorteos Smith", justo lo que pone en el papelito. Lo malo es que esta abandonada. Las paredes estan mugrientas y de la chimenea no hay rastro de humo. Nos miramos sin saber que hacer. James vuelve a leer el boleto.

- Estamos en la dirección correcta -comenta él -Intentemos llamar al número de teléfono que pone aquí.

-Vale - contesto yo con voz triste.

James coge su teléfono y marca el número.

- ¿Si? -contesta una voz femenina

-Hola... -dice él con mucha timidez. Yo le cojo el mòvil y contesto.

-Hola. Hemos encontrado las tres cerezas en su sorteo smich o como se llame.

-Mire señora, ya nos han llamado varias veces con la misma bromita, pero los otros intentos han sido mas convencentes.

-¡Pero oiga! -grito con la esperanza de que no cuelge -esto no es una broma! Que tengo que hacer para que se lo crea señora!??

-Primero de todo, tiene que haber llamado hace cincuenta años, cuando comenzó el sorteo.

James y yo nos quedamos boquiabiertos. La señora de detras del teléfono nos continua explicando con tono enfadado.

-Y si es verdad, diganme el código del otro lado del papel y si es el correcto, me lo creeré.

-Esta bien. Escuche con atención... Vale... este es el código... 7 4... 3...9...

-Date un poco de prisa niña.

-Muy bien... 3 1 5 3 7 8 5 4 4 1 5. Ya está. Este es el código del que hablabas -la dejo de hablar con usted, porque me tiene hasta la coronilla.

Se escucha un silencio durante un rato.

-¡Nos ha colgado! -exclama James. Pero a continuación oimos que la señora nos pregunta:

- ¿De dónde habeis sacado ese sorteo?

Yo me permito decir una mentirijilla.

-Mi abuela la había perdido en casa. Yo la encontré debajo del sofá.

-El có... código es... ¡CORRECTO! -Grita la señora asombrada.

-¿Tenemos nuestro premio?-pregunta James muy flojito.

- ¿Qué dices chaval?

-Digo si nos va a dejar ir a ese viaje.

-Debería -le digo a James sin que me oiga la señora.

-¡Claro! Ireis en un yate privado.

-¡Genial! -gritamos al unisono.

-Bueno... no estan fácil -dice ella bajando el tono -El piloto se cansó de esperar, y el barco esta tan estropeado como la fábrica.

-Pero debe llevarnos a ese viaje!

-¡Claro que ireis! Pero... bueno... el yate tiene conductor automático. Y el hotel... os buscaré otro que no esté destruido.

-¡Entonces genial!-digo contentísina

-No tan genial. Yo no voy.

-¿Por qué James?

-¡¡¡Dios mio!!! ¿¿¿Hace falta una explicación???

-Tu mismo. Pero yo no pienso perder está oportunidad.

La señora me explica cuando iré, donde debo estar para coger el yate y a que hotel me alojaré. Lo malo es que tengo que ir yo sola, pero no es ningun problema, ya soy mayorcita, tengo 17 años.

James se va y yo con él.

Perdidos en la nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora