one and only chapter.

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Todos los días se repetía la misma historia. Cada vez que Diana pasaba por los pasillos, no faltaban los comentarios inoportunos y los insultos poco originales de sus compañeros.

No es necesario decir que Diana no le caía en gracia a varios de sus compañeros. ¿Por qué? Ni ella lo sabía. Al fin y al cabo, solo era ella misma y parecía que eso les molestaba. Sí, millennials.

En toda la universidad, solo habían dos personas que la rizada trataba. Una de ellas, su mejor amigo; y la otra, su peor enemigo.

“Diana, ¿puedo hacerte una pregunta?” se acercó con su sonrisa burlona que siempre lo caracterizaba, bloqueando el camino de la muchacha.

“¿Que quieres, Payne?” ella se cruzó de brazos, lanzándole una mirada fulminante. “Ya escuché tu dosis de tonterías en la mañana, ¿más?” puso los ojos en blanco, empujó su hombro y se abrió paso para seguir su camino.

El enojo que ella sentía cada vez que lo veía, con el paso de los días y los meses, se comenzaba a convertir en lástima. “Pobre, no tiene nada más que hacer” pensaba.

“Te encanta alejarte de la gente, ¿verdad?” el castaño caminaba detrás de ella.

Diana apretó los labios, “Liam, sí quieres estar conmigo, solo tienes que decírmelo.” tomó sus mejillas y las pellizcó ante el gesto disgustado en el rostro del castaño, “Podríamos ir juntos a la cafetería, o qué tal si vamos juntos a clases” Diana se daba cuenta que ese cambio de humor lo aturdía, y con mucha más razón, lo hacía. “Seríamos, cómo se dice... ¡Ah sí! ¡besties! ¿Que te parece?”

Los ojos de Liam parecían que se saldrían de lo abiertos que estaban. La miró disgustado, confundido. “Estás loca, Harris.” Volteo los ojos y se fue sin más. “Alejate”

“¡Claro! ¡No problemo! Pero, primero, deja de buscarme” gritó Diana mientras el castaño se iba, quien al escucharla solo hizo un ademán con el brazo para que se callara.

Ellos no eran unos extraños... para nada. De hecho, su historia se remonta hace muchos años atrás.

Liam y Diana no eran amigos ni nada por el estilo, pero había alguien que los unía. El hermano de Diana, Andrew. Él era el mejor amigo de Liam, cursaban el mismo grado, asistieron a la primaria y secundaria juntos. Ellos se querían como hermanos, pero Liam no sentía lo mismo por Diana. Ni ella por él. Nunca se llevaron bien, pero tampoco se odiaban. Él siempre fue alguien muy frío e indiferente con quienes no fuese sus amigos cercanos. El hermano de Diana encabezó pero, ella no corrió con la misma suerte.

Hasta que llegó el día en el que las cosas cambiarían. Andrew había conseguido una beca en UCLA, la universidad de sus sueños; no lo dudo ni un segundo, y aceptó. Pero ni su mejor amigo ni su hermana lo podían aceptar. Con el corazón en la mano pero con la mirada hacia el futuro, Andrew tomó sus maletas y se fue. Como si el destino intentara recordarles lo poco que se llevaban, Liam y Diana se quedaron en Ohio y peor aún, nunca dejaron de frecuentar ya que estudiaban juntos la misma carrera. Ella reiteradas veces considero como una opción cambiar de carrera; sin embargo, ninguna otra le llamaba la atención en lo absoluto.

A tal punto llegó su desagrado entre ellos, que Liam comenzó a lastimar verbalmente a Diana. Cuando tenía la oportunidad, lanzaba uno que otro apodo respecto a su particular manera de vestir o a su constante soledad. A ella al inicio, le chocaba, la avergonzaba. No obstante, cuando entendió que ese no era más que un juego ridículo de él para llamar la atención, poco le importaron los comentarios. Incluso, hasta bromeaba y se ponía otros más.

Pero algún día tendrían que limar asperezas, ¿o no?

“Señorita Harries” nombró el maestro, tomándola por sorpresa. “Señor Payne”.

Forgiven. |L.P| [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora