EL CUERVO NEGRO

25 0 0
                                    

CAP 4 SECRETOS

Me encontraba aún algo aturdida al salir del despacho de Brooks, ya que era demasiada información para asimilar de forma rápida. Sincerándome, me sentía confusa,  pensando que había una gran cantidad de posibilidades de que esta opción fuera la incorrecta; pero lo que sabía  con certeza,  era  que una de las dos posibilidades  que me acababan de ofrecer me llevaría a una muerte segura,  o puede que las dos me llevaran a la misma opción. Sea como sea, había  aceptado la propuesta que me había hecho Brooks, por lo que,  solo me quedaba hacer lo que creyera conveniente y seguir adelante y esperar el destino que me estuviera esperando en este futuro que veía más oscuro de cómo nunca lo había visto ningún momento de mi vida. Leopardo Smith se encontraba a mi lado acompañándome al que según él,  sería mi habitación en este periodo  tan extraño  de mi vida. Llevábamos, aproximadamente,  5 minutos andando cuando él se detuvo ante una puerta de metal donde estaba escrito el número 325, introdujo un código y la puerta se abrió de forma automática ante mis ojos.

-Las damas primero- dijo él-

Pasé ante él y deslumbré una habitación gris  de gran tamaño, con una cama de sábanas blancas junto a la que se situaba una  pequeña mesilla de noche. Me llamó la atención la peculiar lámpara de noche que había encima de la mesilla, que invitaba a descansar a su cobijo. A la derecha de la cama había un gran armario, que dejaba a un lado el espacio justo para que un impresionante sofá blanco permitiera ver con facilidad la gran televisión de plasma situada en la pared de enfrente. Un pequeño pasillo conducía a lo que parecía una pequeña cocina equipada con todo lo necesario para vivir, junto a la cocina, había una puerta cerrada que supuse que conduciría a un aseo. Por último, en el centro de la habitación había una gran alfombra negra que pese a lo impresionante que era la habitación destinada a ser mi hogar durante los próximos meses, me recordaba para lo que estaba ahí y la gran incertidumbre que bañaría mis días en mi futuro.

-Memoriza que tu habitación es la 325 y que la contraseña de ésta es 1216, no le digas a nadie la contraseña y por cierto, ponte la ropa que encontrarás en el armario, te esperaré fuera para llevarte a la sala de entrenamientos, sé rápida- dijo él-

-Va…le- dije yo pero antes de que terminara la palabra,  él ya había salido del cuarto-

Hice lo que me había dicho y me dirigí hacia al armario, cuando lo abrí había solamente una camiseta negra de tirantes, unas mallas del mismo color que el anterior y, en la parte de abajo,  unas zapatillas deportivas negras. Me lo puse todo y me hice una coleta alta, después,  salí de la habitación y me encontré a Leopardo Smith,  apoyado contra la pared,  mirando al vacío, no me dirigió ni una sola mirada, simplemente dijo:

-¿Vamos?-dijo él-

-Claro-dije, aunque, antes de que yo hubiera contestado él ya había empezado a andar-

Le alcancé dando grandes calzadas, y le dije:

-Oye, tengo que hacerte algunas preguntas-

-¿No te ha contestado ya Brooks a todas tus preguntas?- me preguntó él, mirándome de reojo-

-Cierto, pero estas son preguntas para ti-dije-

-De acuerdo, pregúntame lo que quieras-dijo sin mirarme -

-¿Por qué te llaman Leopardo Smith?-le pregunté mirándole con interés-

-Es un mote, es igual del por qué te llaman a ti Cuervo Negro, nos ven personas normales en algunas misiones, se lo cuentan a los periodistas y éstos deciden un nombre para ti para que seas una noticia interesante y bueno…al final todo el mundo te acaba llamando así-contestó-

EL CUERVO NEGROWhere stories live. Discover now