Capítulo 16

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Me despierto como siempre, tipo 10 de la mañana, entro a la ducha rápido, papá ya se fue al trabajo y mamá debe estar en la cocina, supongo, Augusta está enferma, los cambios en la temperatura le afectaron y tiene resfrío, pero se recupera rápido.

Salgo del baño y me coloco un vestido de verano, amarillo, corto y con la espalda casi descubierta solo por unas tiritas que se entrecruzan. Camino por la casa y llego a la cocina, mamá está aquí como lo pensé.

-Hey, bella durmiente, ¿cómo amaneciste hoy? - suelta mi madre cuando entro a la cocina y me sirvo un vaso de leche.

-Bien claro, ¿Cómo está Augu? - pregunto con una mueca.

-Mejor, se recuperará en unos días, es un lío tenerla en cama, tú sabes cómo es de inquieta - me cuenta con una sonrisa y comenzamos a hablar sobre mi hermanita.

En eso suena mi teléfono a lo lejos, pero me quedo pensando en si vale la pena pararme a buscarlo, mamá me mira con expresión de eres-una-vaga-sin-remedio.

-Vamos Julieta, ve a ver, puede ser tu Romeo - la miro entrecerrando los ojos por molestosa, y le saco la lengua.

-Tienes un severo problema con las comparaciones con princesas eh! - le chillo.

-¡Ve por tu príncipe William, Kate! - me chilla de vuelta.

-Ya basta - le contesto riéndome cuando llego a mi cuarto y tomo el celular en mis manos.

Un mensaje de Manuel, la sonrisa aparece de nuevo, pero se esfuma más rápido que antes.

Tengo una noticia y espero no me odies, de verdad. Y un archivo adjunto, lo abro y el teléfono se demora en cargar, cuando lo hace, veo la pagina de una revista y un párrafo escrito, ni idea lo que dice, comienzo a pensar que se equivoco de contacto cuando me doy cuenta, le hago zoom a la imagen, debajo del artículo, unas fotos donde aparecíamos Manuel y yo.

Siento que me da un paro cardíaco, que se me sube la presión, se me devuelve el estómago, me tiemblan las piernas, me mareo estando quieta, comienzo a respirar entrecortado, Mierda, Emily tienes que calmarte, me repito.

Me tiro en la cama tratando que encontrar tranquilidad para pensar en algo más, pero no puedo, veo el teléfono de nuevo, tres fotos, una conversando, otra de la mano y la última estoy apoyada en él, me siento estúpida en no haberme dado cuenta que alguien nos seguía. Tonta, tonta, tonta.

Miro el reloj, 1:54 pm, mamá se asoma por la puerta.

-¿Estás bien? - me pregunta desde la puerta con mi hermana en los brazos - llevas como tres horas aquí.

Niego con la cabeza mientras miro el techo.

-¿Ocurrió algo? - me pregunta de nuevo, tiene curiosidad, lo noto en su voz.

-Mi vida - contesto sin mucha expresión, mientras aún miro el techo.

-¿Tienes problemas de típica adolescente? - me pregunta ahora.

Asiento lentamente.

-¿Quieres hablar sobre ello? - me dice. Niego con la cabeza.

-¿Voy a ser abuela? - pregunta, levanto la cabeza y despego la mirada del techo para verla, se está riendo de mi.

-Claro que no - le digo con una mueca y vuelvo a mirar el techo.

-Bien, hablamos más tarde - concluye cuando desaparece por el pasillo.

Salgo de mi cuarto y no sé qué pensar, o sea, estoy enfadada conmigo misma, avergonzada, y en el fondo un poquito feliz, digo, salgo en una revista con Manuel Neuer ¿o no?

Me gusta todo de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora