Un poco más cercanos

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—Ya no falta mucho, mañana iremos al vivero, ¿de acuerdo?

—De acuerdo Joory. —Miranda guarda sus cosas.

—Buen trabajo, nos vemos mañana. —Theo sale con rapidez.

La pista mojada por las pequeñas gotas de lluvia, hace resbalar las llantas. Una vuelta más y estará en casa.

Deja su bicicleta en el garaje y sube hacia su departamento. Saluda a sus compañeros, y se da cuenta de la puerta abierta de su habitación. Camina despacio sin hacer mucho ruido y la ve, jamás se la hubiese imaginado verla ahí. Se aproxima un poco más y sus ojos se posan en la pequeña foto de su mano. Por un repentino impulso le arranca con fuerza. Nervioso.

—¿Qué rayos haces aquí? —Suelta sin pensar. Es evidente que la ha asustado, no lo reconoce, ni el mismo se reconoce. Está en su espacio, aquel espacio que no quería mostrárselo a nadie, aquella historia que quisiera borrar de su memoria.

Los grandes ojos de la joven lo miran con miedo y asombro. Sin decir una sola palabra sale de la habitación presurosa, coge su mochila dispuesta a desaparecer de ahí. En la puerta se cruza con Mario y Jane.

—Becky, ¿ya te vas? Estás pálida, ¿ocurrió algo? —pregunta preocupada la pelirroja sin obtener ninguna respuesta.

Ahora la curiosidad aumenta, está más que segura que era él y su madre, ¿pero que le pasó?, ¿murió?

Mario deja las cosas sobre la mesa.

—¿Qué le ocurrió a la reina? —les pregunta a los muchachos.

—¿Le ocurrió algo a Becky? —Daniel luce desconcertado.

—Acaba de irse como una bala.

—No me di cuenta, solo Theo entró y nos saludó. Iré tras ella.

—Voy contigo. —Jane sale tras él.

—¿Theo ya está aquí? —Mario va a su habitación y lo ve sentado sobre la cama, mojado y con el puño cerrado—. Theo, ¿discutiste con la abeja? Salió como si hubiese visto al mismo diablo.

—Ella estuvo aquí.

—¿Se pelearon?

—Hice algo que no debería haber hecho.

—¿Qué hiciste para que reaccionara así?

—No pude controlarme.

—¿Pero ¿qué fue?

Theo se pone de pie dispuesto a solucionarlo, mas se detiene, será mejor que por ahora lo deje así.

🐝🐝🐝

—Termínalo de una vez.

—Si señorita Becky. —Le hace un pequeño moño y lo sujeta con un listón negro—. ¿Necesita algo más?

—No. Vete.

La mucama se retira sin hacer ruido. En la puerta se encuentra con la abuela.

— ¿Cómo ha amanecido? —pregunta lo más bajo que puede.

—Desde ayer está muy irritable, señora.

—Está bien, yo me encargo. —Entra a la habitación—. Buenos días cariño.

—Buenos días abuela. —Revisa su amplia cartera asegurándose que todas sus cosas estén ahí. Escoge uno de sus flamantes sombreros.

La anciana la mira con agrado sentándose en el sofá.

-—¿Vas a algún sitio?

—Al gran vivero.

—¿El que queda fuera de la ciudad?

ABEJA REINA©Where stories live. Discover now