No entres al Bosque

Woodland era un pueblo que se encontraba en una zona boscosa, de allí su nombre. Su gente siempre ha disfrutaron de celebrar la noche de brujas, era la noche más esperada por todos desde el más joven hasta el mayor de sus habitantes anhelaban esa celebración.

Ese año los habitantes de Woodland se preparaban con entusiasmo para la celebración de la noche de brujas, la festividad podía sentirse en el aire, las casas adornadas con la temática, los niños hablando sobre los disfraces que utilizarían esa noche y sobre cuantos dulces comerían. Los adolescentes hablaban sobre una fiesta que se llevaría a cabo en el corazón del bosque con el que limitaba el pueblo.

Sin embargo los adultos habían sido muy claros con su oposición a la idea de ir al bosque a esa hora, sobre todo en esa fecha; pues había una leyenda que hablaba sobre una extraña criatura que vivía en el bosque, nadie la había visto pero los ancianos le temían a la simple idea de entrar al bosque en la noche.

Así llegó la noche y un grupo de jóvenes desobedeciendo a sus padres se reunió en el bosque para asistir a una fiesta organizada por Brandon Hill y su novia Naya, la pareja más popular de la escuela, esto garantizaba una asistencia masiva, pues todo el mundo deseaba poder decir en la escuela que había asistido a la fiesta de la que se había hablado durante todo el año.

La música sonaba a todo volumen, los jóvenes disfrutaban despreocupados y cada vez eran más los llegaban a la fiesta y la noche corría normalmente, pero eso estaba a punto de cambiar.

Al mejor amigo de Brandon, un deportista llamado Tate se le hizo tarde por acompañar a su hermana a pedir dulces por exigencia de su madre. Sabia como llegar pues había sido él quien ayudó a Brandon a escoger el lugar donde se haría la fiesta.

Se adentró en el bosque y pudo escuchar la música a lo lejos; pensó que debía ser la mejor fiesta de la historia para escucharse a tal distancia. De pronto dejó de escuchar la música.

¿Acaso he llegado tan tarde? – se cuestionó—No puedo haberme perdido la mejor fiesta del año.

Al ver su reloj notó que eran las doce de la noche por lo cual se apresuró para llegar lo más pronto posible. Pensó que algo debía estar mal con el camino que había tomado, ya tendría que haber llegado a la fiesta pues el punto donde se realizaría no estaba tan lejos de los límites del pueblo. Estaba comenzando a preocuparse pero sintió un gran alivio al ver a su amigo.

¿Qué haces aquí? –Cuestionó Tate- Deberías estar en la fiesta.

Llegas demasiado tarde – respondió su amigo—la fiesta terminó hace un momento; al parecer sucedió algo en el pueblo y todo el mundo se fue.

Es muy extraño – le dijo – yo acabo de estar en el pueblo y todo parecía estar normal.

En realidad no lo sé – le respondió Brandon—alguien recibió una llamada durante una fiesta y se armó un completo alboroto y todos se marcharon de no haber sido por esa llamada la fiesta hubiera sido un éxito total.

No puedo creer que me perdiera esa fiesta – se lamentó— quiero morir.

Ten cuidado con lo que deseas – advirtió Brandon mientras se relamía los labios.

Al ver la expresión del rostro de Brandon no pudo evitar asustarse trató de preguntarle a que se refería pero no tuvo tiempo, ante sus ojos el cuerpo de su amigo comenzó a emanar humo y fuerte olor a azufre, sus ojos se volvieron totalmente negros, su piel comenzó a llenarse de pústulas y se volvió grisácea y viscosa, sus dientes se volvieron afilados, eran como cuchillos y de sus manos salieron grandes garras.

Paralizado por el miedo al ver en lo que se había convertido su mejor amigo no pudo correr, solo vio como aquella criatura se le iba encima y con sus garras desgarraba su piel. Solo pudo emitir un grito desgarrador que invadió el bosque entero. Los jóvenes que se encontraban en la fiesta escucharon aquel grito y asustados regresaron en grupos al pueblo. Cuando se dirigían al pueblo Brandon y Naya encontraron en el suelo a un mal herido Tate.