Capítulo Diecisiete

Start from the beginning
                                    

Me atrevo a mirarlo, está muy atento.

—Si te lo decía tú ibas a detenerte...

— ¿Qué te hace pensar eso? ¿Acaso no te diste cuenta de lo perdido que estuve desde el momento que comenzaste a desvestirte? ¡Joder! Incluso desde que entraste al apartamento— da una risa corta—Hilary, si me lo decías yo no iba a detenerme, si me decías entonces yo iba a ir lento e iba a ser cuidadoso ¡Joder! Incluso pude ser más dulce de manera que no hubiese resultado fatal y traumático para ti.

—¡No fue traumático! —digo frunciendo el ceño, él sonríe.

—De acuerdo, pero no fue dulce ni tierno de la manera en la que lo merecías.

—No pedí ternura, me gustó de la manera en la que fue, de cualquier forma iba a dolerme y no es como si fue una tortura, yo lo disfruté.

—Es bueno saberlo, porque es lo único en lo que he pensado desde el momento que vi mi sabana manchada de sangre —Chasquea la lengua—. Esto nos lleva a una segunda pregunta ¿Por qué demonios te fuiste?

—Bueno, no era como si me iba a quedar viviendo contigo, debía trabajar.

—De acuerdo ¿Por qué te fuiste sin avisar?

Me remuevo inquieta en la silla, no quiero decirle o traer a colación como sé que solo se trató de una noche.

—Princesa, dime, no podemos tener secretos con respecto a esto, entre nosotros.

—Bueno, Doug, quedarme solo significaba aplazar lo obvio.

—¿Qué es lo obvio?

—Que solo iba a tratar de una noche, no tenía ni quería escuchar que tú me dijeras algo que ya sé.

Él abre su boca con sorpresa y luego comienza a reír, antes de que su mano libre cubra la mía con leves caricias.

—Debes dejar de asumir que sabes qué es lo que haré. Si esto iba a tratarse de una noche entonces yo nunca habría accedido a tocarte Hilary, te respeto como mujer y no te veo solo como un lugar cálido en el cual hundirme. ¿Crees que ir en contra todo pronóstico a tus hermanos, la banda, solo lo haría por algo de una noche?

—Tú me confundes.

—No, tu sola estas confundiéndote, yo nunca dije que solo fueras de una noche ¿Puedes siquiera imaginar mi sorpresa cuando desperté y no te encontré?

—Vale, quizás debí aunque sea dejar una nota.

—Tú lo que debiste hacer fue despertarme o en todo caso quedarte en la cama conmigo —dice marcando cada palabra—no eres solo una noche, y debes dejar de asumir que sabes lo que quiero. Si realmente supieras lo que quiero sabrías que deseo más de lo que hubo en mi apartamento, más de nosotros.

Estoy sorprendida y cuando él me pregunta si solo era una aventura de una noche, soy honesta en mi respuesta: no. La pregunta que sigue me hace ser cautelosa con mi respuesta porque necesito que me aclare a que se refiere con si yo quiero seguir adelante.

—Nosotros siendo más que amigos...

Con el corazón acelerado pregunto si eso incluye exclusividad, de nuevo necesito que me aclare si se trata de ser amigos con beneficios y cuando se ve horrorizado de que yo piense eso, entiendo sus intenciones.

—No, yo lo que te estoy pidiendo, y de una manera muy mala que tú has malinterpretado, es que seas mi novia, mi chica. Lamento que la falta de práctica me haga pedirlo de una manera tan desastrosa.

Si esto es un sueño, imaginación o alucinación, por favor que nadie me pellizque.

Los latidos de mi corazón son rápidos y desbocados. No es la manera en la que esperaba que transcurriera mi día y no es lo que esperaba de Doug. No imaginé que esto pudiera suceder, pero está pasando y se siente como una mezcla vertiginosa de emociones.

Doug tira de mi silla mucho más cerca de la suya mientras uno de sus dedos captura un mechón de mi cabello jugando con él, ve con fijeza mis labios antes de volver su vista a mis ojos.

—¿Qué me dices, princesa Jefferson? ¿Lo intentamos?

Luego de una sonrisa tonta, admito que eso es lo que quiero, intentarlo. Casi rio cuando dice que desde el principio se va a disculpar por ser un novio terrible y extraño. Divagamos un poco, pero nada de eso importa porque Doug será mi novio, o al menos, eso es hasta que mencionamos a mis hermanos.

—No puedo mentirles, Hilary, son como mis hermanos.

—Lo sé, solo... ¿Qué pasa si no funciona? ¿No crees que lo mejor es que lo intentemos primero y luego lo hagamos saber?

—¿Tienes poca fe en mi como novio?—parece ofendido.

—No, no es eso, solo quiero asegurarme de que esto avance antes de hacerlos enloquecer, por favor, es lo único que pido.

Él respira muy hondo y toma mi rostro entre sus manos, dejando mis ojos indefensos ante su mirada azulada.

—Te estoy poniendo sobre mis hermanos, mejores amigos e incluso la banda, espero y sepas que eso significa que me importas.

—Lo sé, lo sé ahora— digo algo intimidada ante el hecho de que Doug me ve más allá de lo que llegue a pensar.

—Hagamos dos meses de prueba, luego debemos decírselo princesa, no puedo guardarles secretos a ellos y no es como si estoy pretendiendo ocultarte, no me avergüenzas.

—Dos meses, suena bien, está bien—digo asintiendo con la cabeza.

Él sonríe ve alrededor, como si diera un vistazo rápido para asegurarse que aun nadie lo reconoce y que realmente nadie nos está prestando atención.

Se inclina un poco más y presiona sus labios sobre los míos, moviéndolos de manera breve en un beso casto y sencillo, pero no por eso deja de ser arrollador para mí. Son los besos de Doug McQueen después de todo.

Da una presión más leve y se aleja con una sonrisa liberando mi rostro. Ve la hora en su reloj y hace una mueca.

—Tengo ensayo, ya ves que tenemos un par de conciertos programados para dar en Francia e Italia, debo irme princesa, pero estaremos hablando ¿De acuerdo?

—Está bien —concedo asintiendo con mi cabeza, se inclina una vez más dejando otro beso rápido en mi boca.

—Y por si te lo estás preguntando princesa, no me arrepiento de haber caído por ti esa noche —murmura—, de hecho llevo días sin sacar ese recuerdo de mi cabeza.

—Eres absolutamente hermosa, pero sin nada puesto lo eres como una diosa.

—Doug... ya, no digas cosas como esas justo ahora.

—De acuerdo, por ahora me callaré. Estudia mucho —dice cubriendo sus ojos nuevamente con sus gafas y poniéndose en pie—pórtate bien.

—No soy una niña —Le recuerdo sonriendo.

—Créeme, eso lo sé muy bien—asegura con una sonrisa que reboza picardía, río mientras lo veo salir.

¡Santo cielos! Novio, el platónico dejo de serlo y ahora se hace llamar novio. Esto podría enloquecerme en cualquier momento.



Para noticias sobre mis historias:

Instagrama: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

YouNow: DarlisStefany

El Deseo Prohibido de Doug (BG.5 libro #2) Disponible en Librerías.Where stories live. Discover now